C A P Í T U L O 31

STEPS

CAPÍTULO TREINTA Y UNO


Peyton


Semanas después

 

Sábado

11:53pm

 

Deslizando mis uñas por su espalda un gruñido brota de sus labios entreabiertos, ¿qué estamos haciendo? ¿por qué seguimos? Aún así no deseo que se detenga...joder que no lo haga, sus labios cubren los míos dejandome sin aliento al instante, tantos recuerdos, mi cuerpo se presiona contra el suyo reconociendolo, deseandolo.

 

Que no nos deje ir pide.

 

Me manteniene acorralada contra la pared mientras sus manos tocan mi cuerpo como yo acaricio el suyo, lo deseo ahora.

 

Me debora.

 

Me posee.

●●●

15 Horas Antes

●●●

Sábado

8:50am

 

— ¡Yo entregue más!

 

— ¡Que no! Mira cuantas me quedan a mi y a ti — abanicó los panfletos cerca de mi rostro — Yo gané.

 

Era verdad, yo tenía muchos más y aunque la idea de dejarlo ganar me venia como una patada al riñon no era justo nega...vi que se acercaba el equipo de football y corriendo hacia ellos se los entregué uno a uno hasta dejar mis manitas vacías, ellos claramente confundidos tomaban los papeles sin decir nada asi poder seguir con su camino.

 

Girando miré victoriosa a Dorian para regresar junto a el quien entrecerraba sus ojos recriminado mi más reciente acto ¿en serio? ¡que se joda el sólo! Me pavonee frente suyo cual diva.

 

— No se tú ¿pero yo? Veo mi mano vacia.

 

Abanique mi mano frente suyo, si...mi mano.

 

¡Ja!

 

— ¡Tramposa!

 

Me señaló mientras recogía un pedazo de pie de limon con el tenedor.

 

— Shi no estupiera comiendo — tragó lo que masticaba — Cosa que lo estoy, te daría un super ataque verbal.

 

Hice una mueca.

 

— Hombre, mastica y traga, mastica y traga ¿es tan dificil? — acercandome a la mesa salive al ver el pedazo de pastel de chocolate frente mio, además de ser de chocolate tenía pedazos más bien pedazotes de chocolate blanco como negros encima suyo.

 

¡Qué lo veo y babeo!

 

— ¡Es tarta de limon! ¿cómo no puedes estar flipando?

 

— Lo estoy, pero...aunque me encanta el pie de limon mi amor es para...¿y tú donde coño has estado?

 

Sabía donde había estado, no exactamente donde sino que estuvo haciendo por lo desaliñado que estaba...estaban, Dust se mordia los labios mientras deslizaba sus manos por su despeinado cabello y Quan sonrojado me chitaba mientras se sentaba a mi lado.

 

— En el baño.

 

Lo miré entrecerrando mis ojos.

 

— ¿Jodiste en el baño?

 

Sus mejillas tomaron un color más intenso mientras muriéndose de verguenza miraba a Dust pidiendo ayuda ¿en serio? ¡El hombre estaba igual de avergonzado!

 

Son la pareja perfecta.

 

— Cla-Claro que no ¿por qué cre-ees eso?

 

— Tienes manchas blanca en tu camiseta ¿tio, es ese tú semen?

 

Quan sobresaltado miró su camiseta estirandola de lado a lado para mirar cada centímetro de ella, y al no encontrar nada yo empece a reirme, el nos miró a ambos resentido con los labios apretados.

 

— Son unos cabrones.

 

— Lo somos — Dorian levantó su mano a lo que copiandolo chocamos palmas mientras nos inclinabamos contra el otro.

 

Mi mejor tontito amigo bufo para recoger la tarjeta con el nombre del pedazo de pastel frente suyo, según la tarjetita era...

 

— Tiramisú — jugó un rato con la tarjeta mirando indeciso el pastel — Se ve rico, no me encanta el café pero ¿qué dicen?

 

— Limón.

 

— Chocolate.

 

— Zanahoria.

 

Los tres volteamos ver tan atónitos como horrorizados a Dust como si le faltase mas de medio millon de neuronas en su maldito cerebro ¿qué jodidos habia dicho? ¿Zanahoria? El le dio una ojeada a su propia rebanada de pastel.

