C A P I T U L O 23

  STEPS

CAPÍTULO VEINTRES


Peyton

 

— ¿Cariño, estas segura de que no quieres que lleve tu mochila?

 

Rodé mis ojos para cruzar mis brazos, no sin antes limpiar mi frente retirando la capa de sudor que la cubría, el sol no ayudaba mucho pero ¡hey! Esto es Hawai ¿qué más podía esperar?

 

— ¿Me veo como si no pudiera con ella?

 

Se miraron entre ellos para asentir.

 

— ¿Pero qué...

 

— Estás cansada, lo entendemos, quizás no fue muy buena idea este paseo — me dijo Terrell mirándome apenado.

 

Y eso era algo que no quería, menos cuando esta había sido su idea, una idea fantástica a mi parecer y aunque no era mi intención tropezar con cada maldita ramita a mi paso la cosa seguía sucediendo, siempre, desde que era pequeña tenia la suerte de tropezar con algo, era totalmente patetico.

 

— No te atrevas a decirlo — lo apunte con uno de mis dedos para luego señalar el suelo — No es mi culpa tropezar con cada maldita cosa aquí, aparte ¡Reid también a tropezado como mil veces mas que yo! ¿Y has dicho sobre llevar su mochila o regresar a la casa?

 

— Pero el es...

 

— Es un hombre como yo una chica, puedo con esto — trague saliva mientras veía a nuestro guía caminar hacia una pareja que al parecer estaba dando un recorrido sin un guía para ayudarlos — Nadie va a llevar mi mochila, ni regresaremos, terminaré con este increíble recorrido ¡cayendo mil veces si me da la puta gana!

 

Miré hacia Reid quien sacudía la suciedad cubriendo sus pantalones de deporte negros, la maldita cosa era holgada pero hacia maravillas con su cuerpo, use mi mano para señalarnos el uno al otro.

 

— Podemos con esto ¿verdad nene?

 

El hizo esa sonrisa coqueta mientras le sacaba el dedo malcriado a su hermano.

 

— Nuestra chica tiene tanta maldita razón, deja de ser una tía dulzona, unos raspones no van a matarla — volviendo a mirarme me guiño un ojo — Totalmente me apunto a curar y apaciguar tú dolor, nena.

 

— Deja de acaparar a nuestra chica hermano — Mase empujó con su hombro a Reid sonriendo divertido ante el ceño fruncido de mi tatuado hombresote — No seas una perra codiciosa.

 

— ¿Qué coño has dicho?

 

— ¿Cuál parte? ¿la de dejar de acaparar a nuestra chica o...— la confusion en su rostro era barbara, ya veo que se viene un pleito entre hermanos —...la de perra codiciosa?

 

— ¡Cierra la boca!

 

Gritando, Reid cayó encima de Mase rodando por el suelo mientras ambos retenian los golpes del otro sin dejar sus bocas inmutarse ante los más que creativos insultos, ahh, mis calientes hombres imposibles.

 

Los dejé pelear mientras me acercaba al guía dispuesta a saber en qué momento seguiríamos nuestro recorrido y cuanto faltaba para mi meta, que es mi casa, mientras tanto Terrell como Ghian se encargaban de la amorosa pareja revolcandose en el sucio suelo.

 

Los dos perdidos turistas estaban dándome la espalda mientras que mi guía los miraba con el ceño fruncido mostrando su descontento ante lo dado, verán, cuando este regordete hombrecito de adorable papada comenzó nuestro recorrido había sonado extasiado cuando recogió el apellido de mis hombres ¿quién no reconocería el apellido plasmado en el mejor hotel cinco estrellas en todo Hawai o Oahu?

 

Bueno, el hombresillo parecía apunto de colapsar, como a machacar sus mejillas con una enorme sonrisa de dientes blancos más falsa que he visto en mi vida dirigida hacia ellos.

 

La cosa empeoró cuando supo de mi relación no tan normal con los futuros herederos, no estoy recalcando que se lo tomó a mal, nada que ver, el hombrecillo parecía apunto de perder sus cables.

 

Así, que cuando un par de desconocidos aparecieron frente nuestro perdidos con un mapa en mano, podía asegurar que no estaba muy contento con la abrupta interrupción ¿podía hacer algo para ayudar a estas pobres personas? A mi parecer lo mejor sería seguir juntos ya que no me gustaría el constante recordatorio de la pareja regada entre la maleza esperanzada por un poco de atención médica.

 

— ¿Algún inconveniente?

 

El hombrecillo dejó caer sus ojos en mi mientras la pareja giraba a verme, quedé sorprendida, como también el.

 

— ¿Profesor Linnar?

 

Mi profesor de Física 2 se encontraba frente mío, con sus lentes anticuados, pero de alguna forma viéndose muy diferente...luce de 27 con su cabello despeinado, luciendo unas vermudas, junto a una camiseta de color morado oscuro, más joven.

