C A P Í T U L O 20

 STEPS

CAPÍTULO VEINTE


Peyton


Las tentaciones de la vida, vaya que son deliciosas pero venga, no lo son cuando se supone que debo estudiar para un examen que será en dos días, uno, si contamos hoy. Pero al parecer a uno de mis chicos parece importarle poco que estemos en medio de las pruebas antes de las vacaciones.

 

— ¿Te falta mucho?

 

Y esa tentación es Mase, según me contó como el es tan cool decidió pedirle a sus profesores que le tomasen los examenes mucho antes que a cualquiera, no cabe decir que salió más que sobresaliente y una aquí debe quemarse las pestañas para aprenderse las bases químicas de ciertas arenas y otros menjurjes.

 

Soltando el libro que había prestado en la biblioteca sobre mi mesita suelto un suspiro, estoy cansada ¿como negarlo? Ya con esta van cuatro días de exámenes consecutivos ya que aquí no es como en la escuela que te dan como dos semanas de exámenes.

 

No, aquí es mucho menos.

 

Aún asi, agradezco que para mañana todo este ajetreo se halla terminado, girando junto con mi silla volteo a verlo, y la mayor tentación se encontraba en mi cama sin camiseta ni pantalón, sólo en un delicioso boxer ¿ven? Clara e irresistible tentación.

 

Solté un suspiro deleitada mientras me recostaba en mi silla, claramente mi suspiro trajo su sonrisa baja bragas, a lo que me hace preguntar: ¿qué me haría si supiera que no tengo puestas bragas?

 

— Sabes que tengo que estudiar...

 

— Si, pero, también sé que llevas más tiempo del que dices estudiando las materias de mañana — alzandose se desliza en mi cama recostandose por completo en mis almohadas llevando un brazo debajo de su cabeza.

 

¡Maldito sea!

 

¿Por qué demonios tiene que ser tan irresistible? Además de que el lo sabía, el muy hijito de su mamá lo sabía y no contemplaba en gastos para restregarme en mi cara su jodida polla...la muy jodida al parecer estaba despierta y punteando la tela que lo cubría como queriendo salir y que le diera un merecido saludo.

 

Con una mamada.

 

— ¡Pues porque son muy difíciles! Venga, tengo que concentrarme y no puedo contigo aquí y todo...todo...todo...

 

— ¿Todo, todo, que?

 

— ¡Así! — con movimientos rápidos lo señalé por completo con mis manos haciéndolo sonreír.

 

— Tesoro, no es mi culpa ser irresistible.

 

Hice un mohin.

 

— ¿Pero, no podrías ser irresistible en otra parte?

 

Negó sin dejar su diversión de lado.

 

— Yo sólo me muestro ante ti ¿qué tal un rapidito? Ya sabes así te puedes desestrezar un poco, calmar mi hambre de Peyton y así todos estamos contentos.

 

— El sexo sólo me dejará aniquilada por varias horas, horas que necesito para estudiar.

 

— ¿Y qué pasará con mi sed de Peyton?

 

Parpadee al ver como fruncia su labio formando un lindo puchero y creo que intenta hacerme ojitos de perrito pero no le sale.

 

Girando en mi silla releo mi lista con los temas a los que debo estudiar, ya he abarcado todos los temas y subrayado lo que sé estará en el examen, en cada examen, y bueno...es cierto que llevo varios días estudiando para este día.

 

Como también que llevo días sin verlos nada más que para un besito por aquí y por allá, los he abandonado como tambien al sexo, pero es que ellos están tan frescos con sus pruebas y yo no puedo dejar de morder mis uñas ante los nervios.

 

Quizás es momento de relajarme y dejar que me mimen, cierro los libros guardando mis notas y exámenes de prueba para girar levantarme de mi asiento y caminar hacia el.

 

— Creo que puedo ayudarte con ello.

 

De rodillas en mi cama voy hacia el quien se lame sus labios mientras me ve gateando hacia sobre cuerpo, dejándome caer en su regazo me aseguro de sentarme sobre su polla para así acariciarnos.

 

— Oh, demonios.

 

Quitando la camiseta de mi cuerpo le dejo ver que no tengo puesto brazier aunque supongo que eso el ya lo sabía, un escalofrio recorre mi cuerpo cuando sus manos se colocan en mi cintura acariciandom con las yemas de sus dedos, inevitablemente suspiro para con mis manos acariciarlo también ¡me gusta acariciar! Inclinandome dejando mis pechos presionarse contra sus pectorales beso sus labios.

 

De inmediato sus manos dejan mi cuerpo y van a mi nuca presionandone contra el mientras un gemido brota de entre sus labios, nos hace rodar quedando el encima mío mientras abriendo mis piernas se coloca entre ellas, acaricio sus espalda y con otra mano tiré de su cabello cuando su despiadada lengua entra en mi boca queriendo todo de mi.

