C A P Í T U L O 1

SO MINE

CAPÍTULO UNO


 Nahir


— ¿Tienes idea de cuanto papeleo tuve que hacer hoy?

Rodé mis ojos ante la indignación en su voz, mi hermana mayor muchas veces podría tener la actitud de una niña de seis años cuando iniciaba uno de sus berrinches.

— No es mi culpa — y no lo era ya que mi parte del trabajo era en parte muy sencillo, era la cajera y por lo tanto lo mio era vender y contar centavos diariamente — Puedes ir a quejarte con padre, el es quien ordena las cosas del exterior.

Al vivir en Siberia en un pueblo remoto que no muchos conocen llamado Breswon uno pierde cierto contacto con el exterior y por lo tanto también de lo último en tecnología como en moda.

No podía decir que visto como pordiosera.

Aunque viendo estos zapatos con el color ya opaco puedo asegurar que necesito unos nuevos, bueno...quizás mi abrigo también esta algo deshilachado.

Pero no es nada que una buena aguja e hilo no puedan arreglar.

— No hay nada que pueda decirle a papá, el sabe lo que es mejor para el pueblo.

— ¿Mejor? — dije incrédula sabiendo muy bien la verdad — Papa es una persona que le encanta tener sus juguetes actualizados ¿ya le llegó el play station que tanto ama?

Ella hace una mueca conteniendo su risa.

— Y la pinball.

Está ves si reímos.

Ambas conocemos muy bien a nuestro padre, como la mayoría en este pueblo no tan desierto uno pierde poco a poco el interés por el mismo panorama día a día...por eso los hobbies no están de más y nuestro padre es uno de los que no le importa llenar su sótano con una amplia televisión pantalla plana, muchas consolas, su pared llena de los más antiguos como nuevos videojuegos y sin importar que no pueden faltar sus filas de máquinas de pinball.

Verlo allí es un hábito.

Y dado que mantiene a la mayoría del pueblo con sus inversiones en el extranjero como en cada uno de los puestos de venta, se puede decir que el hombre se lo ha ganado.

— ¡Fuera de mi jardín! ¡no quiero su maldición en mi familia!

Xequi saltó asustada como cada vez que escuchábamos tales gritos ¿yo? Pues miré a la agresiva anciana con un propósito, sabía que la señora Prompo saldría si nos veía venir y por tal motivo me acerco a mi hermana que mira escandalizada hacia la señora con sobrepeso revestida con un vestido de algodón rojo que parece vestir todos los días.

— ¿Crees que un día se canse de gritarnos?

— Mis deseos en tu boca hermanita.

Suelta un largo suspiro sin dejar de mirar precavida a la anciana pasando por su lado entrecierro mis ojos al ver a un chico como de mi edad acercarse.

Es mi oportunidad.

— ¡Que tonta soy!

— ¿Qué sucede? — nos detenemos para mirarla apenada.

— Olvide que había quedado.

— ¿Con?

— Alguien.

Ella se remueve incomoda como cada vez que alguien toca el tema de noviazgos, enamoramiento o sexo, tan aborrecida del sexo como está veo un futuro muy solitario o muy oscuro.

— No regreses tan tarde, a mamá no...

— Sé como mamá se pondrá — no dejo de mirar como la anciana Prompo y el chico discuten — Solo cúbreme, no tardaré.

Ella aunque aprehensiva se va...por lo tanto me quedo allí viéndola hasta que de mi vista se pierde y se que puedo continuar con lo que quiero.

Respuestas.

Determinada voy hacia ambos donde el chico es el primero en verme algo que hace a sus ojos desorbitarse, creo que trata de llevar a la señora Prompo dentro pero ella se niega.

— Quiero respuestas — me planté frente suyo a lo que ella gira a verme histérica y con el chico haciendo una mueca como sabiendo que solo problemas saldrán ante mi presencia.

— ¿Quién te crees para estar...

— Abuela, por favor basta.

— ¡Tú no te acerques a ella! — lo señala con su arrugado dedo — Te lo advierto Miger Diven si me entero de que estas haciendo cochinadas con esta ¡te vas de mí casa!

Ella con su rostro arrugado no me dio ni una segunda mirada para entrar a su casa, tan desconcertada de que no haya gritado en mi contra sino contra alguien de su sangre me quede observándolo, y el se dio cuenta.

— A mi abuela si que le desagrada tu familia.

— Y no tengo idea el porque.

Sus cejas se levantan mirándome sorprendido, pero fruncí mi ceño.

— Espera ¿cómo que con mi familia? Pensé que solo tenia un odio injustificado hacia mi hermana y yo.

