STEPS
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO
Peyton.
— ¿Una fiesta?
— Sep.
— Odio las fiestas.
— Incorrecto, tu muchacha
antisocial odias las multitudes.
Hice una mueca.
— ¿Sin una respuesta
mordaz?
— Me ahorraré mi saliva,
si te parece.
Se giró a verme con aún el
volante frente suyo y la fraternidad frente nuestro que parece reventar en
cualquier segundo ¿por qué en el jodido mundo hay gente disfrazada?
— ¿De qué tienes miedo? Yo
estaré allí dentro.
Bufe.
— Estarás con Dust
mientras yo debo hacer el trabajo sucio.
— No quiero ver tu feo
trasero, pero si quieres...
Golpee su hombro
haciendolo reír como a mi también, estábamos frente a la fraternidad que Dust
pertenece y segun nos contó tras un rápido mensaje uno de mis chicos estaba
aquí mostrándose con un carácter de mil demonios como con una ganas de
emborracharse.
Como Red y Terrell ya
estaban sólo me quedan dos a los que noquear.
— Hagamos esto.
Salimos de su auto para
tirar de los bordes de mi camiseta, era de color rosa pero que con la luz
ultravioleta de allí dentro voy a brillar como Edward Cullen, estaba incómoda
con esta cosita ajustada...odio las camisetas de tiritas ¡las odio!
El estaba peor.
Con una camiseta blanca
con líneas negras, parecía una cebra y eso con esa luz morada ¡el iba a flipar!
El muy guaso lo iba a disfrutar y yo iba a meterme en malditos problemas, y
ahora que recuerdo...con mi cabello blanco como estaba ¿iba a brillar?
Eso se vería muy cool.
Entramos en el alboroto de
una fraternidad de puros hombres, claro que ahora también habían
chicas...chicas con ropas limitadas y las entendí afuera estaba fresquito casi
hacia frío ya que era de noche ¿aquí adentro?
La mierda estaba cual
sauna, daban ganas de quitarse ropa en vez de ponersela, con los brazos
entrelazados recorrimos el camino de la entrada para llegar donde la música era
más que ensordecedor.
Y...no se qué paso.
Se los puedo jurar.
(….)
— ¡Lanza la jodida pelota!
— ¿¡Y yo como que por
qué!?
— ¡Porque es tú puto
turno!
— ¡Deja de insultarme!
— ¡No estoy...— interrumpo
mis gritos para soltar un suspiro exasperada, sabía que el man estaba tan ebrio
como una cuva...y vaya resaca que tendrá — ¡Lanza la pelota!
— ¡Aquí voy!
Hace como si fuera un
pitcher meneando sus caderas para al levantar su brazo dejarla caer en un vaso,
y la multitud enloquece...en serio lo hace, ya que estamos rodeados de una
multitud que me aficcia.
No soy alguien que le
guste estar rodeada de tanta gente y estarlo hace que tenga un ligero caso de
enoclofobia, es como si me picaran los brazos y quisiera apartar a todos, es
algo común en mi ya que no estoy muy acostumbrada a ser abrazada o a que me
toquen.
Cuando mis chicos y yo
estábamos todos juntos en esos momentos apasionados me era posible dejar a un
lado esa repulsión y como dijo Quan...no odio las fiestas ¡las adoro!
Aún cuando no vaya a muchas.
Solo tengo un problemita
con las multitudes y me llego a fastidiar como algo de facilidad, no me da eso
de querer alejarme de todos...no, a mi me da la de querer sacarle la madre a
todos.
¡Se los juro!
— ¡Wuuuuuuuuu!
Saliendo de mis
pensamientos veo como Quan bebe de su cerveza, no recuerdo muy bien si es
la decima o la onceaba....aun así no lo detengo pues con Dust nos decidimos a
cambiarle las cervezas con alcohol a cerveza sin alcohol.
Así, que dejemos al bebé
chupar su biberón.
En algún momento se dará
cuenta y si, la resaca le vendrá ya que fue como a la sexta que hice el cambio
mientras Dust lo entretenía, como si no hubiera visto ese momento en que Quan
le había apretado las nachas frente a todos al ya sonrojado Dust, y pensar que
antes ni drogado el chiquitín Quan haría eso.
¡Crecen tan rápido!
Cansada de este juego dejó
caer mi mirada en alguien detrás mío quien al segundo toma mi lugar, Dust al
ver que estoy fuera se lo comunica a Quan para luego ambos irse a
pasear...supongo que se lo lleva a beber algo de fresca agua.
Lo necesita.
Y yo necesito comenzar a
buscar a mi presa.
Recorro primero la parte de
afuera y es que llevamos aquí más de dos horas juegan lo que sea y bebiendo
tragos como agua, y en todo ese tiempo mi presa no ha dado la cara...o se fue o
no me quiere ver.
Dudo que sea la segunda.
