NUESTRO DESTINO
CAPÍTULO QUINCE
Kyra
22 de Julio, 2017.
Había
pensado que mi regreso a casa traería paz y felicidad, habia pensado que luego
de tantos años alejada de mi hogar al volver sentiría que todo está bien, pero
nada es como uno quiere, las acciones hablan por mucho las palabras hieren cual
puño, sus palabras me hirieron y aunque pienso que irme es de lo más patético,
es mi única opcion.
Quedarme
solo me destrozaria, y no pienso seguir tras el cual perro sin dueño, perderlo
es lo último que deseo ¿pero alguna vez fue mío? Yo siempre fui suya, estuve
para el, accesible a cualquier momento ¿el lo estuvo para mi? No lo creo.
Sólo
piensa en el....en ella.
Dejo
mi última mochila en el maletero de mi auto, han pasado varios minutos desde lo
sucedido, mi tio me dejo cuando le rogue para que vaya y viera como se
encuentra Devin, pero era sólo un medio para llegar a mi propósito, apenas la
puerta de la casa resono al él salir corrí por mis mochilas llenandolas con
toda mi ropa...debía irme.
No
me quedaría para escuchar lo que tenga que decirme.
Una
parte de mi tiene miedo, otra ira y otra tristeza....miedo porque el nos rechace,
ira porque no cree en mi pero en ella si y tristeza porque apesar de todo, lo
amo, lo amo como nunca porque es mi mitad, es mi todo, pero ya me lastimó
demasiado y no me quedaré para el golpe de gracia.
Prefiero
llevar en mi memoria esos pequeños momentos donde lo sentí mío, donde le mostré
mi amor y el solo me mostró rechazo.
Muerdo
mi labio mientras dejo una carta con su nombre en el centro sobre mi almohada,
sé que al no verme en su despacho vendrá aqui y verá que de mi aquí ya no hay nada,
y la carta que le dejó sea mi último recuerdo para el.
Lo
amo.
Pero
el amor es de dos, y ya estoy cansada de luchar sola.
Se
acabó.
(....)
Cole
—
¿Qué pasó para que hiciera eso?
No
pregunté a nadie en específico, pero al estar rodeado de toda la manada en el
centro de todo sé que alguien me dará una respuesta, mi lobo se encuentra
furioso y ni siquiera es porque Isabel saliera lastimada, está cabreado conmigo
por como trate a Kyra.
Pero
ella se lo busco.
Había
estado de camino a casa esperando llegar y saborear la deliciosa comida que
ella haria, pero cuando escuche los gruñidos y golpes venir de allí corrí
preocupado por saber de que iba todo ello, luego de atravesar la multitud vi
como mi mujer y mi...y Kyra estaban peleando, Kyra sobre ella golpeandola con
furia...no dude en detener toda esa mierda. Acepto que no debi decirle todo
eso, fue desconsiderado de mi parte decirle ello cuando ella es quien debería
ocupar el lugar de Isabel.
Pero
aún asi me niego a creer que Isabel dejo de ser mi Luna, mi mate, la amo y
adoro debe haber un por qué de toda esta mierda.
Observo
a quienes nos rodean para ver a mi Isabel, las heridas se han curado, pero aún
así permanece tímida, luce nerviosa y no entiendo el por qué.
Nadie
me respo....
—
Tan ingenuo — mi cuerpo se tensa y un gruñido atraviesa mi pecho al reconocer
esa voz, deslizo a Isabel detrás mío.
La
multitud se aglomera en un lugar cerca mío, pero alejándose, mientras vemos a
la persona que nos atacó hace varios meses, Isabel tiembla detrás
mío...tratando de tranquilizarla acarició su cintura.
—
¿Qué demonios haces tu aquí? — doy un paso adelante dando cara como el Alpha de
esta manada que soy, si vino para una pelea estoy dispuesto a dársela.