— Bueno...

Mira hacia la casa como meditando algo, yo también mire hacia allí no encontrando a nadie.

Estoy confundida.

¿Qué está...

— Te contaré, pero...no se si sea cierto solo te contaré lo que mi abuela nos ha contado y hablo de generaciones, ya que al parecer es algo que sucedió hace mucho tiempo y sigue tú familia padeciendo.

Hmm...

— Okey.

— Hace mucho tiem...

— Perdona que te interrumpa ¿pero, en serio vas a decir esa frase tan cliché? 

Entrecerró sus ojos.



— Te la voy a contar como me la contaron a mi, solo escucha — aclaró su garganta y me prometí no interrumpirlo — Hace mucho tiempo cuando las mareas eran infinitas, las tierras conservaban su natural belleza y las mujeres como hombres se enamoraban tras la simpleza de verse y conversar...surgió el amor de una simple mujer quien cada día observaba atentamente al mozo más apuesto que nunca vio...alto, rubio y de unos ojos cual cielo, lamentablemente el joven al saber que tal mujer de apariencia deplorable andaba tras sus huellas la encaró y dijo a viva voz que una mujer tan fea como ella nunca tendría su atención...la mujer destrozada por sus palabras huyó de casa hacia las montañas donde vivió cinco largos años hasta que un día alguien la encontró.

- Muchos cuentan que era un mounstro de largos cuernos más una cola, su piel no era lechosa sino dura como el cuero, ojos penetrantes de un negro profundo que la miraron encogerse de terror, mas este ser no le hizo daño pues algo quería y eso era su alma...la mujer con aún el corazón roto le habló de su antiguo amor proclamándolo como el hombre más bello sin saber lo que eso acarrearía...este le dijo: Lo que haré con ese joven será muy sencillo, su linaje se perderá con el tiempo pues su estirpe maldita estará, solo y únicamente mujeres nacerán de su progenie y hombres con esa belleza que tanto proclamas dejará de existir.

- La mujer estaba atónita tras sus palabras más no refutó, sólo asintió aceptando lo que el le dijo...luego de agarrar su alma y en una noche de húmeda niebla se acercó a una joven más su aspecto era otro, un noble ahora parecía y aquella señorita lo escucho atentamente: La maldición de aquellos de misma sangre se terminará cuando un pecado dirigido por la pasión y el amor se dé, sólo aquellos quienes compartan la sangre la podrán romper. La joven sorprendida le pregunto: ¿un pecado mi señor? Usted parece hablar de un amorío entre familia...El solo sonrió y antes de irse le dijo: Solo así se romperá. Y así fue durante los años...el joven que tan buen mozo se creía dio a luz a una niña seguida de otras, su linaje como apellido perdidos en el tiempo está...solo los de misma sangre lo podrán arreglar.



Al terminar de escuchar su terrible historia me lo quedé mirándolo esperando que sonría para decirme que era mentira, más sus labios permanecieron juntos.

— Debes estar bromeando, todo eso suena a mentira — lleve mi cabello hacia atrás — Te agradecería que me...

— No estoy mintiendo ¿tienes algún tío, un hermano o un abuelo con tu mismo apellido?

Cerré mi boca pues allí el tenía un punto y aun así no lo podía creer ¿mi familia está maldita? Y por nada más algo que parece el diablo, más leña le echó a mi candela cuando recordé a mi madre diciéndome que nunca tendría un hermanito ni hijos.

Esa vez lo había tomado como que nadie nunca me amaría ¿pero por qué nombrar un hermanito?

Estaba confundida.

Porque si la cosa era cierta la única forma de deshacerse de ella era cometer incesto con alguien de mi familia, pero como las mujeres somos el problema el único que podría deshacer todo seria únicamente mi padre.

El pensar en intimar con el revuelve mi estómago.

— Debo volver a casa — susurre sin mirarlo.

— Claro, pero por favor no se lo cuentes a nadie está prohibido contarle a alguien fuera de la familia.

Asentí distraída.

Ni loca le cuento esto a alguien.

De camino a casa no puedo dejar de pensar en lo que me contó sintiendo un peso en mi pecho como si la solución fuese muy sencilla pero aun así difícil de decir que si, el tener relaciones con mi padre no suena tan llamativo y es algo que me molesta.

¿Estoy pensando hacerlo?

Aun no lo sé.

Al cruzar la puerta de mi casa puedo ver a mi mamá y a mi papa conversando y riendo suavemente mientras ven la televisión y sé con seguridad de que hacerlo será imposible.

Me rindo.




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