 

— ¿Qué? No sabe tan mal.

 

Rode mis ojos.

 

— No queremos algo que no sepa tan mal, queremos algo delicioso que haga a los malditos invitados querer más y allí en su estupidas cara decirles: ¿quieres mas? lo sentimos, pero tú jodida existencia no equivale a más.

 

— ¿Y si yo quiero repetir? — preguntó Dorian quien seguía lamiendo su cuchara cual perro, y para colmo el muy sinvergüenza se había acabado el pedazo que tenía y Quan no lo había probado.

 

¡Hello! ¿si quiera recuerda el porque estamos aquí?

 

— Tu no importas, Quan es el cumpleañero se supone que el decide y quien debía probar ese maldito pastel que te acabas de tragar, glotón.

 

Me señaló con su cuchara.

 

— Primero: era un pie ¡y estaba delicioso! Segundo: yo si importo ¡estoy degustando merezco más pastel! Y tercero — volteó su cuchara a Quan quien nos veia divertido ¿qué es tan divertido? — Hombre debes confiar en mi, aparte tienes mas de trece o catorce horas para seguir probando más pasteles, aún asi ¿por qué no escoges varios?

 

— Y así tendré el que yo quiero.

 

Señaló Dust.

 

— Se supone que es mi fiesta ¿qué debo hacer Pe...? ¿¡estas tragando mientras ellos hablan maldita glotona!?

 

Saque la cuchara de mi boca.

 

— Perdón, es el chocolate...es tan sensual, me atrae como un imán, y si me preguntas creo que por primera vez debes seguir lo que Dorian dijo.

 

— ¿En serio? — fue una pregunta colectiva.

 

Me encogi de hombros.

 

— Es la primera buena idea que escucho, además a todos les gustará la variedad.

 

Me acerqué a él susurrando en su oído.

 

— Eso si, no escojas el pastel de Dust eso sería una cagada completa.

 

— ¿El cuatro de sopetón?

 

— Y de largo.

 

Alejándonos llamó al encargado de la pasteleria para hacer su pedido.

 

— ¿Ya decidieron?

 

— Si — dejó caer su mirada en la mesa — Quiero uno de Red Velvet, Tres leches y un Pie de Melocotón...además de todos los que tenemos aqui la mesa...excepto el de zanahoria.

 

— ¡Dust! ¿qué carajos?

 

Quan miró a su novio.

 

— Lo siento cariño, pero sería una cagada completa.

 

Asenti dandole toda la razón.

 

(….)

 

Sábado

5:31pm

 

— ¡Cumpleañero una mierda!

 

— Peyton, joder detente — me pidió Dust mientras me cogía de los brazos, aún así seguí forcejeando con el ¡debía llegar al pedazo de mierda detrás suyo!

 

Quan quien seguía escondido detrás suyo se mordia los labios.

 

— ¡Lo hiciste aproposito!

 

— No lo hizo — se detuvo y miró sobre su hombro cuestionando sus propias palabras ¡Ja! Hasta su novio lo conocía para saber las cagadas que se mandaba cuando le entraba del puto Cupido — ¿Lo hiciste?

 

El maldito traidor dejó caer su mirada al suelo para seguir mordiendo sus labios y en segundo volvió a mirarme y darme esa carita de perrito lameculos.

 

— ¡Lo hiciste! ¡traidor!

 

— ¿Qué está pasando aquí?

 

Me detuve y girando vi al señor Ferek en la entrada mirándonos curioso, había conocido hace varios meses al papito de Quan y les puedo jurar que el hombre es un T-Rex...figurativamente es grande y a veces un poco brusco pero ¿de alli un bruto y holgazan? ¡los holgazanes no tienen esos músculos!

 

Grande como una casa y muy bien construida como ella el señor Lobrein Ferek me trataba como una hija, y una que quería con el alma.

 

Tanto así que...

 

— ¡Quan invitó a mis exs!

 

Me queje a lo que el mirándome levantó una ceja curioso ¡venga! El sabe muy bien qué estaba en una relación poliamorosa con unos sexys hombresotes.

 

— ¿Y por qué Quantoin haría eso?

 

Deje mi mano echa puño caer sobre mi boca apretando furiosamente mis labios ante la carcajada que retenía ¡Quantoin! Casi ¡casi! Había olvidado que su verdadero nombre no era Quan sino Quantoin y que el lo...

