STEPS
CAPÍTULO TREINTA Y TRES
Peyton.
— Eres como la acosadora
personal de los Weaver ¿sabes cuántas veces se la...
Con su mano en un puño la
movió de arriba abajo sobre su po...entrecerre mis ojos hacia el para reirme
sin pizca de gracia ¿a este qué mosco le picó?
— Pero por supuesto que no
tarado, antes cuando estábamos juntos me decían que estaban en tal clase a tal
hora y yo, pues, lo anotaba ¿qué parte te hace pensar que soy su acosadora?
Parpadeo.
— Mmm...no se — movió su
cabeza para mirar a Dust quien comía una ensalada, tan grande y tan gilipollas
con la comida ¿acaso no sabe que es una jugosa hamburguesa? — ¡Que tal la parte
de sabes donde estan y justamente a que hora!
Solté un bufido.
— Eso no es acoso — recogí
mi teléfono cuando vi que una llamada entraba.
Era mi estupidin favorito.
— Vaya, vaya
¿a qué se debe esta inesperada llamada?
— No lo se,
déjame ver...creo que son las ¡más de cincuenta llamadas de tu padre!
Levanté un dedo hacia Quan
y Dust para girar e ir hacia uno de los árboles más cercano, estábamos en un
tiempo libre...el break, y para estar más cómodos nos vinimos a las sillas de
afuera.
Sip, muy cómodos.
Dándoles la espalda
acerqué más mi teléfono a mi oído.
— ¿Cómo que
cincuenta llamadas? ¿por qué te está...
Y entonces recordé.
- Hola Nando.
- Hola pitufa, al fin
contestas mis llamadas.
- Si, lamento eso, pero
estuve de vacaciones en Oahu te lo juro.
- ¿Oahu? Madre rejodida
¿estuviste en Hawaii? ¡Cuentame!
- Si en Hawai, fueron unas
de las mejores experiencias de mi vida.
- Supongo que la pasaste
de madres, oye ¿fuiste sola o acompañada? ¿todo bien por allá, verdad?
- Hubo algunos estúpidos
chicos quienes se creyeron muy chulos, pero mis chicos me ayudaron.
- ¿Chicos? ¿Estás saliendo
con alguien en este momento?
- Estoy saliendo con
cuatro chicos y a la vez, estoy segura de que ellos darían todo por mi.
- Voy a confiar en que son
de confianza, eso sí...debes presentarlos, ya sabes la opinión de la familia lo
es todo y por cierto, hablando de familia tu padre me ha estado llamando.
- ¿También te llamó?
- Supongo que por esa
respuesta algo no anda bien entre ustedes, no preguntaré el porque, pero
si...me ha estado llamando.
- Lo entiendo, pero el
sigue pensando que quiero sacarle todo su dinero, no lo necesito.
- ¿Tú padre está loco o la
vejez los hace así? Eso sí...mejor andate de ramitas con esos tipos con lo que
andas ¿tienen plata? Puede que la pases bien un rato y luego...
- No estoy con ellos por
su dinero, con el amor que me muestran todos los días sé que darían todo por
mi.
- ¿Sigues buscando amor en
otros brazos? Te he dicho que el afecto que tu padre debe darte sólo el lo
hará, y algún día tal vez y sus viejas palabras sean verdad.
- Mi papá puede seguir comportandose
como un idiota, sabes que no me retractare de mis palabras.
- ¿Acaso no te da pena?
- ¿Tenerle pena? Nunca,
nos ha tratado a mi mamá y a mi mal durante años, ahora esta cultivando lo que
cosechó, comprendeme se lo merece.
- Bueno, si así lo quieres
ver ya no me meto en ese problema, te llamaré si vuelve a llamarme, no voy a
contestarle pues la verdad sus balbuceos no me interesan, cuidate y me llamas
cualquier cosa, te quiero.
- Ok, adiós, te quiero.
— No puede ser.
La última vez que hablé
con mi primo, con Nando, me contó sobre mi padre y yo sobre mis chicos...no soy
de recordar rostros pero las palabras quedan grabas como los sonidos y recuerdo
algo de ello en...
— La grabación.
— ¿Peyton?
¿Peyton, sigues allí?
Aclaré mi garganta.
— Perdona,
estaba recordando algo y...¿sabes? Tengo que hacer algo muy importante, luego
te llamo ¿vale? Besos.
— ¡Espera!
¿qué hago con...
— ¡No le
contestes chau!
