STEPS
CAPÍTULO DIECIOCHO
Peyton
— ¿Que tal esa donde tiras
un aro y cae en una botella? No la ha escogido ningun club, hasta el momento.
— Y eso, es porque ademas
de sosa es muy aburrida.
— ¿Pinta caras?
— Eso es para crios.
— ¿Dispara a la nave?
— Nop.
— ¿Atrapa la manzana con
la boca?
— Queremos que chicas
también participen y ninguna lo hará si sabe que su maquillaje se hará mierda.
— ¡Me rindo! — tirando su
tablet a la mesita de centro se echo en todo el suelo soltando uno que otro
quejido — ¿Por qué me dieron todo el maldito poder? ¡no soy un genio del
entretenimiento!
Acercandome a su tablet vi
que tenía un montón de imágenes sobre las cuales se han visto en ferias, yo
nunca he ido a una asi que lo único que sé es por películas.
— ¡A los hombres y mujeres
de aquí solo les interesa follar a toda hora! ¡yo lo quiero!
— ¿Pondrán un motel? Si es
asi quiero apartar la suit mas grande.
Sonriendo divertida ante
la estupidez que salio de la boquita de Mase quien seguido de Reid y Ghian se
sentaron en el mismo sillón a mi espalda, ya iba a preguntar por Terrell cuando
apareció con dos latas de Coca-Cola, le agradecí cuando me la dio.
— Gracias hombre —
sentándose soltó un suspiro mirándome rendido.
Quan y yo habíamos quedado
a vernos en la casa de mis chicos ya que en su fraternidad nos molestarian
tanto como en la mía y el único lugar neutro es la casa de mis chicos, los
cuales aceptaron.
— Sabes, vi una película
hace unas semanas y aunque la idea es tan anticuada, pues...quizas, ya sabes...
— ¡Dime! Se supone que en
esta relación tú eres la del cerebro.
— Bueno, creo que se
llamaba Cabina de besos ¿o era Taquilla de besos? Como sea — sacudi mi
mano de lado a lado quitándole importancia — La cosa es que escogeriamos a un
número limitado de personas, tanto chicos como chicas y ya sabes cobrar para
que se dejen besar.
El me miró para mirar su
tablet la cual puse en el centro de la mesa, se inclinó deslizandose fuera de
la carpeta de imágenes yendo a Google en una busca de cabina de besos.
Inclinandome hacia el
escuché un conjunto de gemidos y gruñidos que me recordó que sólo estaba usando
una camiseta mía que es grande pero no tanto como para que cuando me inclinase
no mostrara mis bragas y la mitad del trasero.
Contoneandome un poco al
instante sentí un duro azote que me hizo morder la lengua, no necesitaba ver
quien me había proporcionado tal castigo pues conocía el toque de cada uno
ademas de que sabia quien era el manos inquietas del grupo y juré, mientras acariciaba mi pompí, que Ghian
me lo pagaría.
— Ningún club ha escogido
cabina de besos, pero aún así ¿cómo sería? Se la cosa técnica ¿pero cuánto
cobrariamos? ¿quiénes serán los que besaran?
— Empecemos con la cuota
¿qué tal con $2 dólares?
— Un precio considerable —
aceptó mientras buscaba imágenes — Tendríamos que pedir una pequeña...no, nada
de pequeña, podemos hacer una gran cabina ¡como está!
— Esa es de la película.
— Bueno, sólo vamos a
recrearlo, eso no es un pecado.
— Ahora, lo más difícil
¿quiénes serán los conejillos besucones?
Quan, deteniendose me miró
para darles un vistazo a los hombres que nos rodeaban, de inmediato negué.
— ¡Por supuesto que no!
— Ellos son los más
deseados de toda la Universidad.
— Pues que siguan
babeando, no tendrán nada de mis hombres.
— Pey...
— ¿Y Dust? ¿por qué no lo
escoges a él, es el halfback, es muy,
muuuy deseado?
Sus ojos se entrecerraron
para bufar y mirar su tablet ¿cómo pudo siquiera pensar en pedirme ello? Mis
hombres son míos y ni por todo el jodido chocolate de Willy Wonka los prestaria para esta cosita.