 

— ¡Papá! ¡no me llames así!

 

— Hijo, pero ese es tú nombre.

 

— Pero sabes que me gusta que me llamen Quan, Quantoin es muy largo y soso.

 

— ¿Perdón? Tu madre y yo pasamos nueve meses buscando el nombre perfecto para ti, un nombre original ¡único!

 

Si, también tenía el drama en sus venas, por eso nos agradabamos mucho más.

 

— Lo se papá pero...

 

— ¡Papá nada! Tu nombre es Quantoin y así deben llamar...

 

— ¿Señor Ferek? — entrando al cuarto su asistente nos miro a todos avergonzado para fijar su mirada en quien buscaba mientras de reojo seguía mirando su tableta.

 

El es una cosita sosa pero linda, el típico hombre kawaii, entre nosotros les cuento que tenía pensamientos perversos donde el y el señor Ferek hacían cositas sucias.

 

¡Fujoshi cachada!

 

— ¿Tom? ¿qué sucede?

 

— Em...el Dj aún no llega y escuché por allí que puede ser que no aparezca.

 

— ¡¿Qué diablos?!

 

¡T-Rex situado!

 

— ¡Ese maldito imbécil me va a escuchar! ¡vendrá o vendrá a tocar a la fiesta de mí hijo como me llamo Lobrein Ferek!

 

Y así sin más se fue, giré hacia mis acompañantes mirándonos algo descolocados por ello...pero al segundo vi a mi víctima con los ojos entrecerrados.

 

— Esto no ha acabado.

 

(….)

 

Sábado

9:21pm

 

— ¡No seas estúpida!

 

— ¡No lo soy!

 

— ¡Entonces deja de esconderte!

 

— ¡No lo estoy haciendo!

 

— Chicos, el ruido ya no es tan fuerte a...

 

— ¡Cierra la boca!

 

Con ambos gritándole Dorian salió despavorido de la habitación así dejándonos solos, empece a moverme en toda ella dándole sorbos a mi bebida...la cual estaba algo fuerte por lo cual me maldije por pedirle cualquier mierda al bartender.

 

¡Joder!

 

No estaba entrando en pánico.

 

No estaba desesperada.

 

¡No estaba escondiendome!

 

¿O lo estaba haciendo?

 

Bueno, desde que los vi llegar a eso de media hora no he hecho más que huir de sus miradas, presencias y largos llamados a mi nombre ¡no estoy escapando! Tal vez si...pero ¿qué quieren que haga?¿hablarles? ¿preguntarles como los trata la vida? ¿si ya consiguieron quien les caliente la cama de orgías?

 

Doy otro sorbo a mi copa deteniendome en la ventana mirando hacia la pista claramente no improvisada ya que ésta al alguien pisarla sus huellas dejaban un color como rastro ¡era increíble! Y seguramente apestosamente costosa.

 

Me cago en todos.

 

— Pey...

 

— Tienes razón.

 

— ¿La tengo?

 

Girando lo miré para asentir mientras caminaba hacia el, los pies me dolían un poco por los tacones pero puedo con ellos...y también con ellos.

 

— Estoy siendo una completa cobarde ¿verdad?

 

Soltando un suspiro dejo sus hombros caer.

 

— Ya era hora de que te dieras cuenta, Pey como tu mejor amigo y la persona que te pidio que no les cedieras fácil el perdón a tus chicos...ahora te suplico, que dejes de huir...se tu misma, no esta chica la cual no conozco.

 

— Es difícil — dejé caer mi cabeza a un lado jugando con la copa en mis manos, seguía fría.

 

— ¿Por qué les huyes?

 

Mire sus ojos.

 

— ¿La verdad o la mentira?

 

— Creo que voy por la verdad.

 

— Tengo miedo.

 

Su ceño se fruncio.

 

— ¿Miedo?

 

— Si, miedo de que aunque estoy más que segura de que si me dejo regresar a ellos todo será distinto, esto para mi se vio como una prueba...y fracasamos, ellos al no confiar en mi y yo al no ser más determinada a hacerlos creer en mi, cometimos errores y ello siempre deja algo atras.

 

— ¿Como con Flash cuando creó FlashPoint?

 

Asenti.

