C A P I T U L O 26

STEPS

CAPÍTULO VEINTISEIS


Peyton

 

— Tio, déjala respirar.

 

Enrrollando mis brazos alrededor de su cuello me vi devolviendole su beso más que bestial ¡me comía la boca de lo más delicioso! Y no pensaba detenerlo ni dejarlo detenerse, inclinando un poco mi cabeza deslice mi lengua contra la suya jugueteando para segundos después gemir al sentirlo mordisquear mi labio inferior, se lo devolví gustosa, el ya sabía lo mucho que me gusta morder.

 

Todos ellos lo saben.

 

Su mano en mi cadera se desliza hasta mi trasero levantándome de mi asiento para llevarme a horcadas suyo, suelto un jadeo separandonos un segundos para volver a comerme su boca, es que mi pelirrojo tiene los labios más carnosos ¿me culpan? Pego mi cuerpo al suyo sintiendo al instante la dureza ya bien puesta tras su pantalón, dejé caer mis senos contra su pecho y sé que gracias a su más que fina camiseta me puede sentir por completo.

 

— ¿Acaso no tienes...

 

— No.

 

— Joder — lleva sus manos a mi trasero apretando a su gusto balanceandome en su contra haciendo que tuviera en total cuenta su erección, tiré de su cabello cuando me desesperé y quise besarlo con mayor intensidad.

 

Alguien se aclara su garganta.

 

Separando nuestros labios ambos vemos hacia la persona que hizo tal sonido, viendo a una azafata mirando a mi hombre con reproche como a mi también, la señorita porque parece estar en sus treinta y algo mueve su cabeza de lado a lado.

 

¿Por qué me siento a punto de ser castigada por mi madre?

 

— Jóvenes, no pueden hacer tal espectáculo en una aerolínea llena de pasajeros, a su alrededor también hay niños quienes podrían ver vuestro acto indecente, dejen los cariñitos para la privacidad y por favor mantengan la intensidad en mínima, se los agradecería.

 

Habiendo dicho eso gira y desaparece hacia la cabina, yo suelto un quejido enterrando mi rostro en su hombro mientras el rie frotando mi espalda.

 

— Qué vergüenza.

 

— Creo que no era para tanto, sólo nos estabamos besando.

 

Esta vez bufe.

 

— ¿Sólo besandonos? — dejando caer mis manos en su hombro sali de su regazo quien quejándose intentó llevarme devuelta a el, pero me dejé caer en mi lugar — Estábamos prácticamente comiendonos la boca.

 

— Muchachita vulgar — escuché murmurar a una señora de edad muy avanzada frente mío, les juro que estuve a punto de contestarle pero sobre todo los modales.

 

Ghian como los demás apretaron sus labios mientras yo soltaba un suspiro y les saca mi dedo de inmediato, claro, no sin antes amenazarlos de muerte.

 

— Tu teléfono está vibrando.

 

Por un momento me tense al escuchar a Mase decir aquello pero al segundo me di cuenta de que no era conmigo con quien hablaba sino con Reid, quien al verlo sacó su teléfono de su bolsillo para hacer una mueca.

 

— Es Dorian, de nuevo.

 

¿Quién?

 

Miré a Ghian confundida quien sujetó mi mano.

 

— Dorian es uno de los pocos amigos que tenemos en la universidad, practicamente estamos en la misma fraternidad.

 

— No lo has conocido porque le encanta llegar meses luego de comenzar clases, hacia siempre lo mismo desde la secundaria, tiene complejo de diva — agregó Mase mientras bufaba — Le ayuda mucho que su padre sea el director, sino hace tiempo lo hubieran expulsado.

 

Okey.

 

— Te agradará, le hemos contado de ti y dice estar emocionado por conocerte — Ghian acaricia mi mejilla mientras Reid me sonríe de lejos.

 

Asiento.

 

— Ahora yo también lo estoy.

 

(….)

 

Devuelta a las aburridas clases y pensar que hace unos días estuve en Honolulu, Hawai ¡Dios santísimo! Recién caigo en cuenta que estuve en uno de los lugares más maravillosos en el mundo...no puedo creer la suerte que tuve al caer completamente enamorada de mis chicos, y digo enamorada de ellos no de su dinero porque como saben el dinero en sus cuentas no me interesa.

 

Me valdría poco incluso si vendieran churros para vivir.

 

Si tan sólo pudiera mostrarles cuanto los amo, sé que al decirles todos los días un Te Amo ya es algo, pero no, yo necesito mostrarles, enseñarles que lo nuestro es más que atracción...es amor del bueno.

 

Viendo hacia mi cuaderno y viendo que el profesor está recibiendo las tareas de los alumnos que no fueron de vacaciones, saco un cuadernito especial donde llevo plasmando millones de cosas desde hace años...pero estoy en busca de algo.

 

Una página en blanco.

 

Desearía tener música para poder inspirarse más pero estoy más que segura de que lo haré perfectamente, puedo hacer como una pequeña ilustracion de lo que deseo, dibujo bien pero ellos le harán sus mejoras.