Cerrando la llamada dejo
una de mis manos caer en mi boca, sorprendida es lo que estoy y más que
confundida ¿cómo diantres consiguió Dorian esa llamada? ¿se puede hacer eso? Y
si se pudiera ¿cómo se hace? ¡yo no se cómo!
Girando regresé donde
estaban dos de mis chicos favoritos, al verme dejaron de hablar para mirarme
confundidos, me senté y dejé mi teléfono en la mesa.
— ¿Qué sucede?
— Acabo de recordar.
Recogí mi hamburguesa de queso,
carne, huevo frito y suficiente salsa de tomate con un chorro de mayonesa
mirándola con sumo deleite además de hambre.
— Deja de babear sobre tu
comida ¿que cosa recordaste?
Lleve mi mirada devuelta a
Quan.
— La grabación Quan, la
grabación es de una llamada que tuve con uno de mis primos.
— ¿Es quien te llamó? —
preguntó Dust recogiendo su malteada.
Asenti.
— Me llamó para decirme
que mi papá lo ha estado jodiendo con un monton de llamadas, cincuenta ¿se lo
pueden creer? Pero eso no es lo importa...
— Tu padre está loco —
murmuró Quan.
— No, el está preocupado —
murmuró Dust haciendo que nuestras miradas caigan en el, nos señaló con su
malteada en mano — ¿No me creen, verdad? Todo padre por muy frustrante que sea
tiene ese lado paternal que como a los leones cuando ven a su cachorro en
peligro corren a auxiliarlo.
Negué.
— Mi padre me ha dejado
muchas veces de lado, no lo conoces.
— No digo que sea una
buena persona, pero según nos contaste le soltaste la bomba de que su hija
estaba en una relación poliamorosa, no con un chico sino con cuatro ¿qué crees
que hace eso con su mente?
Me lo pensé.
— Confundirlo — movi mis
labios de lado a lado — Debe estar tan molesto, frustrado, no sería algo lindo
de ver...se pone como un demente cuando no tiene lo que quiere.
Ya lo he visto cuando mi
madre se negó a volver con el, incluso me pidió ayuda para enamorarla ¡ja! ¡por
favor! Ese mismo día le dije que ellos son como el agua y el aceite, no van
juntos y nunca lo haran, aparte le dejé muy en claro no quería, deseaba o
anhelaba verlos juntos.
Esa sería mi peor
pesadilla hecha realidad.
No lo quiero.
Ni lo querré.
— Eso no es lo importante
— dejé caer mi mano en la mesa — Esa grabación eran partes de una conversación
que tuve con el.
— Interesante — de pronto
Quan hizo una mueca para mirar su plato — Eso significa que Dorian ha planeado
esto por un tiempo, y...que debemos actuar lo más rápido posible ¿ya escogiste
a tu próxima víctima?
Solté un quejido cuando
parte de la salsa de tomate en mi hamburguesa se deslizó por mi mano, lamí
donde esta estaba para pensar en su pregunta.
¿A quién elegir?
Bueno, Reid ya estaba
descartado por lo tanto me quedan tres chicos, estaba pensando en Ghian pero el
como es tan intenso mejor lo dejo como ¿último? No, mejor aún en espera, y si
así lo hacia entonces la cosa quedaba entre Mase y Terrell ¿cómo elegía?
Que jodida molestia.
— No tengo idea, aparte no
quiero que sea algo planeado...soy un asco al tratar de seguir mis propios
planes ya que al instante sale otro buen plan y otro.
— Escuché que ya habían
chicas rondandolos.
Miré hacia Quan quien se
encogió de hombros.
— ¿Y eso qué significa?
— Sólo digo, que debes
apresurarte si no quieres perderlos, aunque — recogió un frasquito con salsa
verde, guacamole — Me he dado cuenta de que les huyen...tus chicos muy aparte
del rompimiento y de que habían estado cabreados con la idea de tu siendo una
chupadora de dinero y sentimientos te eran fieles.
— Acaban de terminar una
relación, nadie comienza otra al instante — recalcó Dust.
— Eso ya lo se, pero si
ellos quisieran hacerle daño cada uno hubiera cogido cualquier chica sólo
para...no se...ponerla celosa.
Dust me miró.
— Tiene razón, mejor
comienza rápido, Dorian puede también estar planeando algo y que ellos estén en
tu contra no es parte de nuestros planes.
Solté un suspiro.
— Entiendo.
Llevé mi hamburguesa a mi
boca.
(….)
No tenía que estar aquí.
No había un porque.
No tenía sentido alguno.
Pero aquí estaba...en el
área de administración de empresas en un horario que sabía uno de ellos debía
aparecer.