 

— Pero yo no puedo volver y aunque lo hiciera ¿qué evitaría que más cosas malas sucedan? Yo creo con todo mi corazón en ellos y los deseo con aún más ganas...pero ¿ellos a mi tambien?

 

Dejó caer sus manos en mis hombros.

 

— Sólo hay una forma de descubrirlo.

 

— ¿Y esa sería?

 

Una sonrisa curvo sus labios.

 

— Vas a recuperarlos a su manera pero de tú manera.

 

Lo miré más que confundida a lo que dando un paso atrás me miró como idiota.

 

— Recuerdo que me contaste que al principio ellos vinieron uno a uno a ti ¿por qué no hacerlo tú para tenerlos devuelta? Pero dándole tú toque.

 

Le di un sorbo a mi bebida intrigada por sus palabras.

 

— ¿Quieres que vaya por ellos pero sin que ellos se lo esperen?

 

— ¡Correcto!

 

Otro sorbo.

 

— Pero ¿con quién comienzo y cómo lo hago?

 

Se acercó a mi.

 

— Eso tú debes averiguarlo, pero recuerda debes sorprenderlos y que lo tomen como si no fuera la gran cosa ¡eso si! Es para que no se lo digan a los demás.

 

— Y que no se lo vean venir — lo observé sorprendida — Eres un maldito genio.

 

— Gracias, gracias ¿lista?

 

Dandole el último gran tragó a mi bebida asenti, lista para un poco de problemas.

 

(….)

 

Sábado

11:37pm

 

Sonará tan cliché pero todo comenzó con un baile entre un desconocido y mi persona.

 

Cabe detallar que mi culo cubierto con una fina falda conchevina y sus volados no servía para evitar sentir su polla, ni mi camiseta sin mangas con un increíble estampado de Jack Daniels no funcionaba para no sentir lo sudado de su piel y que mis tacones negros de punta cuadrada no funcionaban cuando el tipo que me manoseaba estaba aún sobre mi.

 

Me había decidido que el primero de ellos que viniera a "salvarme" sería mi víctima número uno, y luego de varios furiosos toqueteos a mi cuerpo...aparecio mi salvador.

 

Este, había golpeado al tipo mandandolo al suelo donde muchos otros lo pisotearon sin darse cuenta de su insignificante precensia pero no pude quedarme a ver ya que mi salvador me había agarrado y llevado a su auto, esperaba ver a los demás pero por suerte ninguno de ellos estaba cerca y cuando el auto aceleró los gritos comenzaron.

 

— ¿Qué demonios fue eso?

 

— ¿Un baile?

 

Soltó una risa sin gracia.

 

— ¿Un baile? ¿me estas jodiendo? ¡eso no era un maldito baile!

 

— Yo estaba bailando con alguien, no sé que habrás visto tu.

 

— ¡Vi a un hijo de puta restregando su polla contra mi mujer! ¡eso vi!

 

— ¿Tú mujer? Estas tan equivocado o no recuerdas este último mes, ya no soy tuya y si quiero...

 

— ¿Y si quieres que?

 

Me quedé callada.

 

— Venga, dime lo que ibas a decir.

 

— ¿Para qué quieres saberlo? ¡a ti ya no te importo, a ninguno de ustedes!

 

Vi como soltaba un suspiro.

 

— Por supuesto que me importas, nos importas a los cuatro...si dejaras de escapar de nosotros podríamos explicarte...

 

— ¿Explicarme qué? ¡no voy a creer en sus mentiras sólo porque quieren vengarse de mi, no voy a ser vuestra puta!

 

— ¿De qué demonios estas hablando?

 

Estacionó frente a mi fraternidad y note que esta era la oportunidad perfecta, me gire hacia el mirándolo con un odio que no sentía.

 

— ¡No te hagas el imbécil! ¡se de sus planes! ¡todos lo saben! ¡quieren engañarme y hacerme creer que volvimos a tener una relación sólo para al final hacerme quedar como vuestra puta!

 

Y así salí del auto corriendo a la fraternidad y alli hay algo que el debió haber notado pero claramente no lo hizo, si lo hubiera querido dejar fuera no hubiera dejado la puerta abierta sino que la hubiera cerrado con fuerza en su estúpidamente bello rostro, dejandolo sin entrada.