 

El lápiz baila sobre la hoja creando una imagen, una donde espero estar expresando mis sentimiento donde cada uno de ellos estarán plasmados por la eternidad, donde cada uno de ellos es mi guía infinita, donde mi único camino sea a ellos.

 

Y al final terminé dibujando dos cosas y sé perfectamente que hacer con ellos.

 

— ¡Peyton!

 

Sobresaltada miré delante mío viendo a un tonto Quan entrar al aula, sorprendida por su tenacidad al entrar cuando el profesor esta dando cla...¿dónde está? ¿dónde estan todos?

 

— Al fin te encuentro ¿qué haces aún aquí? La clase terminó hace quince minutos, como sea ¿tienes más clases? ¡dime que no!

 

Pestañeando voy procesando sus palabras.

 

— Estoy libre ¿por...

 

— ¡Perfecto! ¡vente!

 

Rápidamente agarra mis cosas guardandolas en mi mochila para tirando de mi muñeca llevarme fuera del aula, aún no sé que está pasando menos cuando soy ingresada a su auto donde tira mi mochila a los asientos traseros.

 

— Oye ¿a dónde me llevas? ¿me estas secuestrando?

 

Suelta un bufido mientras acelera ingresando a la autopista.

 

— Para eso mejor secuestro a mi Dust, pero no...te voy a decir nuestro especial cronograma: primero vamos a pasar por una tienda donde cambiaras tú vestimenta de pordiosera a una de super fiestera...

 

— ¡Imbécil, mi ropa no es fea!

 

Lo golpeo mientras me colocó el cinturón.

 

— ¡No me golpees! — hace un mohin mientras se detiene en un semáforo rojo y girar a mirarme — Tengo entradas VIP para un concierto de música electrónica y es en un par de horas ¡feliz cumpleaños!

 

Oh

 

Por.

 

Dios.

 

¡Oh por Dios!

 

— ¡Mierda, mierda Quan! — brinco y lo abrazo rodeando su cuello recibiendo sus brazos a mi alrededor de igual manera, pero me separe al escuchar los claxon detrás nuestro.

 

Ganas no me faltaron de sacarles mi dedo corazón.

 

— Debieron costarte un dineral, no debiste, pero no lo voy a rechazar.

 

— Bien porque es un regalo tanto mío como de Dust, así que le debes un enorme gracias.

 

— Claro, claro ¿qué más? ¡habla! ¡habla!

 

— ¡Voy voy! — rie divertido al ver mi emoción, si me conoces bien sabes lo mundialmente fanática que soy de la música electrónica y no puedes no llevarme a uno si tu vas — Si hacemos lo de la ropa rápido tendremos tiempo para comer y no se ¿quieres hacer algo?

 

Moví mis labios de lado a lado, sopesando los contra y a favor de decirle o no, al final me decidí por decirle.

 

— Quiero tatuarme.

 

El auto se movió a un lado de sopeton arrancandome el corazón.

 

— ¡Estas loco! ¡no puedo morir tengo un concierto al que ir!

 

El me mira de reojo para volver a ver la carretera, oh no, sabía muy bien cual era el motivo de esa carita agria.

 

— Pey ¿estas segura con lo del tatuaje? ¿sabes qué son para siempre, verdad?

 

— Si, como que eso es lo que me gusta, uno para hacerse un tatuaje debe ser valiente y tener coraje, yo voy con un propósito y unas ganas de plasmar en mi cuerpo algo que les diga a mis chicos lo enamorada que estoy de ellos, lo entregada a nuestra relación que estoy ¿me llevarás?

 

El suelta un suspiro al parecer rendido para al final asentir.

 

¡Perfecto!

 

(….)

 

— ¿¡Te duele!?

 

Señala mi pubis o cerca de ello para luego señalar mi hombro derecho, parece genuinamente preocupado mientras su rostro brilla por la pintura neón en ella como en su pelo.

 

Ambos pintamos el rostro del otro pero antes nos amenazados a muerte por si acaso le hacíamos a la cara del otro alguna mierda chistosa, confieso que estuve tentada y mientras el me mintaba lo acuse de estarme dibujando un pene en la frente.

 

Pero luego de casi media hora sentados en su auto estuvimos listos y ¡quedamos increíbles!

 

Este está siendo el mejor puto día de mi vida.

 

— ¡Mucho!

 

No pienso negarlo y eso hace que su ceño se frunja, pero acercándome a el dejo un beso en su mejilla para tirar de sus brazos y movernos al son de la música...el aunque aprehensivo se deja sacudir por la música y sólo segundos pasan para que estemos saltando y gritando a todo pulmón.

 

¡Esto está increíble!

 

Se que mi garganta sufrirá como no tienen idea y que mis músculos palpitarán como una perra para mañana, pero me vale madres, estoy cumpliendo un sueño y gracias a mi mejor amigo voy a pasarmelo de maravilla.

 

Llevamos horas aquí y se por las veces que Quan ha estado tomándonos selfies que son más de las 2am, y eso me hace recordar que mañana tenemos clases, hemos tomado ni para que negarlo y mi aquí mejor amigo está peor de lo que creen por lo tanto cuando todo termina...soy yo quien maneja.

