STEPS
CAPÍTULO TREINTA Y SEIS
Peyton.
— ¿Crees que debamos
despertarla?
— Hombre, sólo han sido
tres horas.
— ¡Exactamente! ¡Tres
horas es...
Un golpe resono en la
habitación seguido de un quejido.
— ¿Por qué demo...
— Vas a despertarla con tu
griterio, cierra la boca.
— ¿Hermano, en serio se
desmayo?
— Diablos si, no se si
sentirme preocupado o no...tal vez fue por lo intenso que fue o porque está muy
cansada ¿vieron sus ojeras?
Hice una mueca en mi mente
¿se había dado cuenta? Y...¿a qué hora habían llegado los demás? Por cierto
¿qué hora es?
Bueno si he estado
inconsiente por tres horas no creo que sea demasiado tarde.
— Ruidosos — murmuré con
la voz rasposa de recien despertar y de haber gritado al tener sexo.
— ¿Tesoro?
— ¿Cariño?
— ¿Nena?
— ¿Dulzura?
Sonriendo contra la
almohada tras escuchar sus voces musitar los apelativos que tanto amo salir de
sus labios me estire girando para abrir mis ojos y ver el techo.
Luego a mis chicos.
Todos están tan bonitos
con sus muecas preocupadas, lamiendo mis labios voy irguiendome sujetando la
esponjosa colcha contra mis desnudos pechos, y puedo notar que eso los
decepciona.
Y ahora es cuando nos
quedamos callados, un intenso silencio ocupando más de la habitación de la que
me gustaria, aún así sé que debemos hablar sobre el elefante en la habitación.
No podemos evitarlo.
Mirando de lado a lado
encuentro una camiseta en el suelo y sin importar qué dejo caer la colcha para
segundos después cubrirme, suelto un largo suspiro para mirarlos y palpar las
sábanas.
— Por favor, vengan.
Mirándose entre ellos
caminaron hacia la cama subiéndose en ella...por suerte era la cama de
orgias...mordi mis labios mirándolos nerviosa, primero lo primero...
— Lamento haberlos dejado
luego de haber...ya saben, tener un momento con ustedes.
— Si te refieres a
acorralarnos y tener ardiente sexo, puedo asegurarte que conmigo no hay
problema, aunque si me dolió que al terminar huiste — dijo Reid quien fue el
primero en mi lista.
— ¿Por qué lo hiciste? —
preguntó Mase acercándose a mi aunque a mitad del camino se detuvo, negó para
mirarme fijamente — No, primero quiero que nos digas la verdad ¿en la grabacion
eras tú?
— Si — de inmediato todos
hicieron una mueca a lo que me adelante tomando la mano de Terrell — Dejenme
hablar, hay mucho de lo que no saben y a pesar de haber estado separados y...el
como me trataron yo nunca les mentiría.
— La grabación...
— Fue una conversación que
tuve hace días sino semanas con un primo mio, al parecer grabaron la
conversacion y cortaron la mayoria de mis palabras para crear lo que ustedes
llamaron mi completa infidelidad.
Ghian soltó un suspiro.
— No estoy diciendo que no
te creemos pero ¿quién haría todo eso en contra tuyo?
Hice una mueca.
— Esa es la parte difícil
y estoy completamente segura de que no van a creerme, por completo, me tacharan
de mentirosa — me eché hacia atrás soltando a Terrell para mirar mis manos —
Pero no estoy mintiendo, yo misma lo escuché hablando con la putizorra de Malia
Derkson acerca de que haría todo lo jodidamente posible por separarme de
ustedes, que aunque lo de sacarme de la Universidad no estaba saliendo como lo
planeado tal vez pasaría, que ahora era mi amigo y que les contaría todito lo
que tenía pensado para estar nuevamente juntos, el muy hijo de puta ¡con lo
bien que me caía! Pero yo soy la idiota ¿cómo no pude verlo? Aunque no se ve
para nada como si batease al otro lado, aún así...
— Nena, nena — la voz de
Reid me detuvo haciendo que lo mire — No te estamos entendiendo ni una mierda
¿qué tiene que ver Malia en todo esto?
— ¡Ella era
su...su...su...compinche!
¡No se como carajos decir
compinche en inglés!
Joder.
Acaricie mi nuca mientras
ellos me miraban confundidos, solté un suspiro dispuesta a contarles todo.