Bueno, tenía un porque y
era uno muy lamentable...veran había pedido un favorcito al profesor Linnar ¿se
acuerdan de el? ¿el tipo que esi profesor de Física 2 que está casado con una
de sus alumnas que casualmente es ahora mi amiga? Si, a el recurri cuando no
tenía idea de cómo entrar ya que como sabrán no dejan entrar a cualquier lugar
sin una razón.
Y mi razón es de que
venía, de nuevo, por tales llaves.
El profesor al que vengo a
pedir las llaves aún no lo encuentro y quizás se deba a mi no tan astutas
formas de buscarlo, no había preguntado a nadie y por lo que sabía el profesor
estaba en sus horas de descanso.
Ahora ¿dónde descansaba?
No tenía idea.
Me encontraba en uno de
los pasillos más transitados, es decir si vas a alguna parte este es tu
camino...y caminando lentamente espere a que uno de ellos...
— Sólo unos minutos, verás
que no te defraudare.
...Aparezca.
Y allí está mi víctima
número dos, una rubia de estrecha cintura balanceando sus caderas de lado a
lado mientras una de sus diminutas manos estaba en un fuerte agarre al brazo de
mi Terrell, al parecer estaba suplicando por un poco de alivio a su picor.
Vaya puta.
— Tara, ya te lo he dicho...no
estoy interesado en tener un encuentro de pasada.
— Oh vamos, Terry...sé que
vas a disfrutarlo.
¿Terry?
Me quedé plantada en mi
lugar al ver que la barbi esa se colocaba frente suyo para rodear su cuello con
sus brazos y tirarse a besarlo.
No se si hice un
sonido...solo sé que el volvió a verme para lucir de irritado a horrorizado.
Joder.
— ¿Peyton?
Giré y corrí lejos suyo
¿estaba huyendo? No, no lo estaba y aunque ver a alguna otros chicas besarla me
judío la conciencia cabe recalcar que sabía que esperar de ellos, por lo tanto
huía pero sabiendo que el me seguiría.
— ¡Peyton!
¿Ven?
Estos planes improvisados
a veces funcionan.
Subiendo por unas
escaleras miré de izquierda a derecha ¡un salón vacío! ¿cuál está vacio?
¡mierda! ¡mierda!
— ¡Peyton, espera!
Jodanme.
Corrí y entre a la primera
habitación y para mi maldita suerte no estaba vacía, había un profesor y dicho
profesor...
— ¿Señorita? ¿sucede algo?
Aclaré mi garganta.
— El profesor Linnar me
pidió que le diera esto.
Me acerqué entregandole un
papel y justo en ese momento la puerta de abrio.
— ¡Pey...
— ¿Señor Weaver? — miró
sorprendido a Terrell, yo no giré a mirarlo — ¿Por qué entra de esa manera a mi
despacho?
¿Este era su despacho?
— Lo siento profesor,
solo...yo necesito, este hablar con ella.
El profesor nos miró a
cada uno para suspirar y abrir un cajón donde estaba la llave junto con un
sobre.
— Entregue de mi parte
esto al profesor Linnar y dígale muchas gracias.
Asenti recibiendo lo que
me daba.
— Señor Weaver, acompañe a
la señorita.
— Claro,
Pe-Peyton...¿vamos?
Respirando hondo giré para
salir del aula, escuché la puerta cerrándose mientras yo seguí a caminando
hacia las escaleras, es hora de hacerse la mártir.
— Peyton yo quiero...
— No debes acompañarme, se
como salir.
— Pero yo quiero, necesito
explicarte lo que viste.
Me detuve.
— No necesito que te
expliques.
— Pero...
— Estas haciendo tu vida,
lo entiendo, si tu quieres estar con otra chica hazlo...no es como si...no es
como si yo fuera alguien para ti.
Sentí un tirón en mi mano
que me hizo girar y encarar su hermoso rostro con un ceño fruncido.
— ¿No fueras alguien para
mi? Tu eres y siempre serán mi vida ¿por qué no lo entiendes?
Me solté de su agarre.
— Ustedes terminaron
conmigo.
Sus ojos llenos de fogoza
irá se nublaron mirándome tristes.
— Lo se dulzura, lo se,
hemos intentado hablar contigo, explicarte que ya lo sabemos...todo fue un
terrible error y queremos volver contigo, estar juntos.
Al instante que iba a
darle mi respuesta voces como pasos se escucharon venir hacia nuestra
dirección, sentí su mano rodear mi brazo llevándonos a una habitación que
estaba vacía, soltandome el se quedó cerca de la puerta escuchando por si
alguien iba a entrar aquí.
