C A P Í T U L O 11

NUESTRO DESTINO

CAPÍTULO ONCE


Kyra

20 de Julio, 2017.


— ¡Estoy aburrida! — exclame levantando mis piernas para dejar una sobre la de mi mejor amigo, el estiró la mano para apretar mi muslo.

 

— ¿Quieres hacer algo divertido?

 

Mmm...

 

Su sonrisa era malévola, no era una sonrisa en la que debería confiar, tras aquella sonrisa pueden haber muchos problemas donde pondré mi vida en peligro y en donde sé que todo riesgo cae sobre mis hombros y como también si me hago algún daño estaré aceptando que es totalmente mi culpa

 

¿Después de saber todo eso ustedes creen que voy a aceptar?

 

— Si.

 

...30 minutos después...

 

— ¡Te voy a matar!

 

— ¿¡Es a mí!?

 

— ¡Por supuesto que es a ti, hijo de puta!

 

— ¡Pero tu querías divertirte!

 

— ¡Tu maldito juego de tirar barro no es mi idea de diversión!

 

Todos estaban mirándonos.

 

Ya saben, ese tipo de mirada que les das a los niños traviesos que a pesar de que sabes que hicieron una estupidez no puedes evitar reírte por como quedaron al final, Saud y yo éramos el perfecto ejemplo de que no hacer cuando estás aburrido.

 

¿Saben? Pensé que hariamos algo sumamente divertido o si quiera algo peligroso que al final terminaría siendo el mejor día no-aburrido de mi vida ¿qué tuve luego de una caminata de 10 minutos? Un gran charco de lodo y un pocoton de ella en mi boca.

 

No crean que el salió ileso y más limpio que un jabón ¡claro que no! El maldito pago y no crean que lo que hay entre sus dientes es chocolate ni lo que escurre de entre sus boxer es popo...aunque pensándolo bien la popo sería mejor opción, pero como decía, el tenía todo el cuerpito lleno de lodo ya seco como yo también....impulsandome con mis piesitos tome mayor velocidad sin perder de vista su amplia espalda llena de lodo.

 

Hasta me había vestido para divertirme, dejandome sólo con ropa deportiva, ya saben ese short que te queda como segunda piel, la chaquetilla deportiva y sin zapatos, y él sólo había estado vestido con un short deportivo....ya me olía a problemas desde que vi el bosque rodearnos.

 

— ¡Lo es cuando cae en tú boca!

 

Vi hacia donde se dirigia y no pudo importarme menos, entró abriendo las puertas de par en par a lo que aproveche cruzandolas, para enseguida tener los ojos de todos encima nuestro. Sonrei al ver que quedaba atrapado entre algunas personas a lo que corriendo me tiré sobre el haciendo que rodaramos por el suelo con el intentando tomar mis brazos, no lo deje.

 

Tome su muñeca y la giré pero el fue más rapido haciéndome caer de trasero con su pierna, pero cuando quiso tirarse en contra mio rodé por el suelo quedando varios metros lejos suyo en cunclillas al suelo. Me miró a lo que hice brillar mis ojos como el también lo hizo.

 

— Voy a mostrarte lo que es jodida diversión — susurre para tomar fuerza, el copio mi acción a lo que me impulse y....

 

Alguien me tomó de la cintura en pleno vuelo, como también vi que Saud también era retenido.

 

— Quieta — trague al escuchar a mi tio.

 

Solté una risa nerviosa para mirarlo, el quien seguia sosteniendome me miró levantando una ceja como preguntando ¿por qué carajos te ríes? A lo que obviamente mi risa seso.

 

— ¿Hola? — susurre a lo que el negó para señalar frente nuestro.

 

No queria ver pues ya sabía quién estaba allí, al estar en su gimnasio para los guerreros de la manada era más que obvio que mi mate estaría aquí, obtuve su aroma cuando me detuvieron inclusive llegué a pensar que era el quien me detenía.

 

Pero ya veo que no.

 

— ¿¡Por qué demonios juegan en mí gimnasio!?

 

Ok, estaba cabreado.

 

Levante mi cabeza para notar que su mirada está fija en mi y al parecer está en busca de una respuesta, tampoco puedo pasar por alto que su torso está al interperie ¿cómo espera que piense una respuesta al tener todo éso frente mío?

 

— ¡Kyra!

 

Me sobresalto para mirarlo a los ojos, se había dado cuenta de mi escrutinio por lo tanto me fulmino con su mirada.

 

— ¿Si?

 

Escuche un bufido venir de mi tio y a mi padre ponerse más rojo.

 

— ¿Qué estabas pensando al venir a jugar aquí?

 

— Saud corrió hacia aquí, yo sólo lo seguí.

 

Quise darme un golpe y creo que Saud quería lo mismo al echarme una mirada llena de odio.

 

— ¿Qué demo....? ¿sabes que? Vete a mí despacho, tú y yo vamos a hablar — mi tio tomó mi brazo tirando de mi hacia afuera, aún así lo escuché hablar — Y tú, ve cojiendo balde y trapeador, vas a limpiar toda esta mierda hasta que brille.

 

La puerta se cerró a mis espaldas mientras mi tio me miraba divertido, solté un suspiro más tranquila.

 

— Estas metida en serios problemas.

 

Solté un bufido.

 

— Ya lo creo ¿hasta el fondo?

 

— Eso lo sabrás luego de hablar con el, antes una ducha y prepara tu ego...te hará sentir como basura.

 

Mierda.

 

(....)

 

— ¿No piensas decir nada?

 

— ¿Quieres que diga algo? — venga, que me ha estado lanzado su mirada de pitbull a punto de matar a diestra y siniestra.

 

— Entonces, crees que lo que pasó esta bien.

