C A P Í T U L O 6

 SO INNOCENT

CAPÍTULO SEIS


Ages


— ¿Paletas?

Susurra sorprendida aún recostada contra las almohadas en el sillón de la sala, el televisor está encendido en un canal donde esta pasando la película La Propuesta.

Lo se porque esa es una de sus películas favoritas y al ver que iban a dar, casi me obligó a ponerla.

Con gusto lo hice.

— ¿De donde las sacaste? — pregunta agarrando la paleta de limón dándole una probada con su rosácea lengua.

— Estaban en el frigorífico tras unas botellas saborizadas — muerdo un pedazo de mi paleta para sentarme a su costado, rodeando su cintura con mi brazo la acerco a mi.

Ella no se queja.

— Están buenas.

La mire de reojo tras aquel quedó susurro, he notado desde esta mañana lo distraída que ha estado a mi alrededor ¿habré echo algo mal? ¿tal vez fui un poco duro con ella anoche?

— Mi cielo ¿sucede algo?

Ella pestaña varias veces para lamer más de su paleta.

— Estoy preocupada.

Acaricio su cintura mientras mantengo la paleta en mi boca absorbiendo así un poco de su dulce pero agrio sabor, ella lame sus labios rojos por el frío.

— Es mañana — susurra quedo.

Cuando aceptó ser mía le conté mis planes, como también de las cartas y su contenido...había estado sorprendida y asustada cuando supo que sólo estaríamos aquí tres días.

Antes de ayer.

Y ayer.

Mañana volvemos y sé que está nerviosa ante el no saber que sucederá, yo también lo estoy pero prefiero centrarme en ella abarcando mis pensamientos en satisfacerla hasta el último segundo.

Debo hacerlo.

Uno de los dos debe centrarse en lo que estamos teniendo aquí y aunque se que ella está disfrutando nuestro tiempo aquí...deberé ser el malvado y explotar su burbuja cuando el tiempo llegue a cero.

Veo a través de la ventana como el sol aún mantiene su posición en lo alto mostrando que aún es temprano, el día aún no termina y es mi deber hacer que éste como último sea el mejor.

— Tengamos sexo.

Veo su rostro para poder ver lo desconcertada que está tras mis palabras tan fuera de la corriente con lo que decía.

Con lo serio que debía ser.

— ¿Cómo puedes...cómo puedes pensar en eso cuando estoy...

Dejo mi paleta en un vaso haciendo lo mismo con la suya.

— ¡Hey! Estaba comiendo eso.

Con aún mi brazo alrededor de su cintura tiré de ella a mi regazo colocándola a horcadas mío, ella con su salvaje melena tal como me gusta y la sencilla camiseta que cubre sus desnudos pechos como su casi desnudo coño.

Casi, porque lleva bragas.

— Y ahora yo te comeré a ti.

Cojo el dobladillo de su camiseta y se la quito, parece desconcertada pero aun así no hace nada más que mirarme...suelto un largo suspiro deleitado ante la plenitud de sus senos.

Tan perfectos.

Me tomo mi segundo para tratar de pensar como un ignorante estúpido, sus senos son grandes enormes con mayúscula no caben en mis manos desbordándose por doquier...sus pezones son rosas y con las puntas erectas...son tan...tan...

¡Exquisitos!

Me incliné llevándolos a mi boca amamantándome de ellos, nunca podría ver alguna parte de mi mujer de manera fea ¡solo no puedo! No encuentro algo fuera de lo común solo maravillas suaves y amplias curvas que mis manos adoran acunar.

La escucho gemir mientras sus manos se deslizan en mi cabello atrayéndome aún más cerca suyo ¡si por favor! Acaricio la areola de sus pezones logrando que se estremezca y jadee...solo yo mi amor.

Solo yo te hago esto.

Acuno su trasero apretujándolo de gusto y feliz de al fin poder poner mis manos en ella...y no solo mis manos.

Tira de mi cabello logrando que suelte su pezón con un sonido obsceno que hace a sus mejillas colorearse, para plantar sus labios en los míos besándome y entregándose ante el placer olvidando así lo que minutos antes agobiaba su frágil corazón.

Empieza un pecaminoso como prohibido moviendo con sus caderas haciendo que nuestras partes más sensibles se rosen, gruñí pues es demasiado exquisito como para resistirme.

— Bra...gas.

— ¿Eh? — susurra apartando su boca de la mía.

Tomé aliento.