 

Muy a pesar de que no tengo ni licencia ni mucha experiencia pude llevarnos a su hogar, dulce hogar, y aunque las ganas de quedarme dormida a su lado eran más que irresistibles no podía quedarme pues mañana tenía clases de mañana.

 

Pedí una uber que me llevó a la universidad, a mi fraternidad y el conductor tuvo que despertarme ya que en el camino me había quedado dormida, por suerte recordé recoger mi mochila y pude pagarle lo que a mi parecer era un precio absurdo.

 

Ya Quan me las pagará.

 

Saliendo del taxi me sorprendo al encontrar dos autos que reconozco al instante, alli es cuando recuerdo a mis chicos ¡vaya mierda! Me olvidé por completo de ellos.

 

Deben estar jodidamente preocupados.

 

La uber se marcha y ellos salen de los autos quedando uno al lado del otro, trato de darles mi mejor sonrisa muy a pesar de que también estoy algo ebria.

 

— ¡Hola mis amores!

 

Voy a acercarme a ellos cuando escucho:

 

— No te acerques.

 

Confundida miré a Mase quien fue la persona que habló, muerdo mis labios para quitar el cabello que cubre mi vista tras una fría brisa.

 

Suelto una risa entendiendo.

 

— Ok, se que no les escribí en todo el día pero todo tiene una explicación y no tienen idea lo que me sucedio...

 

— No nos interesa saber — Ghian saca algo de su bolsillo lo que veo es su teléfono donde empieza a buscar algo.

 

De pronto algo empieza a sonar, el sube el volumen dejándome escuchar.

 

— Te lo juro, si en Hawai, fueron estúpidos chicos quienes me aman, estoy segura, ellos darían todo por mi, lo entiendo, quiero sacarle todo su dinero, lo necesito, estoy con ellos por su dinero, con amor darían todo por mi, un idiota, no me retractare ¿pena? Nunca, se lo merece, adiós te quiero.

 

Es un audio.

 

Es mi voz.

 

¿Pero qué demonios?

 

De pronto la borrachera se va por el caño mientras veo sus rostros deformarse por la tristeza ocultandolo al instante con frialdad como si esta expresión nunca hubiera aparecido.

 

Esa conversación, esas palabras me recuerdan a algo ¿yo lo dije? No recuerdo y sé que nunca hablaría así de ellos ¿qué diablos estaba pasando aquí?

 

Doy un paso hacia ellos.

 

— Creo que este es el momento donde niegas lo dicho — murmura un Terrell inexpresivo.

 

— Por supuesto que lo negaré ¡eso es mentira!

 

— ¡Es tú voz! — gritó Reid mirándome furioso y me sorprendo por el miedo que azota mi cuerpo, el nunca me miró de esa forma — ¡Tu maldita voz diciendo puras mierdas sobre nosotros!

 

Carajo.

 

— No, nene, esas cosas que escuchaste son mentira yo nunca hablaria asi de ti, de ninguno de ustedes, yo los a...

 

— ¡Callate!

 

Grita Ghian mientras da un paso hacia mi mirándome con asco, repulsión.

 

— No quiero escuchar basura de tu boca ¡no nos mientas más! Te escuchamos decir que daríamos todo por ti y era cierto, te amamos...te amabamos como a na-nadie.

 

Sus ojos se llenan de lágrimas mientras su voz flaquea, verlo así sólo hace que mi corazón sufra.

 

— Y tú, nos utilizaste ¿cómo pudiste? ¿¡por qué mierda tantas mentiras!?

 

— ¡Nunca mentí! ¡con un demonio Ghian, eso que escuchaste es mentira!

 

— ¡No puedes negarlo, es tu voz! — Mase da un paso señalandome — ¡Tu voz diciendo que nos utilizas y amas a otro!

 

— No estan escuchandome — pronto me desespero pues si esto sigue así terminará en el peor escenario de mi vida, y no quiero eso, no quiero que esto termine por algo sin base — Eso que escucharon es mentira, es mi voz...si, pero no dije eso, yo nunca diría eso, les he mostrado cuando los quiero a cada uno de ustedes ¿podrían confiar en mí?

 

Tanto Ghian como Mase retroceden.

 

— No, no podemos — contesta Ghian.

 

— Te amabamos tanto ¡hubiéramos dado el puto mundo por ti! Pero tú ¡tu no nos querías a nosotros! — Reid también retrocede mientras exclama blasfemias, sus mejillas están húmedas como también las de Terrell y mías.

 

Siguen retrocediendo.

 

— ¡Eso no es verdad! ¡yo los amo!

 

Doy un paso hacia ellos pero siguen retrocediendo hasta entrar a sus autos, es Ghian quien se queda fuera mirándome con ojos vacíos.

 

— No te acerques a nosotros, nunca más, hemos acabado con esto.

 

Y así, tan rápido como vinieron se fueron dejándome sola en la fría noche, dejándome con un hueco en el corazón, con un frío escabando en mi.

 

Queriendo cubrir toda calidez, como felicidad.


Anterior               -                Siguiente



No hay comentarios:

Publicar un comentario