 

Un deseo recorre mi cuerpo y me veo luchando contra su lengua, compartiendo mordiscos, besandolo con mayor ímpetu, mayor deseo, tiro de su cabello y me restriego contra su más que evidente erección y es que lo deseo.

 

Sus labios dejan los míos y mientras jadeos salen de mi boca sus labios recorren mi mandíbula, mi cuello besando mi piel mientras sus dedos van a mi diminuto short tirando de este hacia abajo.

 

Maldice al ver que no traigo ropa interior.

 

— ¿Has estado sentada allí por más de dos horas sin nada debajo de tu ropa?

 

— Uhu.

 

— ¿Y yo no he hecho nada?

 

— ¡Exac...mierda!

 

Muerde mi pezón derecho para luego lamer y chupar, estoy arqueandome contra él antes de saber cuando, mi cuerpo tan sensible y receptivo hacia mis hombres reconociendo a uno de ellos, muevo mis piernas tirando de mi short quitandolo de nuestro camino para consecutivamente rodear su cadera con mis piernas.

 

El se acomoda llevando su mano a su miembro colocandolo entre mis muslos movió su pelvis deslizandose en mi contra con una lentitud que me sofoco ¡más rápido! No estaba penetrandome, no, pero estaba queriendo provocar mi excitación.

 

— Mase, por favor...

 

— Amo tus tetas, suaves pero firmes, abarcan muy bien mis manos, algún día me las voy a follar.

 

Lloriqueo ante sus palabras mientras afianzo el agarre de mis piernas rodeandolo llevando mi pelvis contra la suya deseandolo en mi interior ¿por qué me hace esperar? ¡lo deseo ya!

 

— No, antes de llenar tu lindo coño con mi polla necesito un recorrido y como dije estoy sediento de ti — lleva su cabeza hacia abajo besando entre mis pechos haciendo un recorrido con su lengua en mi abdomen rodeando mi ombligo mordisqueando la piel suelta en mi abdomen.

 

A él parece no importarle la piel de más que tengo, por lo tanto, a mi tampoco.

 

Va hacia abajo y veo con mis labios entre mis dientes y el corazón desbocado como coloca mis piernas sobre sus hombros y lleva su rostro directo a mi pubis, grito al sentir su humeda lengua y luego sus dedos al abrir mis labios vaginales abriéndome para su boca que chupa, mordisquea y me hace gemir como una posesa por el placer.

 

— ¡Mase!

 

Tiré de su cabello pero el sólo gruño para llevar su boca aún más en mi, levanta más mis caderas abriendome para si, me sacudi cuando mordio mi clítoris gritándole que no hiciera eso pero él sólo se rio para hacerlo de nuevo.

 

Boceo por aire, sé que quien me viera diría que paresco un pez apuntó de morir pero yo era uno brillando de vida y de maldito placer, un dedo se agita en mi interior palpando mis paredes internas...sé lo que busca y me remuevo inquieta a la espera de que lo encuentre, y estoy más que segura de que cuando lo encuentre voy a correrme.

 

— ¿Dónde, dónde estas? — susurra contra mi pubis y su aliento no hace más que estremecerme y hacer que jadee.

 

Dios....¡DIOS!

 

— ¡Aquí está!

 

Acaricia una y otra vez mi punto g ¿era g? ¡como diablos se llame! El me acaricia y acaricia y yo sólo boqueo y gimio y jadeo, grito mi placer mientras estrellas brillan tras mis párpados cegandome.

 

— ¡Oh, di-diablos!

 

Quisiera agarrar su cabello pero mis brazos tiemblan, mi cuerpo es una masa inútil mientras escucho como una succión y siento los labios de mi chico aún en mí lamiendo mi placer, cuando levanta su cabeza su barbilla está humedecida por mi placer y rio divertida ante ello.

 

¿Quién dijo que el sexo oral era una pasada?

 

Su cabello está despeinado, su frente brilla por el sudor y mientras con una mano limpia su barbilla va deslizándose encima mío besando mi cuerpo, chupando mis pezones dejándolos con un: ¡plop! Para llegar a mis labios donde grito de placer al sentir como su miembro se introducía en mi interior ¡DIOS! Sus labios descienden por mi barbilla besando mi piel mientras comienza un delicioso vaivén en mi contra.

 

Mis uñas trazan líneas por su espalda a la par que sus embestidas aumentan, estoy agonizando entre sus brazos molesta al sentir mi orgasmo cerca, tan cerca que debo cerrar mis ojos para retenerlo.

 

No pienso dejar que esto termine tan pronto.