— El día que te dejé en mi
habitación de la fraternidad fui al departamento de Dorian para contarle de mi
plan para tenerlos devuelta — avergonzada por decirlo miré mis manos pero
alcance a ver como sonreían — Le conté todo hasta que me dijo que estaba muy
cansado y me marché pero estaba a mitad de camino para ir al ascensor cuando mi
mamá me llamo contándome una cosa que luego les contaré, la cosa es que
emocionada giré para ir a contárselo y cuando llegue a la puerta escuché la voz
de una mujer.
— ¿Malia estaba con
Dorian? — me preguntó Mase confundido para negar — Eso no tiene sentido, ellos
no se conocían.
Me encogi hombros.
— Tampoco sé el cómo, pero
sé perfectamente lo que escuché...como también que el quiere ser de ustedes.
— Ya es nuestro amigo —
murmuró confundido Terrell.
Negué.
— El quiere ser, en pocas
palabras, lo que yo soy para ustedes.
— ¿Qué diablos?
Miré sorprendida a quien
insultó y no era por no estar acostumbrado al vocabulario vulgar pero si estaba
sorprendida por quien soltó aquella maldición.
Mi lindo Terrell.
— Digo...— aclaró su
garganta luciendo sorpresivamente avergonzado — ¿Qué cosa? ¿cómo que Dorian
quiere ser...tu?
— El hizo y sigue haciendo
de todo para separarme de ustedes ¿qué demonios esta mal con el? — me
levanté de la cama con una ira fluyendo en mis venas al recordar todos los
buenos momentos que pasamos juntos — Lo crei mi amigo ¡le di mi jodida
amistad! Y no estoy hablando de que el debe agradecer ser mi amigo pero yo no
soy alguien que da facilmente su amistad ¡tenía muchos amigos cuando entré a
esta maldita universidad y todos se fueron a la mierda cuando supieron que yo
no cerraba mi boca ante cualquiera!
Ah, yo aun recuerdo a esas
perosnas que luego de ver como soy me miraron como si fuera una aberracion del
universo.
Me cruce de brazos para
mirarlos.
— Todo esto es
culpa...culpa de ustedes.
— ¿Qué? — Mase
se levantó acercandose a mi pareciendo sorprendido con mi arrebatada acusacion.
Yo lo estaba.
— Ya me escuchaste, esto
es culpa de cada uno de ustedes, empezando con lo de la universidad, con lo de
mi estupides al buscar nuevos amigos, el de estar cansada como la mierda, el no
poder dormir en las noches sin dejar de recordar nuestras noches juntos.
— Esto no fue nuestra
culpa eso tu lo sabes, nosotros solo hicimos lo que creíamos correcto...
— ¡Correcto! —
exclame incredula ante su afirmacion a lo que Ghian se levantó de la cama
seguido de los demás, trague saliva algo nerviosa — Ustedes, cuarteto
de...de idiotas pensaron hacer lo correcto y terminaron juzgandome sin darme un
maldito segundo para defenderme y sólo ¡me echaron cual puta basura!
— ¡Cometimos un error!
Estuve algo sorprendida
cuando Ghian se adelantó gritando y apuntandome con su dedo.
Hice una mueca, mientras
me cruzaba de brazos de reojo pude ver como Reid veía detenidamente mi cuerpo,
no tenía tiempo para ello.
— ¡No lo hubieras cometido
si confiaras en mi!
— ¡Habia pruebas más que
sustanciales señalandote Peyton! ¡era tu voz!
— ¿Qué con eso? ¡si
alguien me hubiera enviado lo mismo por supuesto que iría a ustedes por una
explicacion! ¡yo los hubiera escuchado!
Se quedaron en silencio.
— ¿Lo hubieras echo? —
preguntó Terrell mirándome.
Pase mis manos por mi
rostro a lo que sentí como alguien levantaba mi camiseta, al ver que era Reid
di un paso lejos suyo.
— Diablos, esto parece
telenovela y de las malas, por supuesto que sí...soy algo rencorosa, un buen
ejemplo es mi padre, pero se escuchar — di un paso hacia ellos — Quiero, anhelo
pensar que todo volverá a ser igual a como éramos, pero no lo creo posible.
Sus ceños se fruncieron.
— ¿Por qué demonios no? —
preguntó Mase mirándome con los labios apretados mientras me miraba herido.
