SO TIED
CAPÍTULO TRES
Aldran
Sus
ojos se amplían mientras me acerco, aun así, el no retrocede ni dice una sola
palabra, cuando presiono mi pecho contra el suyo noto como su aliento se
entrecorta siseando al sentir mi miembro frotándose contra su abdomen.
Pero
mis ojos están fijos en su boca.
Había
escucha y visto a las hembras humanas realizar un apareamiento de bocas con sus
compañeros, no entendía el porqué de hacer eso pero eso no quita mi curiosidad.
Inclinándome presiono mi boca contra la suya, una calidez surge en mi abdomen recorriendo mi
cuerpo, curioso...pero el abre su boca y su húmeda lengua recorre mis labios.
Me
separo sorprendido por tal acción, sus ojos están borrosos de lujuria, vuelvo a
presionar mi boca contra la suya dejando que el sea quien me enseñe.
Mi
ceño se frunce al pensar en cómo aprendió a besar ¿alguien habrá saboreado la
dulzura en su boca? ¿Quién se atrevió a tocar lo que es mío?
Oscuros
pensamientos rodean mi mente cuando su mano tira de mi cabello inclinando mi
cabeza hacia el, mis ojos se abren sorprendidos y mi boca abriéndose es atacada
por su astuta lengua, gruñó satisfecho por su dulce ataque agarrando su fina
cintura estrellándolo contra una de las mesas.
Mi
boca se mueve contra la suya, nuestra lenguas luchando una contra la otra,
muerdo su labio y me sumerjo en lo que es el besarlo, me gusta esto, no sabía
que pudiera existir algo mejor que el sabor de mi compañero.
Pero
su boca es dulce pero agresiva, deseo recorre sus venas tal como hacen en las
mías.
Pero
deseo más.
El
estado está haciendo su efecto en todo mi cuerpo como se que en el suyo, mi
miembro se mantiene erecto...un estado del cual soy novato, pero se lo que debo
hacer, se a quien debo poseer.
El
se mueve, desesperado, sus manos agarran puñados de mi cabello, soltandose para
tirar de mi ropa, acariciar mis pectorales y volver a tirar de mi cabello, es
un baile de sensaciones.
Uno
que me tortura.
Pero,
uno que me encanta.
Suelto
un áspero gruñido mientras agarro a mi compañero colocándolo sobre la mesa, sus
piernas se abren inmediatamente atrayéndome hacia el con una fogosa pasión, en
segundos su boca vuelve a estar sobre la mía.
Soy
quien va a proceder con la reclamación, quien será la cabeza de esta familia.
Pero
aún así, seguiré cada orden, cada pedido, cada exigencia que salga de la dulce
como adictiva boca de mi imeth.
—
Aldran...
Susurra
separando su boca de la mía, lo observó atento, ansioso por más besos, pero el
baja su cabeza y niega.
—
No, no podemos...no creo...
Con
una mano agarro su quijada elevando su mirada a chocar con la mía, sus ojos se
amplían sorprendidos a lo que supongo ve mis emociones escritos en mis ojos.
—
Eres mi compañero — susurre lo mas nítido y sin ningún atisbo de duda en mi
voz.
El
necesita mis palabras, necesita confort, seguridad, y sobre todo...mi afecto,
el cual tiene de sobra.
—
Trata de dejarme imeth, trátalo — con mi otra mano acaricie la suave piel que
logre tocar debajo de su ropa — Lo único que lograrás es empezar una cacería.
Sus
ojos se ampliaron aún más en shock, pero hubo cierto brillo que logró hacerme sonreír, muchos jóvenes conocen lo adrenalina como espesa niebla ante un
posible apareamiento que trae una cacería.
Muchos
han visto con ojos llenos de envidia a aquellos que han manifestado de esta, yo
lo he visto y se que mi compañero también agrada de aquella idea.
Vuelvo
a besarlo sintiendo solo hambre de su sabor y de su pasión....
Cuando
me separa abruptamente de él, estoy desconcertado por varios segundos cuando
escucho las alarmas resonar cada vez más fuerte.
—
¡¿Qué está sucediendo?!
Lo
observo gritar contra un qioz, las alarmas resuenan en todo el pasillo llenando
el lugar de una luz roja, me enderezó sujetándome de una mesa, la cual para mi
pesar parece no haber sido una firme.
Me
desplomo sobre unas camillas en la parte de atrás golpeando mi espalda y cabeza
causando alboroto, Kahol quién sigue gritando contra el qioz se detiene
mirándome asustado para venir hacia mí...pero es detenido.
Una
pared transparente cae cerrando su paso, inmediatamente me levanto golpeando
con mi puño la fría superficie, pero esta no se rompe.
Mi
ceño se frunce mirando a mi imeth, quien corre hacia su qioz y me mira mientras
teclea en ella, pero son segundos para que muestre que sus intento son
inútiles.
Las
luces como la alarma cesan.
Estoy
desconcertado.
—
Imeth — lo llamo a lo que inmediatamente tengo su atención, estoy contento al
ver que responde a su título como mio, pero no puedo mostrarle cuan feliz me
hizo ello ahora.
Algo
está sucediendo.
—
¿Qué esta sucediendo?
El
aprieta sus labios.
—
¿Estamos bajo ataque?
Aún
a pesar de ser un pueblo medianamente avanzado, existen numerosas personas que
están interesadas en el poder como en obtener ganancias, observando este lugar
puedo calcular una cifra demasiado alta que podrían pagar por solo uno de estos
artefactos.
—
Si no estamos bajo ataque ¿qué fue todo eso y porque estoy encerrado en esto? —
golpee con mi puño el muro transparente.
—
No eres el único encerrado, todo el centro está en cuarentena.
—
¿Por qué?
Pregunté
notando cómo apretaba sus dientes, parecía un joven guardando secretos, algo
que no fue de mi agrado.
—
Dime.
Apretó
sus labios una vez mas para agarrar su qioz y mirarme, espere sabiendo que me
diría la verdad.
—
El día de hoy se nos fue entregado un suministro de hia, que según estos datos
fue usted quien hizo la obtención de esta sustancia, aquellos suministros
fueron traídos aquí a espera de ser destruidos.
Dejo
el qioz en su mesa.
—
Pero al parecer alguien a abierto un frasco de hia, y ahora este se encuentra
propagado por toda el área médica, todo aquel que estaba aquí cumpliendo algún
deber, en el momento que han sonado las alarmas han y hemos sido encerrados
para evitar que hayan muertes al por mayor.
Al
terminar apretó sus labios mirando hacia el suelo, se que como jefe de él
centro médico su deber es estar atento a tanto su personal como de su trabajo,
pero justo como ahora, hay problemas o dificultades que habrán en el camino.
Ahora
solo debo obtener información.
—
Continúa.
A N T E R I O R - S I G U I E N T E
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