—
Vengo por lo que me pertenece — responde pero no me mira, lo miro confundido ¿a
quién se refiere? — ¿No crees que ya tuviste demasiado?
—
¿Qué te pertenece? ¿a quién te refieres? ¡nombrala!
El
vuelve sus ojos a mi y puedo ver como lo que he dicho a sido justo lo que
deseaba, sonríe petulante y deja caer sus ojos detrás mío.
—
Lucia, vengo por Lucia Wal.
Frunci
mi ceño para luego bufar.
—
¿Lucía Wal? Ella murió hace varios años, era la hermana de mi mujer — vi que no
dejaba de mirarla para sonreír con burla, Isabel se removió intranquila en mi
espalda — Eran gemelas puedes pensar que ella es Lucia pero no lo es.
El
inhalo para soltarlo lentamente.
—
Oh si que lo es — dio un paso cerca pero no se detuvo y yo me puse en defensa —
Estas viviendo una mentira mi pequeña zorra, es hora de volver a casa y que te
de tu maldito merecido por todo lo que has echo.
Me
plante y vi rojo al escuchar como llamaba a mi Luna, aunque había algo que me
hacia dudar, la imagen de Kyra brillo en mi memoria pero me lo sacudi, aprete
el pequeño cuerpo de mi mujer contra mi.
No
dejaría que la toque.
Nadie
lo dejaría.
—
No hagas esto más dificil Black, entregame a mi mate y me ire.
Solté
una risa sin diversión en ella.
—
Debes estar malditamente fuera de si, si crees que haré lo que me órdenes...por
que mejor no te fijas donde estas...mi manada entera nos rodea y ellos no
dudarán en proteger a su Luna.
El
miró a sus costados, y yo también lo hice y vi sorprendido como algunos negaban
ante mis palabras ¿qué demonios?
—
Lo sentimos Alpha, pero ella no es quien dice ser — murmuró la voz de uno de
mis guerreros.
—
¿De qué demonios hablan? ¿abandonaran a su Luna?
¿Qué
demonios esta sucediendo?
—
Veo que no lo sabes — comenta Hiegor, a lo que le gruño — Esto es serio Black,
retrocede tus garras y déjame tomar lo que me pertenece.
—
Da un solo paso hijo de puta, si tocas un solo pelo de ella no esperes salir
ileso.
Deje
que mis garras se extendieran para darle mayor profundidad a mi amenaza, el me
miró molesto a lo que levantando su mano hizo un movimiento y de pronto habían
cuatro lobos sobre mi y otros tirando del cuerpo de mi Isabel..
Gruñi,
golpee y ataque todo el rato mientras intentaba soltarme pero acababa con uno o
dos y tres más los reemplazaban, era una mierda.
—
¡No! ¡Sueltame! ¡Cole! ¡Amor ayúdame!
Ante
el grito lleno de pánico de mi mujer me llene de ira, mande un golpe tumbando a
muchos de ellos, aparté a otros y los derrote a tiempo para ver como Hiegor la
sostenía y clavaba sus caminos en ella, mi mundo se detuvo.
—
¡Ahhh!
—
¡Isabel! — gruñi para correr hacia ella unos brazos intentaron detenerme pero
los saque de mi camino, vi como sacaba sus malditos colmillos de ella.
Y
un aroma me golpeó.
Un
aroma que reconocía....pero no era de mi Isabel.
—
¿Pero que.... — me detuve y mire en shock como el aroma de Isabel desaparecia y
el de Lucia aparecía con una asombrosa fuerza, burbujeando fuera de su cuerpo
llevando el aroma a todos, confundiendome.
—
Ese aroma viene de ella — agarro el cuerpo de Lucía, ella se removió y me miró
asustada — Mi Lucia, tan caprichosa como siempre lo ha sido tuvo tu mundo echo
una mierda, vamos a contarte uno que otro secreto.
—
Cállate — la mirada de rencor que le dio hizo que diera un paso hacia atrás,
ella no es mi Isabel, ¿donde está mi Isabel?