 

— ¿Señorita Sarás? — pregunta mirandome sorprendido y confundido, dandole un vistazo a la chica a su lado para girar de nuevo su rostro ante los gritos detrás mío — ¿Esos son...? ¿pero, qué hacen aquí?

 

— Bueno, podría hacerle la misma pregunta, pero...mis chicos me invitaron a visitar a mis suegros — el parece recordar quienes son los hombres detrás mío — ¿Y usted?

 

— ¡Estamos festejando nuestra luna de miel!

 

¿Eh?

 

Dejando mi mirada curiosear a la chica a su costado me sorprendo un poco al notar lo joven que se ve, su cabello es rubio cayendo en desprevenidas ondas contra su espalda, lleva una diminuta blusa de tiras color salmon junto a un short jean, sus ojos cafés curiosamente parecen reconocerme.

 

— ¿Está casado? Vaya.

 

El parece incómodo mientras la chica le da un empujón.

 

— Te reconozco — me señala mientras da un paso hacia mi, yo retrocedo uno sin saber que decir — Estudiamos en la misma universidad, tenemos la misma clase con el aquí presente profesor.

 

— Dima — no se me pasa por alto el tonito de advertencia en el profesor Linnar, le dejo ver mi ceja curiosamente levantada a lo que desvia su mirada — Lo siento, pero mi esposa no debe hablar sobre ello, se supone...

 

— Que es secreto blablabla — ella desecha sus palabras con una leve sacudida de su mano — Somos algo así como un matrimonio secreto.

 

— No "somos algo si" nosotros somos algo que nadie debe saber, mujer ¿puedes dejar de contar nuestra vida a cualquier persona?

 

— Sabes que no, aparte, si tanto dices que te molesta ¿por qué no me detienes? — se cruza de brazos mirándolo con una ceja alzada — Tu tanto como yo quieres que sepan todos que estamos casados ¿o te casaste conmigo sólo para molestar a tus papis?

 

— ¿Pero qué estas diciendo? Sabes que no es por eso, se supone que debemos ser cuidadosos.

 

— Estamos en Oahu ¿si no podemos ser nosotros aquí, entonces dónde? Estamos a millas de casa.

 

— Ellos están aquí — la mano del profesor me señala como tambien a mis hombres.

 

— Son una pareja de cinco ¿crees que les importamos? ¿lo hacemos? — volteó a verme como el tambien.

 

— Por supuesto que no — contesté — Vinimos aquí para disfrutar nuestro tiempo libre, puede que también para conocer a mis suegros pero vinimos aquí para lo mismo, alejarnos de la constante persecución de inútiles que se encuentran en casa, esa gente metiche.

 

— ¿Vez? Estamos más que bien.

 

— Bueno, eso ya vere...

 

— ¡Es hora de seguir! — gritando el guía empieza su recorrido siguiendo el camino hacia la cima del cráter.

 

¿Cómo se llamaba?

 

Girando voy hacia Ghian quien rodea mi cintura guiándome por el camino, veo divertida a Reid y Mase quienes están llenitos de tierra hasta las narices, ellos ven que me estoy divirtiendo.

 

— ¿Se está riendo de nosotros? — pregunta Mase.

 

— Ya lo creó que si — responde Reid mirándome malicioso, empiezo a sentirme nerviosa.

 

— ¿Qué vamos a hacer con ello hermano?

 

Esta vez ambos me muestran sus sonrisas maliciosas, pero tan llenas de lujurioso pecado, el deseo recorre mi cuerpo haciendo que mi agarre en el brazo de Ghian se ajuste.

 

Mi Dios.

 

— Vamos a darle una lección.

 

Entonces ambos vienen hacia mi, y yo corro despavorida siendo seguida por ambos.

 

¿He dicho cuanto los amo?

 

¡Los amo!

 

(….)

 

— Dios mío.

 

— Me quitaste las palabras de mi boca.

 

Nos encontramos en la playa ¿cómo se llama? ¿Wakiki? ¡Waikiki! Saben, uno como Ecuatoriana que ha conocido el río Guayas y visto lo horrible de ese "océano" como tambien conocido las playas de Salinas visto con nuevos ojos cada playa y puedo asegurar que mi favorita es la de Chipipe, pero ¿este mar?

 

No hay nada que alguna vez haya visto, no hay parecido, sólo, no lo hay. La belleza de las claras aguas de la limpia arena, es todo tan impoluto que siendo casi un poco de desconfianza al siquiera dejar mis sandalias tiradas ¿puedo hacerlo?

 

Sé que puedo, es sólo que...es todo tan nuevo y Dima, la esposa de mi profesor, piensa lo mismo al ver asombrada la playa que nos rodea ¿saben? Ella y yo tenemos algo parecido.

 

¡Hablamos español!

 

Despues del recorrido al cráter Diamond Head ¡Terrell me dijo el nombre! ¿cómo pude olvidar ese nombre tan sencillo? ¡Como sea! Dima rambien sabe hablar español y no es porque haya estudiado el idioma ¡no! Ella es de Bogotá.