 

Aún seguía cabreada y dolida por lo que había sucedido hace una semana, el sólo recordarlo picaba y pinchaba mi pobre corazón pero más dolorosa era la realidad de que a pesar de mi estado a el parece no importarle.

 

No le importo a mi mate.

 

Si no le importo a quien fue echo para mí entonces ¿a quién debo importarle? ¿a mi padre? ¡pero son la misma persona!

 

Hace unas horas había estado feliz, molesta con Saud, pero había estado divirtiendome como solo mi tonto mejor amigo sabe hacerlo pero al parecer su magia no tiene infinita durabilidad, apenas Cole y yo estuvimos solos en su despacho luego de que me diera una merecida y bien recibida ducha, mi felicidad había caído hasta estar en este estado de......la verdad no se como llamarlo, es como si no me importase nada pero aún así me importa lo que piense de mi.

 

— Mira papá, solo estaba jugando con Saud...no hay nada más que decir.

 

— ¿Tenia que ser en mi jodido gimnasio? Podrían pensar ante de hacer las cosas, mi gimnasio es un lugar donde solo van los más importantes miembros de la manada, lo guerreros deben tener un lugar donde entrenar en paz ¿qué hubiera pasado si llegaban con su jueguito mientras un Alpha importante venía a retarme por lo del puesto de Consejo?

 

Sabía que estaba diciendo cosas importantes, lo podía notar, pero era como si a mi mente no le importase nada...nada, incluyendo todo su balbuceo.

 

Solté un suspiro echando mi cabeza hacia atrás.

 

— ¡Maldita sea Kyra! ¡mirame cuando te hablo!

 

Volví a soltar un bufido para pasar mis manos por mi cara, ya no quería ni verlo.

 

— Entiendo lo que dices — cerre mis ojos para al abrirlos mirar la pared — No debimos haber echo eso, no se repetirá, lo prometo, la próxima vez mantendremos las cosas en mi cuarto.

 

— ¿Tú cuarto?

 

Suena molesto.

 

— Si, mi cuarto — me levanté sintiendo su furiosa mirada aún en mi — Ahora, si me disculpas, iré a mi cuarto.

 

Al verlo note también lo desconcertado que está por mi actitud, se levantó sin despegar su mirada de mi.

 

— ¿Kyra? ¿estas bien? — se acercó a mi a lo que mi cuerpo reaccionó deseoso por su toque, por su olor, por su mera precensia

 

Cerré fuertemente mis ojos alejando tales pensamientos de mi, lo amo y quiero pasar cada segundo con el, quiero sedujirlo hasta llevarlo al placer de poseerme pero sé que el no me tocará ni un solo pelo.

 

No estoy rindiendome, solo que hoy, hoy no quiero saber nada de él...estoy en espera de que mi corazón vuelva a pegar los pequeños trozos exparsidos para centrarme en mi misión

 

Tener a mi mate.

 

Le mostre una sonrisa que seguro se veía más como una mueca.

 

— Estoy bien.

 

Me giré dispuesta a irme pero un tirón en mi brazo hizo que lo volviera a mirar, ahora su mirada parecía querer escabar en mi buscando el por qué de mi actitud.

 

— ¿Te vas así no más? ¿sin ningún jueguito tuyo, sin ninguna provocación?

 

Estaba sorprendida y creo que el también, sus ojos se abrieron en sorpresa y horror mientras giraba y lanzaba impropios contra la pared...sus palabras me parecieron, dulces, y también hicieron que me diera cuenta de que mis momentos íntimos con él eran de su agrado.

 

Pero aún no tenia ganas de hacerle algo.

 

No puedo sedujirlo cuando recuerdo a mi madre dispuesta para satisfacerlo y él, aunque reticente, lo haría.

 

Apreté mis labios.

 

— No se por qué pides por algo que tú no quieres — se giró y me miró desconcertado ¿por qué? — Todas las veces que trate de.....

 

Solté un bufido.

 

— No se por qué voy a siquiera explicartelo, no te interesa, por lo tanto si tantas ganas tienes de que alguien te toquetee y te diga lo mucho que te ama ve donde mi madre, ya veo que no tienes problemas con ella.

 

Frunce su ceño.

 

— ¿Estas celosa? — pregunta confundido.

 

— Lo estoy — parece sorprenderle que le diga la verdad, pero no pienso mentirle en algo que el ya sabe — Estas con ella cuando yo soy la que quiero estar contigo, cuando soy yo quien quiere satisfacer tus deseos, cuando soy yo quien como estupida sigue tu rabo por todas partes.

 

Me rei de manera seca mientras humedecia mis labios, di un paso hacia el levantando una mano para tocar su rostro...pero me detuve a milimetros de esta.

 

El miró mi mano como deseoso de que lo tocará pero no lo hice, aleje mi mano convirtiéndola en un puño colocandola en mi costado.

 

— Y lo seguiré haciendo ¿pero hoy? Hoy no puedo siquiera verte, no estoy molesta, estoy herida en espera de que mi corazón sane porque tu eres mío, mi mate y no me rendirse hasta tenerte a mi lado.

 

— Ky....

 

— No.

 

Lo detuve para dar pasos hacia atrás colocandome frente a la puerta, mi mano fue al picaporte.

 

— No me lastimes más Cole, te lo suplico, por lo que más quieras solo...— sentí mis ojos pinchar ante lágrimas que no sabía tenia —...solo deja que está pequeña esperanza de tenerte siga su curso, por favor.

 

— Hija....

 

Me di la vuelta y salí de su despacho, no sin antes susurrar:

 

— No me llames asi, por favor.


A N T E R I O R              -                S I G U I E N T E



No hay comentarios:

Publicar un comentario