— ¿Qué si algo como la
grabación vuelve a pasar? ¿volverán a desconfiar? ¿a tratarme como una maldita
mentirosa?
— Nunca — negó Reid con
efusivo — Cometimos un maldito error, pero aprendimos de el y sabemos que si
algún hijo de puta vuelve a intentar alguna mierda igual...nuestra relación no
sufrirá, eres nuestra para proteger, para amar y...¡joder! Si lo permites para
hacerte el amor cada puto día de la semana.
— Reid tiene razón —
murmuró Terrell para sonreír de lado — No estoy diciendo que este decuerdo con
su vómito de insultos a pesar de haber soltado uno de ellos.
Sonrei divertida, mi
Príncipe de los más finos modales.
— Hicimos algo horrible al
no dejarte hablar, lo sabemos ahora, pero estábamos heridos no estoy intentado
justificar nuestros error, pero, te habíamos entregado todo, nuestro amor,
nuestros deseos, te queríamos en ello, ya te imaginamos en nuestra vida y el
sólo pensamiento de tu utilizandonos...nos hirió.
— Quisiera tanto...
Extendi mis manos para
cerrarlas haciendo como si estuviera ahorcando sus lindos cuellos, aunque lo
quería hacer con todo mi puto corazon, para soltar un bufido.
— Tienen tanta suerte de
que los amo con cada pedacito de mi corazón.
— ¿Eso quiere decir...
— Que sí quieren...— me
detuve para pestañear confundida ¿qué si quieren? ¿qué demonios?
Me acerqué a Mase rodeando
su cuello con mis brazos dejando mi cuerpo pegadito al suyo, el hizo una brusca
inhalación con sus labios entreabiertos antes de que me ocupase de besarlo como
he extrañado hacer durante días, al principio parecía sorprendido sin saber que
hacer, pero sus manos...
Unas manos acariciaron mi
cadera desde atrás antes de que mi camiseta fuera levantada.
— ¿Tienes un tatuaje?
Me separé de Mase girando
así soltando el borde de mi camiseta de las manos de Reid, el me miró
sorprendido como los demás lo hacian.
— Pensé haberlo visto
antes, pero no lo crei posible ¿cuándo te lo hiciste?
Miré hacia otro lado para
rascar mi mejilla.
— ¿Qué cosa? — nerviosa
caminé hacia el baño para mirarme al espejo.
Tenía el pelo echo una
mierda.
— Peyton...
— ¿Qué pasó con el nena? —
dije al girar para mirarlo, el me dio esa sonrisa de niñito malcriado.
— Nena, abrete a mi.
— No soy un pistacho —
hice una mueca para girar al lavabo y mojar mi cabello como rostro.
Necesito cafe y sus dos
cucharadas de azúcar.
— ¿Son dos?
Me removi inquieta, aunque
no se muy bien el porque...puede ser que no soporto la idea de que no les
agrade mi porque, si la cosa es así...
Dios mío.
— Estos tatuajes nos
representa a nosotros.
Terminé de secar mi rostro
para ir hacia el agarrando su mano llevándonos fuera del baño donde los demás
nos abrieron paso, soltando su mano agarre mi brasier colocandomelo por debajo
de la camiseta al abrocharlo me quite la camiseta seguido de colocar mi braga
en su lugar, lleve las tiras a su lugar ajustando las copas.
Los miré sobre mi hombro.
Sus ojos estaban en los
tatuajes de mi hombro derecho a mi cadera.
— La hiedra entrelazada en
el infinito con los cinco capullos de rosas, cada rosa nos representa a cada
uno — acaricie el tatuaje algo que me recordó el picazon que tuve durante días
hasta que pude destaparlo y rascarme a mi placer.
Ese día fue glorioso.
La puta cosa picaba como
la mierda.
— El de mi hombro, la
silueta de cuatro palomas...una por cada uno de ustedes, el porque es muy
sencillo — señalé el tatuaje de mi cadera — Nuestro amor es fuerte e infinito.
Señalé mi hombro derecho.
— Ustedes son mi vida, mi
libertad, los únicos capaces de guiarme y llevarme, los únicos a quienes
siempre seguiré sin dudar.
— Cariño...
A N T E R I O R - S I G U I E N T E
No hay comentarios:
Publicar un comentario