 

No saben el alivio que es para mi encontrar a alguien con quien puedo hablar mi idioma natal, digo, el inglés es fantástico y me encanta hablarlo...pero a veces me gusta poder tener la falicidad de hablar con alguien en mi idioma y esa es Dima.

 

Pero estaba diciéndoles de la playa, y lo asquerosamente impoluta que es todo...claro hay como mil surfista con cientos y cientos de tablas regadas por todas partes y el gentío aunque es mucho hacen armonía con el lugar, es simplemente perfecto.

 

Ahora ¿quieren echarle un ojo a mi izquierda? Porque yo veo y empiezo a babear.

 

Demos un vistazo a mi fauna personal, la persona que está más cerca mío es mi pelirrojo sexual...digo, sensual, aunque lo de sexual sea tan serio dejémoslo para cuando estemos en esa página en consideración a mis hormonas ¡gracias!

 

El viste un sencillo swim short Abercrombie color azul oscuro con el logo a un costado ¿su torso está al interperie? Digamos que si como el de mis otros hombresotes, torsos, pectorales y suculentos cuadritos que muy consideradamente me permití manosear hasta el cansancio, fui muy considerada, hasta les permití cierto grado de manoseo cuando vieron mi bikini de dos piezas color conchevino quedaron flipando cuando mostré la parte de atrás que consistía de tres sencillas tiras horizontales.

 

Era la primera vez que usaba un bikini, y por el momento la cosa va bien.

 

Luego de Ghian está Terrell quien lleva un swim short qué tiene tres colores, la parte de abajo es verde, la del centro naranja y la de arriba blanco; allí sigue Reid quien lleva un sencillo swim short color rojo y por último Mase quien lleva uno azul pero a diferencia del de Ghian el suyo tiene palmeras de un azul más oscuro dibujadas por todas partes.

 

Y aunque me dio repelus vi a el profesor Linnar, o Jack como se llama y me pidió llamarlo...si, aún no lo he logrado, el lleva uno de color verde muy sencillo.

 

Cómo nuestro segundo día aquí me parece que las cosas van más que bien y espero que así sigan las cosas, mi teléfono está apagado por más que obvios motivos y ya que estoy de vacaciones me permití la osadia, no quiero interrupciones.

 

— Cuando la notica corrió por todo el campus no crei que fuera posible, pero lo es ¿verdad?

 

— Totalmente cierta, no estamos escondiendo nuestra relación a nadie, no nos interesa las opciones fuera de nuestro grupo.

 

— ¿Qué se siente estar con cuatro chicos?

 

— Si te refieres a lo sexual, podría decirte que nuestras noches terminan de manera maravillosa, pero, si te refieres a la cotidiana...pues, estar con ellos es perfecto, hay un grado entre la camaradería entre hermanos y al verme incluida en sus juegos o bromas sólo lo hace más especial.

 

— Me imagino, estar con Jack a escondidas no es una de mis cosas favoritas pero sabemos que por el momento es lo correcto, no podemos permitirnos que los demás sepan.

 

— El tendría muchos problemas legales y tu serías expulsada.

 

Le consedo el triunfo en que su vida amorosa no está a su tope, pero al menos se ve que se aman el uno al otro, soltando un suspiro me dejó caer contra el respaldar de mi silla. Estamos dentro de una carpa por lo tanto no voy a quemarme y tampoco es como si la cosa fuera a suceder, yo puedo calentarme pero no broncearme...mi tono de piel es claro...no como el de la niña del Aro, pero de un claro impenetrable para los rayos UV.

 

Eso sí mi mejillas se tiñen de rosa como un fugas sonrojo que al siguiente día ya ha desaparecido, eso es lo único que sucede.

 

— Vamos a nadar.

 

Reid extiende su mano hacia mi a lo que levantándome le sigo, debemos ir por medio de un montón de gente pero logramos llegar y aunque era de esperarse el agua no está de un frío preocupante, el deliciosa contra la piel.

 

— ¿Qué tal tus vacaciones, nena?

 

Rodeo su cuello con mis brazos cuando el agua me da casi por los hombros, sus brazos estrujan mi cintura contra su cuerpo.

 

— Nuestras vacaciones, y no han sido más que perfectas ¿sabes algo? — rodeo su cintura con mis piernas llevandome un poco más arriba de él mientras soltando una mano la deslizo entre su melena, amo tocarlos — Son ustedes.

 

— ¿Nosotros?

 

— Si, ustedes hacen que esto sea perfecto.

 

— Joder, perfecto, estábamos jodidamemte preocupados de que no te gustase estar aquí.

 

— ¿En serio?

 

— No te mentiria — acercando su rostro al mío dejó caer sus labios sobre los míos dejándome degustar su sabor, hubo un poco de lengua pero nos detuvimos ya que estábamos en un lugar público y había niños rodeandonos — Mamá y papá nos invitaron a cenar ¿quieres?

 

— Por supuesto.


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