— Podemos ayudarlos
buscando candidatos más que dispuestos a entrar en la cabina de besos — escuché
murmurar a Reid quien al mirarlo me guiño un ojo.
— ¿En serio?
— Tú nombralos y estará
hecho — los labios de Mase se curvaron en una maliciosa sonrisa que compartió con
los demás.
— ¡Perfecto! Ustedes
ocupense de los chicos y Peyton y yo de las chicas, estoy seguro de que las de
tu fraternidad nos apoyarán, más cuando sepan de que va la cosa.
En eso estuve de acuerdo,
pues si algo las motivaban más era el deseo carnal del ser humano, una mujer
buscando placer, yo era una de ellos pero mi placer era sucumbido por cuatro
hombres.
Para mi, era más que
suficiente.
— Una semana para la
feria, debemos movernos Pey...vamos por las perras.
Soltando un tosco suspiro
lo miré cabreada refunfuñando mientras me levantaba, alejandome subi las
escaleras entrando a nuestro cuarto cubriendo mi intermedia desnudes para al
estar ya lista bajar y despedirme de mis hombres.
¿Saben que?
— Vámonos — tiré de Ghian
pues...solo porque puedo.
— ¿Qué?
Me detuve a mitad de la
entrada para soltando tanto a Quan como a Guian girar y correr a mis otros
chicos besando sus bocas en apasionados besos para luego de haber terminado con
cada uno volví con Ghian y Quan, con multiples sonidos viniendo de mi
espalda...jadeos agitados, además de melenas desaliñadas junto con rojos
labios.
— Ahora, si vamos.
Ghian me lanzo una mirada
divertida mientras entrelazaba nuestros dedos.
— ¡Vas a pagar por
dejarnos así!
Mordi mis labios divertida
ante la exclamación de Reid, sabía a lo que se refería, pues los tres quedaron
empalmados.
El poder de un beso.
(….)
— ¿Estarás tu incluido?
Las esquinas en los bordes
de su boca se estrecharon cuando volvieron a preguntarle lo mismo por veintiaba
vez en menos de media hora, pues, apenas se enteraron que tanto Quan como yo
planeamos una cabina de besos desplazaron sus codiciosos ojitos en el.
Ya sabrán como esta mi
hombre de irritado.
Pobrecillas.
— No, tengo novia.
Ella desplazó sus ojos,
pero no a mi, sino a todo el cuerpecito delicioso de mi hombre al cual pude ver
rodar sus ojos para mirarme con el ceño fruncido...sabia que pagaría por esto.
Y estaba esperandolo con
ansias.
— Una pena, pagaría una
fortuna por...
Ghian inclinandose hacia
ella le susurró algo en su oído que tuvo los ojos de la chica desbordandose y
brillando excitados ante lo que le habra dicho, miré recelosa a Ghian cuando se
apartó de ella dándome una mirada.
Caminando hacia mi vi
sorprendida como la chica corría hacia un grupito donde comenzaron a cuchichear
soltando jadeos sorprendidos como emocionados.
— ¿Qué le...
Abriendo mis ojos
sorprendida cuando cálidos labios aterrizaron sobre los míos me quedé estática
por segundos, justos segundos donde después tirando del cuello de su chaqueta
uni nuestros labios aún más gimiendo cuando su lengua acaricio la mía, siento
sus manos en mi trasero empujandome contra el, haciendo que fuera consiente de
la dureza detrás de su bragueta, se supone que vinimos a negociar con las
chicas y preguntarles si les interesa participar ¿pero yo que estaba haciendo?
Besando a mi novio, quien era el único que había hablado con todas las chicas.
Que buena novia soy.
Sentí su cuerpo presionar
el mío llevandome a dar pasos hacia atrás, quise separar mis labios de los
suyos refutar con que no podiamos irnos a otra parte, no podia dejar solo a
Quan con esas malditas, pero no me dejo al profundizar sus lamidas y succiones
a mi lengua, gemi al chocar contra una puerta que fue abierta y al entrar chocar
contra algo que se tambaleo.