 

— Siento que estas cerca — traza con su lengua una línea en mi cuello — Tu cuerpo está tenso, tu respiración demasiado agitada, y aprietas como un puño mi polla.

 

Agarré con mis manos sus hombros empujandolo hacia su espalda colocandome encima suyo...el luce sorprendido pero se lame sus labios al ver mis pechos, apoyo mis manos en sus pectorales deslizandolos hasta su cuello plantando mis manos a ambos lados de su cabeza me incline a besarlo. Había algo...mejor no decirlo pues lo que más quería era satisfacer a mi hombre, a mis hombres, pero Mase era el único de los cuatro en esta habitación e iba a hacerlo disfrutar.

 

Echandome hacia atrás plante mis rodillas en la cama rotando mi cadera haciendo sisear al cuerpo debajo mío, sonriendo atrevida eché mi cabello hacia atrás mientras dejaba a mi cadera moverse sacando al miembro acogido en mi interior y dejandolo penetrar en mi interior, sus manos quisieron cambiar el ritmo de mis movimientos pero no lo dejé, apartando sus manos de mi cadera las coloqué en un mejor lugar, uno donde sabía el podría entretenerse.

 

Mis pechos.

 

Sus dedos delineando las aureolas rodeando mis pechos electrifico mi cuerpo haciendo que el aire desapareciera de mis pulmones, agarrándome de sus fornidos músculos me meci contra su miembro aumentando de ritmo ante cada segundo llevándonos a lo alto del precipicio mientras mis pechos rebotaban y nuestras pelvis chocaban en un sonoro sonido que no podía haber más traducción que el sexo al asecho.

 

Deje mi boca caer abierta ante mis gemidos mientras sus manos tomaban mi cadera llevándome contra mi espalda, con obvio deleite lo vi subir sobre mi hundiéndose en mi interior gruñendo ante dicho placer nos movimos el uno contra el otro sudorosos y jadeantes ante cada segundo.

 

Rodeando su cadera con mis piernas y llevando mis manos por su espalda las deslize entre el sudor impregnado en su piel llegando a su prieto trasero estrujandolo y llevándolo contra mi, dejándolo deslizarse aún más en mi interior.

 

Su jadeo entrecortado más el desenfreno en sus embistes fueron el previo aviso antes de que quedándose quieto me llenase con su calor, mi espalda dio un brusco tirón arqueandome en su contra mientras me deshacia en pedazos entre sus brazos.

 

Se quedó quiero enterrando aun en mi interior y con su rostro entre mis pechos con su aliento recorriendo mi pezón izquierdo erizando al traidor, algo que hizo reír al dueño de mi anterior orgasmo.

 

Golpee su espalda.

 

— ¿Excitada, tesoro?

 

— Te voy a morder.

 

— ¿Despacito?

 

— Hasta arrancarte la polla.

 

— Pero ella se siente tan feliz en tu interior ¿la lastimarias aún así? — dio pequeños embistes enfatizando sus palabras.

 

— Pervertido.

 

— Tal ves ¿pero sabes? Veamos cuán pervertido soy.

 

— ¡Mase!

 

(….)

 

— ¡Tú te vienes conmigo!

 

Confundida ante sus palabras veo de lado a lado buscando un medio para escapar, estoy por dar un paso hacia atrás pero el me agarra del brazo tirando por el pasillo.

 

— ¿Pero que coño pasa contigo?

 

No me hace caso y sigue caminando, pues que siga caminando ¡pero no conmigo!

 

— ¡Quan! ¡que tengo clases!

 

— No, tu tienes que venir conmigo, no puedo creer lo que hicieron te juro que voy a mandarlos a la mierda cuando los vea ¿qué se creen?

 

— ¿De qué estas...

 

— ¡Tus hombres cambiaron mi stand en la feria!

 

Parpadee confundida.

 

— ¿Y por qué...

 

— ¡Disque era mejor! ¡mejor mi culo!

 

Había algunas personas que nos estaban mirando, unas con una sonrisa divertida a las que rode mis ojos y otras que nos veían con asco, a ellas les saqué mi dedo ¿se creen muy reinas? ¡pues que se jodan!

 

Llegamos al salón de baile ¿cómo lo se? He ido más veces de las que me gustaría ya que muchas veces Quan tiene sus presentaciones, y lo aseguro ¿el hombre? Baila muy bien.

 

Y allí dentro estaban mis chicos donde tirando del agarre de Quan fui a cada uno de ellos besando sus labios, despeinando sus perfectas melenas y haciendo que perdieran el aliento.

 

— Mierda — separando mi boca de la de Reid sonrei divertida mientras intentaba alejarme de el pero sus brazos rodearon mi cintura plantando sus manos en mi trasero presionandome a el, no hice nada para alejarme, inclusive, rodee su cuello con mis brazos.

