STEPS
CAPÍTULO ONCE
Peyton
— Come a little closer...
— Tap me on my shoulder...
— Whisper in my ear...
— Bet you wanna come over...
— Forget an old girl...
— Let's not do it here —
Quan me guiño un ojo mientras decía que no con su dedo.
Reí divertida siguiendo el
ritmo de la música con todo mi cuerpo sin importarme que sean apenas las nueve
de la mañana y seguramente las vagas de mis compañeras en PINK están más que
dormidas.
Ayer fue el festin del
siglo, según sus borrachas palabras, al parecer que haya salido una nueva
mercaderia en ropa Guchi era el motivo suficiente para hacer una fiesta
monumental, a la cual estuve invitada y solo por ser parte de la fraternidad,
aún así ni cagada iba a ir.
Y esta era mi pequeña
venganza por sus mierdas a las que he debido soportar desde las cinco de la
mañana.
— I know you've got me on your mind... — señalandolo lo rodee
para ir hacia mi armario.
— I didn't even
see if I was blind... — le tiré una de mis camisetas al escuchar que cambiaba la
letra, el se dejó caer en mi cama.
— Sensing you staring... — menee mi trasero hacia él.
— Dare you to dare me... — escuche la burla en su voz por tal
motivo deje que viera mi dedo de enmedio.
— I feel your fuckings
shivers down my spine... — una almohada cayó contra mi espalda a lo que lo mire por
encima de mi hombro con ojos entrecerrados
— Feeling your stupids
heartbeat against mine... — me saco la lemgua mientras se recostaba contra mis
almohadas evitando mis miradas.
— You gotta have it, I understand it... — volví mi atención al
armario empezando a sentir el ritmo de la canción.
— Cause I speak your body language...
Deslice mis manos por mi
armario moviendo mis caderas de una manera provocativa, no lo hubiera hecho si
alguien quien no fuera Quan estuviera en mi habitación, aparte de que estaba en
bragas y brazier...unas muy blancas y sencillas a mi parecer, no permitiría a
nadie más verme en este esta...
— Tesoro, ese fue un
movimiento suculento.
Sorprendida miré hacia
el...ellos, los cuatros estaban en la puerta, que estaba abierta ¿cuándo la
abrieron? ¡estaba jodidamente cerrada! Aparte de que ellos estaban en la puerta
todos aglomerados como unos adolescentes cachondos espiando por la ventana a su
sexy vecina.
Me gustaba ser su sexy
vecina y más cuando eran tan lindos, pero ¿qué hacian aquí? ¿y a estas horas?
Habíamos quedarnos a vernos a las doce en su mansión, aún faltaba dos días para
que la inyección hiciera efecto y aún así manteniamos las relaciones sexuales a
plenitud.
Pero también hablábamos,
nos conociamos el uno con el otro en cada segundo, podría decir que sé una que
otra cosilla de ellos...digamos: sobre mis suegros.
Ellos me contaron que su
madre era infertil al igual que su padre, ambos habían estado en la edad de
cuarenta años cuando decidieron empezar con el proceso de adopción...y al
principio pensaban solo adoptar a Terrell, quien al parecer no era indu sino
brasileño ¡que vergüenza! Pero como decía, Terrell hubiera sido el único bebé
que adoptarán pero habían tres bebés más a su alrededor que capturaron el
corazón de ambos. Ahora, sus padres tenían 62 años, ambos, y vivían el sueño de
sus vidas al guiar un hotel de lujo en Oahu el perfecto lugar para vivir en
total calma y alegría.
No cabe decir lo
sorprendida que estuve al saber la edad de sus padres, por lo tanto luego de
esa información quise pagarles con la misma modena: mi familia. Les conté la
verdad, mi madre tiene 39 y mi papá 41, padres separados donde yo me quedé con
mi madre y luego tuve un hermanito -de mismo padres- aún así mis padres no se
llevan muy bien.
Son como el agua y el
aceite.
Hicieron preguntas, yo
hice preguntas y por el momento queríamos saber cosas personales del otro
empezando por la familia, me preguntaron sobre mi hermano...Cahel y a mi
parecer quedaron encantados con mi pequeño hermanito, el apenas tiene 8 añitos
y es un diablillo en todo su esplendor ¡les enseñe unas fotos! A lo que me
dijeron las similitudes entre mi hermanito y yo...me hicieron prometer que
algún día lo conocerian.
— Hola mis chicos —
sonrieron ante mi saludo, sabía cómo les fascinaba escucharme decirles mis
chicos o mis hombres o míos.
Yo encantada de la vida se
los decía, complaciendo sus placeres complacia los míos.
Es un gana y gana.
— Bueno, creo que ya somos
multitud, mejor me voy yendo — volteó a mirar a cuán quien se estaba poniendo
sus zapatos para arreglar su pelo y venir hacia mi, me dio un abrazo para
susurrar en mi oído — Yo que tú cuido mi trasero, ellos se ven enormes...en
todas partes.
Mis labios tembraron
divertida ante sus palabras, sentí como me dio una malvada y se alejó, lo mire refunfuñando
mientras me acariciaba mi pompi.
— ¿Qué coño hombre? — la
voz de Reid sonó tensa, mirandolos vi que miraban de mi mano sobando mi culo a
mi mejor amigo — La próxima vez que hagas eso no esperes salir sin ningún
moreton.
Quan levantó sus brazos
pero me le adelanté.
— Chicos, tranquilos es
Quan solo estaba jugando — caminé hacia mi amigo que no parecía saber hacia
dónde moverse para empujarlo hacia la puerta — Los cuatro, a la cama, ahora.