Afuera sólo se encuentran
parejas ya en plena acción de sobeteo intenso y no estoy aqui para ver porno
gratis...además de malo, doy vuelta regresando a dentro pasando la
"pista" donde la cosa esta descontrolada para ir donde está esa barra
improvisada...pero con sólo acercarme se que no está allí.
Lo habría notado.
Y a pesar de que la fiesta
esta descontrolada me parece de lo más divertida, está increíble por así
decirlo...es una fiesta a casi oscuras pero con la pintura fluorescente en los
rostros de todos aqui puedo decir que eso le da sus puntos.
También me pinte algo en
el rostro bueno soy como una calavera Catrina, hice lo mejor que pude con lo
que encontré en los pasillos ya que los frascos de pintura estaban regados por
todas partes.
Me adentro al último salón
aunque no había subido y no quería pensar en que el estaba allá arriba con
alguien subido a su regazo montando su...¿¡pero qué demonios!?
No, arriba no estaba pero
esta aquí y con una tía montando su regazo cual puta vaquera.
— ¡Sigue tomando fotos!
— Cinthya, no puedo creer
nuestra suerte.
— ¿Sigue dormido?
La chica en su regazo
coloca sus manos en sus pectorales suspirando ante la piel frente a ella, puedo
ver la camisa que el usaba hace no se cuanto tiempo estaba abierta de par en
par mostrando esa perfecta musculatura que sabe tiene.
Me lo apuesto todo a que
estas tipas han estado posteando fotos de ellas montadas en su regazo como las
simias que son y que el muy idiota no sabe ni que hacen con su cuerpo por el
estado en coma que parece estar.
— ¡Ya es mi turno!
¡Cinthya lo tuvo por ya demasiado tiempo!
¿Creen que las dejaré
seguir tocando lo que es mío?
Nanai.
Pasando los cuerpos
amontonados en el piso ¿qué coño hacen en el piso? ¿les entró complejo de
alfombra? Que pendejos, digo de largo hacia ellos donde el cuerpo de mi chico
está desplomado contra un mueble con manchas de dudosa procedencia.
Y la chica que toma fotos
es la primera en verme, su sonrisa se pierde para murmurarle algo a su
acompañante y esta de inmediato gira a verme como si fuera una molestia.
¿Yo?
¡Venga!
Me acerco a la chica
montada en el regazo de mi chico ¿saben lo que haré verdad? Con una mano la
empuje hacia un lado haciendo que su pequeño cuerpo se estrelle contra el suelo
y no me moleste en escuchar su palabreria ni insultos hacia mi, volví a
levantar mi mano y...
Le di una cachetada a mi
ardiente durmiente.
— ¡Dios!
Sobresaltado se retuerce
en su lugar frotando su mejilla para parpadear reiteradas veces centrando su
vista, supongo, y girar a mirarme.
— ¡¿Pero qué carajos crees
que...
— De nada.
Se queda callado para
levantarse y dejarme ver que aunque sus pasos tambalean y su aliento apesta a
alcohol su reconocimiento facial hacia las personas sigue funcionando muy bien,
me mira pestañeando y dando pequeños pasos hacia mi.
— ¿Tesoro?
Me sorprendo al escucharlo
hablar tan nítido.
— No estás ebrio.
Suelta un suspiro para
frotar su rostro con a mi parecer pereza.
— Lo estaba hace horas,
creo que el efecto ya se me fue — suelta otro suspiro ahora desanimado — A no
ser que esto sea un sueño y tu no estés aquí en reali...¡diablos!
Frota su brazo donde acabo
de peñiscarlo mirandome con el ceño fruncido, me encojo de hombros.
— ¿Por qué hiciste esa
mierda?
— No estas soñando.
— Bruta, no tenías que
hacer eso.
Me crucé de brazos.
— ¿Acabas de llamarme
bruta, bruto?
— ¿Qué si lo hice?
Las comisuras de su labio
se levantan en una sonrisa preciosa que hace palpitar en vida mi pobre corazón,
Joder los extraño demasiado...no se como podré seguir con esto durante unos
dias.
Y se supone que mañana le
toca a Ghian.
Mi rubio se acerca
lamiendo sus labios pero sin intención de besarme cuando entrelaza sus dedos
con los míos mirandome con cautela y anhelo, pidiendo permiso para esa simple
acción, lo dejo hacer, tira de mi fuera del cuarto para recorrer los pasillos
llegando a la cocina donde veo de lado a lado buscando alguna señal de Quan o
Dust.
Pero no están.
Supongo que están
ocupados.
— ¿Buscas a alguien?
Girando a mirar a Mase lo
veo beber de una botella de agua como si esta fuera su casa, pero ¿a quién le
importa? Se la bebe por completo antes de volver a respirar.
— Quan o Dust.