Sus manos me dejan y su
boca se aparta de la mía para mordiquear mi barbilla, un tirón en mi short me
saca del estupor ante sus besos y sin saber muy bien qué hace me remuevo
intentando detenerlo.
— Ghian...
Mi short cae cortando mis
palabras seguido por mis bragas, el aliento se me estanca cuando veo hacia
abajo donde sus manos trabajan en su bragueta dejando caer las prendas rodeando
sus muslos, pateo la ropa que rodea mis pies para cuando sus manos acarician mi
piel estar preparada para él.
— No podemos — sin aliento
susurre contra su humeda boca rosando mi barbilla.
— Podemos.
Un jadeo salió de entre
mis labios cuando fui levantada y presionada contra algo, que no reconozco pero
que volvió a tambalearse con mayor fuerza, rodee su cadera con mis piernas en
el momento que entró en mi.
— Dios — jadee llevando una de mis manos a su cabello y otra sobre mi
cabeza sujetando una varilla.
Amaba cuando tenía a mis
cuatro hombres reunidos en una sola habitación, pero no podía negar mi absoluta
adoración a estos pequeños momentos íntimos que teníamos, los adoraba, los
apreciaba y sabía que era lo mismo para cada uno de ellos.
No era egoista, pero
entiendo que muchas veces me desean por separado.
Mis ojos rodaron hacia
atrás cuando sus embistes aumentaron, con sus manos agarrada en mi cadera
teniendome presionada contra el estante completamente quieta para complacer su
placer, mordiscos en mi cuello en mi barbilla hicieron que dejase caer mi
rostro teniendo al instante sus labios sobre los míos.
Con nuestros ojos
enfocados en el otro vi la lujuria bailar en sus ojos, afianze mi agarre en sus
caderas haciéndolo estrellarse en mi...un gruñido vibró de su pecho al separar
sus labios de los míos.
— Estoy cerca — soltó en
un jadeo.
— Hmm — en estos momentos
era más un cuerpo inerte lleno de placer como para formular palabras.
Rodeando su cuello con mis
brazos dejé que el placer desbordase de mi, de él, un ronco gemido suyo
mientras quedándose quieto me inmovilizo para dejar que su placer me llenara.
Jadee acariciando su
mejilla con la mía siendo una masa inútil entre sus brazos, dejando un beso en
mi frente se echó hacia atrás pero se tambaleo haciendo que mi espalda chocase
contra la estantería y...
— ¡Mierda!
Me tiré contra su cuerpo
cuando algo humedo cayó sobre mi cabello, el volvió a tambalearse cayendo al
suelo conmigo aún enrollada en el.
Nos miramos.
Y empezamos a reír
divertidos.
— Somos un desastre —
murmura mientras me incita a que me levante, al hacerlo el deja salir un
suspiro sin apartar sus ojos de mi — Bueno, con esa vista no me puedo quejar.
Dejé salir un bufido
mientras le tendía la mano, levantándose colocó su ropa en su lugar mientras yo
giraba e iba por la mía.
— ¡Hey! — exclame cuando
sentí un azote en mi culo, entrecerre mis ojos mientras lo miraba sobre mi
hombro — ¿Podrías no hacer eso?
— Lo siento cariño,
intente con todas mis fuerzas no hacerlo — me da una sonrisa de niño travieso —
O tal vez no.
Rodando mis ojos fui hacia
mi ropa para colocarla en su lugar, mi cuerpo, salimos del....de donde sea que
estuviésemos, para llegar a lo que era un casi desolado pasillo. Fuimos a mi
habitación mientras intentaba no tocar lo que sea que cayó sobre mi cabello,
pero lo que sea que fuese estaba frío y era espeso ya que no sentia que
escurria a mi cuello.
— Voy a enviarte a mi
lista negra.
Es lo primero que escuché
al entrar a mi cuarto, Quan estaba echado en mi cama mientras andaba en su
móvil, volteando a verme su fulminante mirada hizo que le sacará el dedo medio.