—
Ella mató a tu Isabel tomando su aroma con ayuda de un brujo, todos estos años
se hizo pasar por ella ¿entiendes lo que digo Black? Tu mujer, tu mate, Isabel
Wal, está muerta y Lucia Wal tomó su vida por estar encaprichada contigo.
Estupefacción,
rencor, odio, horror, mortificacion....todo ello recorrió mi cuerpo haciendo
que gruñera y diera un paso hacia ella quien empalidecio y me miró con miedo.
—
Desde siempre supe que eras una maldita estúpida ¿pero esto? Esto es una gran
mierda, matas-mataste a mi mujer, a mi mitad, usurpaste su nombre tomando su
vida, no puedo siquiera pensar como demonios pudiste dormir sabiendo lo que
hacías, y lo que seguiste haciendo, me separarse de Isabel y ahora...oh,
demonios....
Girando
tire de mi cabello sintiendo pánico entrar en mi pecho, la necesidad de correr
e ir donde está mi Kyra se hicieron presentes, recuerdo su rostro al decirle
tales estupideces, el dolor que vi en ellos me desgarro pero más aterrado
estuve cuando vi que se rendía, se rendía a lo nuestro.
Diosa
ayúdame, por favor no permitas que deje de amarme.
Me
gire con un cabreo monumental, sabía que mi lobo estaba mostrándose en mis ojos
y que se había fusionado poco a poco con mi cuerpo dándome pelo y garras, como
mis caninos.
No
la console cuando grito horrorizada.
—
¡Maldita perra mira lo haz echo! ¡ella ahora me odia! ¡maldita sea! ¡perdí
tanto tiempo contigo en vez de estar con ella! ¡ella que es mí mate!
—
¿T-Tu mate-te? — pregunto molesta pero asombrada.
Solté
un gruñido.
—
¡Kyra es mi mate! ¡como escuchan Kyra, mi propia hija, es mi mate! — exclame
para que todos me escucharan a lo que recibí jadeos de sorpresa y miradas de
conmosion como de horror — Perdí tanto tiempo pensando que tu eras mi Isabel
¡joder! Si ella no me perdona, si ella no me acepta.....espera ¿por eso
peleaban?
Ella
negó pero fue Hiegor quien me respondió.
—
Ayer me reuní con ella, le conté todo sobre lo sucedido, ahora entiendo porque
me ordenó llevarmela — miró hacia la estúpida mujer entre sus brazos, se veía
débil, debe ser por la mordida — No pienses en mi mujer, yo personalmente me
haré cargo de toda la mierda que hizo, recibirá todo lo que se merece ¿no es
asi querida?
Ella
lo miró horrorizada para verme entre lágrimas, no sentí mas que asco.
—
No Cole, no dejes que me lleve, yo te amo hemos sido felices durante tantos
años sé que lo seremos por muchos más.
—
No hables estupideces, creí que eras mi Isabel, no hay un porque yo quiera
estar contigo.
—
¡Soy la madre de tu hijo! — gritó encolerizada tratando de soltarse de los
brazos de su mate — ¡Sueltame maldita bestia! ¡sueltame! ¡No quiero estar
contigo! ¡yo quiero a Cole....
—
Si, pequeña zorra, todos sabemos lo que quieres, pero tu momento de gloria a
acabado...despidete porque no volverás a verlo — se acercó a su oido — Nunca
más.
Vi
como entre pataleos y gritos se la llevo, yo no sabía qué hacer pero sabía a
donde ir, giré para irme pero vi a Ralp, mi hermano y beta, correr hacia mi con
el rostro pálido.
—
¿Ralp? ¿Dónde está...
—
Hermano, Devin está mal....
Lo
mire confundido, pero le di mi total atención ¿qué le pasa a mi cachorro?
—
¿Qué le pasa?
—
Isabel lo lastimo en la espalda, al parecer sus garras se enterraron demasiado
profundo y su columna vertebral resultó muy lastimada....se está curando pero
muy lento, si sigue así perderá la habilidad de caminar.