 

Pero no.

 

La puerta estaba abierta y conmigo yendo a mi cuerto podía escucharlo subir las escaleras rápidamente, tenía poco tiempo para lo que quería.

 

Por eso apenas llegué a mi habitación dejé caer mi falda dejándome en mi camiseta que sólo me cubría hasta el borde de mis bragas perfectamente negras pero de algodón, no tenía encaje en mi cajón pero esto funcionaría...junto con mis tacones y cuando el llegó sus ojos fueron a mis piernas viéndose sorprendido.

 

Me hice la pudorosa.

 

— ¿Qué coño haces aquí? ¡vete!

 

— Yo...yo quería, tenía...

 

Me acerqué a él dejando que mis caderas bailen al son de las ondas, sus ojos no se apartaban de mi cuerpo.

 

— Tu no tienes derecho a entrar en mi cuarto ¡ya no! ¡y deja de mirarme las piernas baboso!

 

— Tienes que decirme sobre...ello y... oh joder nena, no puedo concentrarme con tus deliciosas piernas a la vista.

 

Mordi mis labios.

 

— Cállate, no puedes ni debes decir eso, mejor vete.

 

Se lamio sus labios.

 

— Diré lo que me de la gana, tú, toda tu me perteneces y diré, haré con tu suculento cuerpo lo que me venga en gana, tu lo quieres tanto como yo.

 

Su rostro estaba tan cerca del mío y estaba sufriendo por un poco de su toque, un poco de sus besos y un poco de su amor, lo quería todo, lo quería ya, pero el debía empezarlo todo y así podría en la mañana irme sin necesitar darle respuestas.

 

Quedaría como un error.

 

Uno que deseaba tanto.

 

Sus manos me tomaron de la cintura llevandome contra la pared, al chocar contra esta mi aliento brotó y el sellando sus labios contra los míos hizo vibrar mi cuerpo en vida, su lengua desesperada se introdujo entre mis labios mientras su cuerpo presionandose contra el mío me dejo sentir la dureza que su pantalón resguardaba.

 

Deslizando mis uñas por su espalda un gruñido brota de sus labios entreabiertos, ¿qué estamos haciendo? ¿por qué seguimos? Aún así no deseo que se detenga...joder que no lo haga, sus labios cubren los míos dejandome sin aliento al instante, tantos recuerdo, mi cuerpo se presiona contra el suyo reconociendolo, deseandolo.

 

Que no nos deje ir pide.

 

Me manteniene acorralada contra la pared mientras sus manos tocan mi cuerpo como yo acaricio el suyo, lo deseo ahora.

 

Me debora.

 

Me posee.

 

Le quito su camiseta deslizando mis manos por sus hombros y su suculento abdomen, chupa mi labio inferior haciéndome jadear para volver a besarme como sólo el sabe, dejando caer mis dedos en la hebilla de su pantalón voy abriendome paso hasta tenerlo en mis manos acariciando su deliciosa amplitud.

 

— Joder — gruñe contra mi boca cuando sus caderas empiezan a embestir mis manos, su cuerpo se estremece y su boca ahora pegada contra mi mejilla suelta crudos gemidos — Mierda, nena, si...así.

 

Fascinada con ello lo dejo disfrutar por unos segundos antes de suplicarle que me llene, que me haga el amor, entusiasmado con ello nos lleva a mi cama no sin antes cerrar la puerta. Caemos en la cama donde quita cada pieza de mi cuerpo dejandome desnuda sólo para el.

 

— Tanto, tanto tiempo.

 

Susurra mientras acojiendolo entre mis piernas su miembro se introduce en mi con una lentitud que desespera, y se lo hago saber...dandome esa sonrisa tan suya sus embistes aumentan, saliendo en una brisa para introducirse al instante dejando mi cuerpo languido disfrutando por el placer negado por tanto tiempo.

 

— Maldición, no voy a durar.

 

Y se que dice la verdad pues al segundo su orgasmo me llena y aunque yo no me he corrido se que el no me dejará así, su pelvis continúa un lento vaivén en mi contra sin detenerse y aunque su respiración es entrecortada vamos por una segunda ronda.

 

— Te extrañé tanto, nena.

 

— Y yo a ti, Reid.


A N T E R I O R          -          S I G U I E N T E



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