¿Qué?
Fue algo imposible de
evitar.
— ¿Me acabas de...—
soltando un suspiro rendido dejó caer su cabeza en las almohadas, mis almohadas
— Sabes, me dejaste sólo ¡sólo con las arpias esas!
— ¿Te hicieron algo? —
caminando hacia el baño dejé a Ghian para que hiciera lo que quisiera en mi
cuarto.
— ¡Por supuesto que lo
hicieron! ¡me ataladraron con sus putos ojos! ¿qué se creen? ¿Superman? Te juro
Pey, que si tuviera un puñado de maldad en mi cuerpito les hubiera dado en sus
vagi...
— ¡¿Pero que...¡mierda!
¡mierda! ¡mierda! ¡nooo!
Chillé y grité ante la
imagen que se reflejaba en el espejo, mi cabello ¡mi puto cabello estaba verde!
Y era un verde moco ¡moco!
Corrí hacia la ducha
quitandome mi ropa dejandome en brazier y bragas, el agua cayo sobre mi a lo
que dejando a mi cabello humedecerse tome un pocoton de shampo para esparcirlo
por todo mi cabello.
— ¿Cariño? ¿qué está
sucediendo?
Escurri el shampo, el agua
en mis manos podía ver el verde salir en diminutas tiras, miré hacia Ghian y
Quan que mirando mi cabello sus ojos se abrieron conmocionados.
— Mierda santa.
Soltando un quejido volví
a lavar mi pelo tratando de quitar tal mierda ¡con un demonio salte! Salí del
baño luego de mi cuarta lavada para mirarme al espejo y sentir un nudo en mi
garganta.
Creo que hasta quiero
llorar.
— ¿Peyton?
— Verde — susurre mientras
me ponía de costado mirando la cima de mi cabeza hasta la nuca donde el verde
seguía en una horrenda mancha de moco.
— Un horrible verde...¡au!
¿qué pasa contigo? ¡pero si es verdad!
Girando miré a Ghian
cuando un puchero salió, el viniendo hacia mi acaricio mis mejillas.
— ¿Se ve feo?
— No — su respuesta fue
inmediata, pero sabía que mentía, entrecerre mis ojos hacia el exigiendo la
verdad — Está bien, está feo, mucho.
Las lágrimas bordearon mis
ojos.
— Oh no, no llores cariño,
mierda — jurando tiro de mí llevándome hacia la cama enrrollandome en una
toalla que supongo Quan le dio.
— No puedo estar así ¡me
veo horrible! Tengo que pintar mi cabello ¡ahora!
— Lo harás, vistete y te
llevaré a un estilista para que te...
— No creo que sea tan
sencillo.
Girando miré a Quan
preguntándole a que se refería, el sólo fue hacia mi short sacando mi teléfono.
— Pregúntale a tú mamá.
(….)
— ¿Cómo que
no puedo?
— Tienen que
decolorarte el cabello para quitarte el verde, usa mejor un pigmento con rojo
para contrarrestar el verde...no es tan sencillo como crees hija.
— Pero mamá,
yo no quiero otro color.
Gire para mirar a Ghian y
a mis otros chicos, Mase estaba jugando con mi cabello pero parecía aturdido
por el color, a Reid era el que más duro lo golpeó...me había mirado el cabello
como esperando que este sólo desapareciera y fue Terrell quien me dijo que
verme con ese color les desagradaba.
Yo era su dulce algodón.
Era.
— Es lo que
se debe hacer si quieres volver a tu rosa, primero pintatelo de un 17 quizás un
marrón o cobre...luego espera algunos días de dos a tres semanas para que
puedas pintarlo de nuevo y que no se te rompa el cabello, si lo haces ahora tu
cabello no resistirá la decoloracion, has lo que te digo y mientras esperas
esas semanas ve haciéndote tratamientos.
— Entiendo.
No puedo creerlo, mi
cumpleaños es en pocos días y yo voy a estar con un color de cabello que no
quiero.
Matenme.
A N T E R I O R - S I G U I E N T E
No hay comentarios:
Publicar un comentario