Se giro y me miró.
— Vuelve a nosotros, se
nuevamente nuestra mujer, por favor.
Ver el anhelo en sus ojos
casi hizo que le dijera de mis planes, casi...pero no lo hice y en cambio me
acerqué a él dispuesta a llevarnos al meollo de la cuestión y así poder
culminar e irme.
Si seguía cerca suyo todo
valdría mierda.
¡Mierda!
Presionando mis labios
contra los suyos me vi gimiendo ante el fresco toque de sus manos en mi cuerpo,
acercandome a el no me interrogó buscando el motivo de estar besandolo...en
cambio, sus labios me dieron la misma pasión que quería desbocar en el.
Mis pies se movieron
llevándonos hacia el escritorio con su cuerpo reteniendome contra el mientras
nuestras bocas bebian del otro con anhelo, sus manos en mi cadera me subieron
al escritorio para abriendo mis piernas colocarse entre ellas y con sus manos
deslizándose en mi rostro dejo el suyo alejarse del mío.
— Tenemos que hablar.
Negué.
— Después — tiré de su
camiseta presionando su pelvis con una ereccion más que notable en ella
apoyarse contra mi muslo, gemi mientras estirando mi mano lo acaricie.
— No creo que...
Volví a callarlo y decidí
que esto yo lo llevaría, deslizandome fuera del escritorio seguí besandolo
mordisqueando su carnoso labio, chupando su lengua arrancandole más que
deliciosos gruñidos en mi boca...nos lleve hacia el asiento del profesor
mientras tiraba de su bragueta liberando su preciosa erección, acariciando su
longitud deseandolo aún más duro de lo que ya está.
Dejandolo caer en el
asiento su pecho subia y bajaba entre cada suspiro, su miembro rojo arqueado
contra su abdomen apuntandome, y sus tiernos ojos desenfocados me miraban
desconcertados mientras deslizaba mis bragas fuera de mi cuerpo.
— Dios, eres tan hermosa.
Mordiendo mi labio
inferior me acerqué colocandome a horcadas suyo para besarlo con la dulzura que
se merece, con el amor que siento por el, y con la promesa de que todo volverá
a ser como antes, pronto.
Me dejé caer en su regazo
mientras con una mano dejaba su glande acariciar mis labios, no tenía tiempo
para más jugueteos...eso ya sería para otro momento, lo dejé llenarme
jadeando con deleite ante su plenitud como por sus cálidos besos en mi cuello.
Me entregué a el.
Mis manos en sus hombros
como soporte mientras movia mis caderas de adelante hacia atrás escuchandolo
jadear contra mi oído y sus manos suaves pero inquietas me acariciaban debajo
de la falda que me había puesto sólo para el, presionandome contra su miembro
viril sepultado entre mis pliegues empece a moverme con mayor ahínco
deshaciendonos en ese lugar impropio como inadecuado para lo que estábamos
haciendo.
Alguien podría entrar.
Y sólo la idea de que eso
suceda hizo que mis movimientos fueran aumentando de velocidad, nuestros jadeos
se combinaban, bien sabía lo hermoso que era mi Terrell al hacerme el amor por
lo tanto sabía que no me detendría y esperaba poder alejarme de el cuando haya
terminado.
Habían sido apenas dos
días desde que estuve con Reid y aún así estaba muy sensible, demasiado ansiosa
por culminar me vi disfrutando como una loca de sus embestidas uniéndose a las
mias ¡Joder! Me haría difícil la partida y más dejandolo languido y solitario
pensando que quizás esto era un error.
No lo era.
Pronto lo sabrán.
Selle mi boca contra la
suya mientras temblaba furiosamente ante mi orgasmo encerrando su hombría en un
apretado puño que siseando me miró con tormento mientras el placer emergia de
el llenando mi canal con su placer.
Así, jadeando le di el
último beso antes de deslizarme fuera de su regazo colocandome mis bragas ante
su inquieta mirada.
— ¿Dulzura?
Apreté mis labios dándole
la espalda, no podía ver como rompía su corazón.
— No debimos, diablos, no
debimos hacer esto.
— ¿De qué estas hablando?
— Lo siento, esto...esto
fue un error.
Con mi mano en el pomo y
los papeles en la otra mano abrí la puerta saliendo de alli lo mas rápido
posible escuchandolo gritar mi nombre tan confundido y atormentado, el hacer
esto va a ser un tormento para ambos pero prometo terminar con ello lo más
rápido posible.
De esta semana no pasa.
A N T E R I O R - S I G U I E N T E
No hay comentarios:
Publicar un comentario