Empalideci
y entre en pánico.
—
¿Dónde está?
—
Con Fiorella en su casa con....
No
escuche lo demás cuando me encuentro corriendo hacia allá, mi hijo, mi
cachorro, no, el no puede quedar inválido es muy joven para que su vida quede
dañada por esa maldita mujer ¿por qué lo lastimó? ¿por qué?
Cuando
tengo frente la casa entró sin avisar y me guio por el aroma de mi cachorro y
sus gritos llenos de dolor y agonía, está en un cuarto por suerte está abierto
por lo tanto entró sin esperar.
—
¡Cachorro!
El
me mira entre sus pestañas llenas de lágrimas, me acerco y tomó su mano pero al
ver su espalda doy un paso hacia atrás realmente horrorizado ante sus las
heridas.
Tres
rasguños que llevan de su cuello a la parte baja llegando casi a su trasero, se
ve realmente mal, horrible, entró en pánico.
—
¡Fiorella haz algo!
Ella
entra en la habitación con unos recipientes, Saud la sigue.
—
¿Qué haces tú aquí? — no puedo olvidar que el puso sus asquerosas manos sobre
el perfecto cuerpo de mi mujer, la tocó donde solo yo puedo.
El
se sobresalta y recien me doy cuenta de lo pálido que está, sus ojos están
rojos y me mira con pánico pero sé que no es por mi.
—
Yo...pu-pues....soy el mate de Devin tengo todo el derecho de estar aquí.
Mis
cejas se levantan con sorpresa ¿el muchachito este es gay? Que sorpresa y que
alivio, espero que por eso mi Kyra lo haya dejado tocarla tan intimamente,
espera...dijo ¿mate de mi cachorro?
—
¿Desde cuando? — pregunto con voz firme pero el grito de Devin nos altera
haciendo que volteemos y veamos como Fiorella pasa sus dedos por sus heridas.
—
Mierda — saca sus dedos de la herida para ver fijamente estos y pasar a la
herida y a mirarme — Tiene avedanio en el interior de sus heridas, ella uso
avedanio en sus garras para lastimarlo.
¿¡Qué
demonios!?
—
Mamá, ayudalo, te lo ruego — le suplica su hijo y yo también estoy por hacerlo.
—
Alpha, necesito un poco de su sangre, Saud encargate — ordena y el muchacho lo
hace enseguida sacando una jeringa de alguna parte, me hace sentar para
incrustar la aguja en mi brazo.
Duele,
pero lo soportare.
—
¿Por qué quieres mi sangre? — le pregunto cuando veo que mezcla algunos
menjurjes para luego ver que con otra jeringa saca el líquido de ello.
—Devin
es un omega, por lo tanto no sana tan rápido como usted lo hace, al combinar su
sangre con el antídoto que cree para el avedanio podemos aumentar el proceso de
curasion y así lograr que lo peor no pase.
La
veo mientras en un cuenco que contiene un líquido con un aroma a especias echa
mi sangre junto con el líquido morado que sacó de otra parte.
Con
eso en brazos se acerca a mi cachorro quien gimotea ante el dolor, tomó su mano
cuando veo que empiezan a ponerle eso en la espalda regando un poco en cada
herida para luego con un paño remojado con todo lo del cuenco colocarlo sobre
sus heridas.
Ella
se aleja y suspira.
—
¿Eso es todo?
—
Es todo lo que podemos hacer Alpha, si esto funciona en unas horas estará
mejor, se lo puedo asegurar.
—
Gracias — le agradezco y tomando sus cosas sale de la habitación, no pienso
mover a mi cachorro de aquí por nada hasta que el mismo pueda salir por esas
puertas en sus propios pies.
—
Pa-pa.
Volteo
a mirar a Devin quien me mira, me acerco a el poniéndome en cuclillas para
escucharlo mejor.