El asiente antes de
acercarse de nuevo, esta vez veo una clara intención en sus ojos y se que esto
será complicado, no me gusta negarles nada...el calor de su cuerpo me llega
primero y luego el deseo ardiente en sus ojos de besarme y cuando esta a centímetros
de mis labios yo sólo voltee mi rostro dejando que sus labios caigan sobre mi
mejilla.
Su cuerpo se desinfla para
dejar caer sus manos en mi cadera.
— Déjame besarte.
No le contesté.
— Tesoro, déjame volver a
sentir la dulzura de tus labios ¡Joder! No tienes idea de cuán jodido me siento
sin ti...solo déjame, sólo déjame darte un beso.
Niego aún cuando sus
palabras tiran de mi propio deseo a contarle mi plan, pero no lo hago, no aún.
Pero ahora yo soy quien
tira de él llevándonos entre la multitud de cuerpos borrachos, sudorosos y con
un creciente subidón de hormonas.
Y yo soy una de ellas al
llevarnos al segundo piso donde capturamos las miradas de la mayoria de
adolescentes a nuestro alrededor y no me preocupa ello, por lo menos ya no,
porque Mase es el penúltimo en mi corta lista por lo tanto ya no me importa si
Ghian se entera de los encuentros entre mis otros chicos y yo.
El se lo esperará y yo
espero que con ello nuestro encuentro sea...explosivo.
— ¿Peyton, a donde nos
llevas?
Voy moviendo manillas en
busca de algún cuarto vacío y para mi mala suerte todos estan ocupados con
excepción del cuarto de una niña, joder, bueno...esto tocó ahora vamos a llevar
las cosas a otro nivel.
Como la cama es muy
pequeña al tirar a Mase sobre ella noto como el la supera en tamaño, muevo mis
labios de lado a lado cuestionandome el lugar pero cuando veo el brillo en los
ojos de Mase comprendiendo mis intenciones ya todo me vale madres.
Dejo mi mano vagar por mis
muslos dejándolo mirar como quito mis bragas de su lugar, una maldición deja
sus labios cuando la deslizo en mis piernas quitandolas de mi camino,
acercandome a el dejo a su codiciosa boca tomar posesion de mis labios, besarme
a su gusto pues bien se como me dejan con sus besos.
Me desestabiliza en una de
las mejores maneras volviendo mi deseo agua, se que estoy húmeda cuando desliza
su boca a mi cuello a mis hombros y más cuando sus manos me colocan a horcadas
suyo a lo que aprovechando la oportunidad abrí su bragueta deslizando mi mano
en su interior acogiendo su duro miembro dándole un justo apretón.
— Mierda.
Gruñe contra la piel en mi
cuello para volver a besar un camino hacia las curvas que mi brazier hacen con
mis senos, mi respiración se agita al sentir su cálida respiración chocar
contra mi piel ya erizada, con una mano hago a mi falda subir enrrollandose en
mi cintura para arquearme y dejarme caer sobre su dura vara.
— Aún no — susurra contra
mi piel pero no lo escucho mientras empiezo a moverme, llevándolo a mi interior
y sacándole, sus manos temblorosas aprietan mis caderas — Tesoro, espera...
— No.
Agarrando su cabello entre
mis dedos llevo su boca a chocar contra la mía gimiendo ante el ardor entre mis
piernas, su lengua entra en mi boca degustando mi sabor y yo el suyo y aunque
el sabe a cerveza no detengo nuestro beso, anhelo su sabor frutal como su aroma
¿por qué estaba tomando? ¿será mi culpa? No podría perdonarme si el ha echo
esto por mi culpa, no quiero que cambien por mi.
Debo hacer esto rapido,
ideas inundan mi mente de decirle la verdad y quedarme a acompañarlo mientras
hablamos.
Pero no puedo.
Dejo a mis caderas
aumentar de movimiento apurando las cosas y por primera vez siendo que mi deseo
disminuye en vez de aumentar, no quiero hacerle esto sólo porque si y por ello
me veo besandolo con el anhelo que me cubre de pies a cabeza.
Yo también me siento tan
perdida sin el, sin ellos.
Y es cuando siento su
calor cubriendo mis paderes que un gemido sale de mi boca desembocando un
pequeño orgasmo que me sacude de manera placentera, me detengo sin dejar de
besarlo sólo hasta que el aliento me falte.
Si hablo voy a echar todo
por la borda, por tal motivo me levanto de su regazo dejando un beso en su
frente arreglando mi falda y dirigiéndome a la puerta.
— ¿Tesoro?
— Te amo.
Suelto para abriendo la
puerta correr lejos suyo sin importarme nada, ni el haber dejado mi braga en
esa cama, ni al notar las miradas de muchas personas encima mio al verme sola,
nada me importa y por eso corro fuera dirigiendome hacia el auto de Quan que es
donde lo encuentro besandose con Dust.
Pero el me ve.
— ¿Todo bien?
Niego.
No, pero lo estará.
A N T E R I O R - S I G U I E N T E
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