— Bragas mi cielo, las quiero fuera.

Ella duda...lo puedo ver en su mirada pero cuando se levanta solo puedo apreciar su belleza y en como contonea sus caderas quitando así esa fina pieza que me apartaba de mi meta, recuerdo que yo sigo teniendo puesto mi boxer a lo que dándome prisa me lo quito dejando a mi polla ya erecta brincar fuera y lista.

Ella es incapaz de no darle un vistazo por lo tanto hago como si estuviese embistiéndola logrando que mi polla se meza, eso solo la hace sonrojar más y hace mi sonrisa crecer a plenitud.

Amo su pudor.

Tanto como amo decirle lo que anhelo hacerle.

— Algún día mi preciosa novia, algún día vamos a entrenar tu trasero.

Ella no lo capta y es aun más fascinante.

— ¿Mi culo?

— Compraré uno que otro vibrador ¿de que color te gustaría que fuese tu consolador? Mi polla no es tan grande como esas cosas pero te dejará abiertas para cuando tengamos sexo anal.

Solo tarda un segundo en dar con ello y cuando lo hace no solo sus mejillas enrojecen más, no, su pecho también lo hace...iluminándose como cuando tiene su orgasmo.

Parece que la idea no le desagrada.

— ¡Sucio! — grita escandalizada aún cuando su respiración está agitada como sus pezones erectos, se cruza de brazos — Ya no se si quiero tener relaciones contigo.

Me burlaría...pero no lo haré.

En cambio dejé que mis brazos se apoyen en el respaldar del sillón dejando que mi cabeza se recueste en ella mientras mi polla se mecía ante su mirada.

Ella no podrá negarse.

— ¿En serio?

No deja de mirar mi polla.

Suelta un suspiro rendida logrando que sonría victorioso.

— Eso fue muy bajo, muy muy bajo.

Acaricie su espalda adorando tenerla entre mis brazos cuando se colocó a horcadas mio toda desnuda, como me gusta. 

— Nunca dije que jugaría limpio.

 

⏳⌛


Mientras viajamos en el auto puedo asegurar que mis nervios están saliendo a brote, aun así no me permito enloquecer ya que Jules lo esta haciendo por los dos al cambiar de canción más rápido que su próximo aliento...se que es su forma de calmarse.

Pero no esta surtiendo efecto.

Le haría charla.

Pero en las veces que lo he intentado siempre llega un momento en que no puede dejar de preguntarme si estoy preocupado ¡por supuesto que lo estoy!

No está en mis planes negar lo que siento por ella.

Mucho menos a mi familia.

Lo que más temo es que me den la espalda...error, mi mayor temor es que Jules sea apartada de mi lado definitivamente y que mi familia termine por rechazarme.

No se que haría sin uno de ellos.

Por eso cuando estamos estacionando frente a la casa de mis padres, sus abuelos... ella no sale de mi auto de inmediato sino que gira y me besa...tal como ella sabe que me gusta pero esta vez no me gusta.

Porque parece una despedida.

Y de ella no quiero tal cosa.

Me aferro a su nuca atrayendo su dulce boca a la mía besandola con mayor pasión mayor profundidad, acariciando mi lengua contra la suya, dejando mi aliento en ello hasta que no queda nada de ello y mis labios duelen.

— Ag...

— Te amo — susurre sin abrir mis ojos recargando mi frente en la suya dejando mi voz fluir — Desde la primera vez que te vi supe que serias mía, nunca lo dude pero no iba a obligarte a estar conmigo pues mas que nada deseaba tu amor, tu pasión y tu felicidad...no pido nada más pues tu eres lo que más anhelo...estoy días a tu lado han sido más que increíbles y no es solo por haberte echo el amor, sino por el al fin haberte dicho lo que mi corazón guarda desde hace años...te amo mi Jules, y te juro que nadie nunca nos separará ...ni la distancia ni los años harán que esta llama deje de arder por ti, eres mi mundo, mi cielo, mis estrellas...eres mi alma y sin ti yo no soy nada.

Ella vuelve a besarme y la dejo porque es lo único que deseo.

Y cuando salimos del auto puedo asegurar que ella me ama, no me lo dijo pero sus acciones y su mirada son lo único que necesito...seguro ante ello caminamos hacia la casa.

Pero la puerta se abre.

Henry sale entre ella.

Y se por su mirada furiosa que no será fácil pero por ella, por mi Jules...lo intentaré de todo.

Y ganaré.


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