—
¿Qué sucede cachorro? ¿quieres algo?
El
aclara su garganta, luce tan débil ¡maldita Lucia!
—
Herma-hermana.
Me
tenzo y recuerdo lo que iba a hacer antes, debo ir a verla, debo disculparme y
decirle que fui un completo idiota, que la amo y nunca volveré a cometer los
mismos errores y que ella será siempre la primera en todo.
—
Voy a buscarla, la traeré, tú descansa.
Me
da una sonrisa que le devuelvo para levantarme y acercarme a Saud que mira con
miedo a mi cachorro, le doy una palmada a su espalda haciendo que me mire
sobresaltado.
—
¿Señor....
—
Cuidalo, ya vuelvo.
El
asiente y sin más salgo de la casa, apenas pongo un pie fuera me echo a correr
no tengo tiempo para una tranquila caminata, quiero verla y decirle que se
acabó mi forma estupida de tratarla, lamo mis labios deseoso por besarla como
quiero, me estuve reteniendo muy apesar de mis ganas de fundir mi boca contra
la suya ¡quiero hacerle el amor! Recordar que es virgen y que me espero todo
este tiempo solo aviva mi llama de deseo.
¡Ella
es mia!
Entró
a la casa y voy a mi despacho, le pedí a Ralp que la llevará alli entonces allí
debe estar, pero cuando entró no la veo, mi ceño se frunce ¿estará en su
cuarto? Tal vez dándose una ducha, puedo con ello, subo las escaleras y entró a
su cuarto.
—
¿Kyra?
La
llamo pero no contesta, la habitación está vacía y cuando digo vacía es a que
no veo sus cosas, corro al baño entró pero tampoco está alli y tampoco sus
cosas, voy al armario, no está su ropa, entró en pánico.
¿¡Dónde
está!?
Paso
mis manos por mi cabello desesperado, cuando estoy por salir veo su cama, sobre
su almohada hay una carta...mi cuerpo se tensa con miedo rugiendo por mis
venas.
Me
acerco y tomandola entre mis manos la abro y leo:
Cole,
mi amor imposible.
No
se como uno se despide mediante una carta pero te diré que pasar todos estos
días a tu lado fueron el cielo y el infierno, encontrarte fue mi mayor alegría
y no tener fue mi perdición, tantos sentimiento encontrados y solo yo
disfrutandolos porque solo yo te veo, te siento, te amo, te necesito, te anhelo
¿tu me necesitas? Pues no parece, luche por tu amor, por tu simple atención,
pero aunque tus ojos me codicien y tus manos me profanen, tu corazón no parece
latir por mi.
Late
por ella
Ella.
Quien
ya no es la misma, lo he visto en su mirada, lo veo en la forma que la vez, ya
no la amas no importa si ella es "tu mitad", la pasión se fue y tu no
la dejas sólo por ser quien es, viste sus errores pero los tapas con un dedo
simulando que nunca pasaron, se que me amas, lo siento en cada beso robado de
los que he tomado, pero no puedo esperar por siempre pues el amor requiere
arduo trabajo, un trabajo de dos y al parecer...tú...no me amas y hoy me rindo,
me rindo al esperar por ti pues merezco a alguien que me ame, alguien que me
valore por ser quien soy, aún así, no puedo rechazarte ni oir tu rechazo.
Yo
te amaré por siempre, aunque tu no sientas lo mismo por mi.
Atte. Kyra Black (tu hija)
Ella
no pudo....no.
No.
¡Joder
no!
Desesperado
por encontrarla y no creer que se haya marchado recorro toda la casa tumbando
todo a mi camino, abriendo puertas, volcando armarios, salgo al patio y paso
mis temblorosas manos por mi cabello para luego deslizarlas en mi rostro,
siento las lágrimas empañar mis malditas mejillas.
¿Qué
he echo?
Todo
es mi culpa, se fue, me dejo.
—
¡KYRA!
A N T E R I O R - S I G U I E N T E
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