 

— Entonces, mi amigo aquí presente dice que han estado haciendo travesuras ¿es cierto?

 

— Ayudándolo, eso estábamos haciendo.

 

— Pero al parecer no le gusta nuestros pequeños cambios.

 

— ¿Pequeños? ¡no son pequeños! ¡son tan grandes como el puto Pluton!

 

— Hombre, que Pluton es pequeñi...

 

— ¡Es grande para un humano! ¡deja de corregirme!

 

— Ok ok — esta ves si me separé de mi chicos yendo hacia Quan pinchando su brazo — ¿Alguien me puede decir cual fuese ese pequeño, no tan pequeño cambio?

 

— Cambiamos la taquilla que iba a ser identica a la de la película a una que es mucho mejor — contesto Ghian mientras se cruzaba de brazos mirando a Quan con los ojos entrecerrados — Aparte de que lo "identico" había sufrido un cambio algo drástico.

 

Miré hacia Quan que se reía nervioso para mirarme y empezar a negar.

 

— No es lo que crees, yo...quería que la taquilla ¡brillara! Y pensé que el verde con algo de brillantina quedaría perfecto ¡y lo hace!

 

— ¿Verde y brillantina? — hice una mueca a lo que el hizo esa pose de ofendido.

 

— ¡No puedes decirlo en serio! ¡se ve hermoso!

 

— Bueno, tal vez en un vestido, no, en eso tampoco quizás en algún dibujito de niña ¿pero en esto? Nada que ver — acercandome tiré de sus mejillas — Quan, profesionales, debemos ser profesionales y tener un buen gusto en tono.

 

— ¿No vede ni billantina? — no pude evitar reir mientras el hablaba, tan lindo, solté sus cachetes para dar un paso atrás.

 

— ¿Algo más que deba saber?

 

— Te tenemos que decir algo — mirando hacia Terrell asenti y...

 

Miré a Quan quien soltando un bufido levantó sus manos.

 

— ¡Entendi! No me quieren aquí, ya me Di cuenta de que no soy solicitado por mi mejor amiga.

 

Girando cual diva se fue a lo que volví mi atención a mis hombres yendo hacia Ghian rodeando su cintura con mis brazos sentí sus labios en mi sien.

 

— Cariño, como sabes mañana comienzan las vacaciones.

 

— Si.

 

— Y mucha antes de que empezaremos a salir, habiamos echo planes...

 

— Planes que no me incluían — separandome de Ghian miré a cada uno de ellos sorprendida al ver que no me miraban fijamente mirando apenados al suelo.

 

— Si ¡pero! Pe-pero nosotros, nosotros queremos que tú...que puedas ¡si tú quieres! No tienes que...pero si tú quieres...

 

— Hermano, estas confundiendo toda esta mierda — Reid riendo algo tenzo interrumpió a Mase quien empezó a sonrojarse mirando hacia un lado — Lo que queremos decir, es que, queremos que vengas con nosotros.

 

Sorprendida miré a cada uno quienes me veían con un anhelo al cual no podía no verme ¿además, por qué iba a hacerlo?

 

— ¿En serio?

 

— ¡Claro! No dejaríamos a nuestra mujer por nada del mundo — Ghian entrelazando nuestras manos me miro miró con algo de preocupación — Pero ¿tus padres no estarán de acuerdo?

 

Mordisquee mis labios.

 

— Puede que mi madre este de acuerdo, tal vez, pero en cuanto a mi padre ¿la verdad? Lo que el diga no me importa.

 

— No queremos separarte de tu padre, tesoro — Mase delineo mi barbilla con uno de sus dedos para llevar un castaño mechón detrás de mi oreja.

 

— Y no lo harán, él ya lo hizo por si sólo.

 

Y era verdad, mi padre nunca contrajo matrimonio con mi madre, nunca la trató como una mujer debía a ser tratada, su manera de ser era la de un hombre imposible que se creía mejor que el pan y más sabio que el jodido Platon. Entiendo que hay padres estrictos, que deben ser de mano dura y leve corazón como tambien tener sabías palabras, mi padre tenía mano dura, duro corazón y aunque las sabías palabras las tenía estas eran más dichas de boca de mi madre, el copiaba sus palabras haciéndolas ver como si fueran suyas.

 

Además de que habla mal de todo el que no lo sigue en su estilo de ideas, para el no merecen su tiempo, el es sólo el tipo de persona que no necesito en mi vida.

 

Nunca.

 

— Entonces ¿a dónde nos dirigimos?

 

— Oahu.


A N T E R I O R              -              S I G U I E N T E



No hay comentarios:

Publicar un comentario