— No puedo negarme a esa
petición — murmura Reid mientras sale de la puerta cayendo de espalda en la
cama, Ghian lo siguió echándose contra mis almohadas llevando sus brazos detrás
de su cabeza, Terrell y Mase solo se acercaron para uno empezar a ver mis
cajones -de mi ropa interior- y otro mis peluches.
Empuje a mi amigo fuera
para ya hay hacer que me mirase.
— Mañana cine, no lo
olvides.
— Está vez me toca a mí
elegir — demandó a lo que me crucé de brazos.
— ¿Y eso como que por qué?
— Las anteriores tres
veces tu elegiste las películas ahora vienen mis tres turnos, no seas una perra
conmigo y aceptalo — solté un suspiro que lo hizo hacer un puño de victoria,
caminó hacia atrás — ¿Te vengo a recoger?
— Por supuesto, bye —
caminé hacia atrás.
— Bye.
Dándose la vuelta caminó
hacia las escaleras sin que nadie lo empujase o lo viera con mala cara como
muchas de está fraternidad hacen, no es porque sea gay...sino por tener
envuelto en su meñique al fullback de los Osos.
Son unas envidiosas.
— Y díganme ¿qué
hace....qué estas haciendo? — dándome la vuelta cerrando mi puerta con seguro
vi divertida y algo extraña como Mase tenía sobre su rostro muchas de mis
bragas.
El me miró con esa
picardia ardiendo a fuego lento.
— Huelen a tu coño, no
sabes cuanto extraño tu maldito olor y sabor.
Mordi mi labio inferior
para removerme de un lado al otro al sentir mi coño humedecerse ante sus
palabras, a Mase le encanta hablarme sucio casi igual que a Ghian y Reid no se
quedaba atrás pero era mi lindo Terrell quien muchas veces derretia mi corazón.
— Vainilla con un almizcle
entre dulce con salado — murmuró Reid mirando hacia el techo, para soltar un
gruñido — Demonios casi puedo saborearlo.
Más humedad entre mis
piernas.
— Son tan malos — hice un
mohin que los hizo sonreír a los cuatro, me acerqué a la cama jugando con los
bellos en las piernas de Ghian, al parecer hoy quería estar con unas vermudas —
No pueden venir aquí y hacerme eso, menos cuando yo no he podido saborearlos.
Unos brazos tiraron de mi
deslizándose contra un cuerpo lleno de músculos.
— Dos días más cariño,
tendremos las pruebas y tu estarás lista para tomarnos en tu interior sin nada
en nuestro camino.
Me recoste contra su pecho
sintiendo las manos de Reid acariciando mis muslos.
— ¿No tenías
entrenamiento?
— Cambio de último
momento, será en la tarde por eso vinimos todos — parecía algo nervioso.
Entrecerre mis ojos.
— Todos están ocupado esta
noche ¿verdad? — cada uno fue asintiendo, no puede evitar sentirme decepcionada
¡quería quedarme a dormir con ellos! Solté un suspiro — ¿Pero es toda...
Mi teléfono comenzo a
soñar y fue Más quien seguía jugando con mis bragas quien lo tomó, su ceño se
fruncido mientras movía sus labios intentando formar una palabra.
— Pha Pha — volvió a
mirarme al mismo tiempo que mi cuerpo se tensaba — ¿Quién es Pha Pha?
— Mi padre — salí fuera de
la cama para tomar el teléfono entre sus manos, y exactamente era mi papá quien
me llamaba...fui hacia mi ventana suspirando paciencia.
Y contesté.
—
Hola.
—
Peyton ¿como van las cosas?
— Todo va muy bien, las
clases a veces complicadas pero puedo con ello.
— ¿Ya encontraste trabajo?
Necesito que me compres algo.
Apreté mi mano libre en un
puño mientras me tragaba mi lengua para no decirle mis mierdas, volví a
suspirar sabiendo que mis hombres notarian que algo me está molestando.
—
La señorita en el departamento aún no me ha llamado y las veces que yo lo hago
me dice que todavía no hay puestos disponibles.
—
Y supongo que tu no has buscado ¿para qué pregunto? Deja de ser una vaga y
empieza a buscar trabajo por tu propia cuenta.
—
Lo estoy haciendo pero...
—
Deja de poner escusas, consigue un trabajo hoy mismo.
—
Pero tengo mis clases, no puedo...
—
Pues cuando se terminen.
Lleve mi mirada hacia el
techo sintiendo mis ojos picar, la verdad es que ya tengo un trabajo que
comenzaré la próxima semana...es en una pasteleria que al mismo tiempo dan café
y sándwiches...pero aún así no se lo iba a decir ¿para qué? ¿Para que derroche
mi plata en sus malditas compras?
No gracias.
—
Ok.
—
Bien, adiós.
Deslizandolo fuera de mi
oído colgue la llamada, suspiro y trague el nudo creciendo en mi cuello ¿por
que? ¿por qué no puede ser un padre amoroso? ¿por qué no me puede preguntar
como estoy? ¿acaso le es tan difícil o su hombría no se lo permite?
— ¿Dulzura?
Sobresaltada ante su toque
mi teléfono cayó al suelo rompiéndose la mika, maldije mientras me agachaba a
recogerlo...mis manos temblaban ¿por qué? Trague al saber el porque...mi
gastritis me la juega sucio y muy pronto me quedaría sin el dinero que mi madre
me envía cada mes.
Los gastos han sido
barbaros y mi cuenta ha sangrado más que nada, el trabajo me ayudará a
minimizar mis problemas a mantenerme ocupada y con el dinero suficiente para
comprarme mis pastillas.
Las que muy pronto se
acabarán.
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