C A P I T U L O 4

STEPS

CAPÍTULO CUATRO


Peyton


Saben, desde que descubrí los colores neón quede completamente enamorada de ellos la primera vez que use uno de esos fue en mi rostro para un concierto electrónico de uno de los mejores DJ, Martin Garrix, juro que bailé grité salté y dejé mi alma salir por cada uno de mis poros ese dia...ese día había cumplido mis dieciocho años y estaba preparada para lo que sería mi primera borrachera.

Cosa que no pasó.

Sonrio mientras recuerdo que al terminar tal concierto mi padre estaba allí preparado para llevarme a mi casa con mi madre, claro, después de primero llevarme a un desayuno a las 3am...un pescado frito patacones en cuadritos su arroz y su salsa, una delicia en manjares.

Algo que adoraba era cumplir años y no era por los regalos, los cuales dejaron de aparecer a mis diecisiete, no, era porque mi edad aumentaba y me hacia una adulta cada año...aun lo sigo amando y un mes antes de mi cumpleaños estoy que enloquezco por ello.

Si, en un mes es mi cumpleaños...el temido 1 de Octubre y hoy es 10 de Septiembre.

Pero como decía ¡amo los colores neón! Y por lo tanto poner un azul neón en mis uñas de tanto pies y manos está que me tiene fascinada, puede que en la luz no se vea nada de nada ¿pero en la oscuridad? Allí, seré como un bebé con un nuevo juguete.

Soplo mis uñas y las balanceo frente mi rostro, tan bonitas.

- Tienes que acompañarme.

Salto asustada cuando alguien entra en mi cuarto que casi caigo de mi cama, cuando veo que es Quan doy un gruñido por lo alto y me acerco dispuesta a golpearlo, el se protege con sus brazos, pero recuerdo que recién pinte mis uñas.

No las debo dañar.

- Puedes respirar cobarde, tienes suerte de que estuviera pintando mis uñas sino...hum, tu caso sería otro - me siento con el frente mío mirándome con recelo, sople mis uñas una vez más - ¿A dónde quieres que te acompañe?

Mire por la ventana y no estuve sorprendida por la noche que cubría en un oscuro manto al campus, por eso me había asustado ¿quién jodidos sale a las...11pm de su tibia camita?

Oh claro, el idiota de mi amigo.

- ¿Sabes qué hora es, verdad?

Deslizó una mano por su bolsillo trasero para sacar su teléfono, yo sólo lo observaba mientras marcaba y se lo ponía en su oido.

- Hey - una gran sonrisa para mirarme y tragar ruidosamente - Claro, aquí mismo la tengo - frunci mi ceño - Peyton ira con nosotros dice que quiere salir a divertirse, no le puedo decir que no.

- ¿Qué carajo dijiste? - iba a cruzarme de brazos pero recordé las uñas y me quedé asi mirándolo acusatoriamente, ya me estaba enterando más o menos de lo que se venía.

Me dio su mirada de cachorrito abandonado, gruñendo me levanté caminando hacia mi armario.

- Se está vistiendo - no lo miré - ¿Media hora? Por supuesto, me marcas si no estamos abajo cuando llegues, hasta pronto.

Sabía que ya había colgado.

- Tienes diez segundos para explicarme está mierda - no me voltee pero lo escuché soltar un suspiro.

- Dust me invitó a un antro que es muy, demasiado, exclusivo y aunque la idea me pareció increíble no quería ir solo...bueno, no iba a estarlo pero me sentiría mucho mejor contigo allí conmigo.

Ante lo del club mi interés de 0% subió a un 100% al instante, me giré y le di una amplia sonrisa.

- ¿Por qué no me dijiste eso antes? ¡Joder! ¿qué antro?

- Eh...bueno ¡demonios! ¿cómo era? - el empezó a tronar sus dedos mientras mordia sus labios - Algo con la esposa de Hades ¿cómo se llamaba?

¿Acaso es idiota?

- ¿Perséfone?

- ¡Eso! - me señaló para sonreí agradecido - Nunca fui bueno para lo de los nombres griegos, apenas y recuerdo a Hades, Poseidón y Zeus.

Me volví a mi armario rebuscando en su interior para algo más que atrevido para ese lugar, había escuchado muchas veces de el ya que como estoy en una fraternidad con las niñas más riquillas, por asi decirlo, las cuales son muy abiertas acerca de ese sitio y sus muy extensos costos en lo que bebida se refiere, porque en lo referente a entrada allí si es jodido.

Allí no entras sin invitación, asi de sencillo, tu nombre está en la lista entras...sino, pues que tengas una jodida noche en el bar de la esquina.

Por eso escabando en mi armario saqué lo que fue mi primer regalo de parte de una de mis tías-primas que viven en New York, no era un vestido...era mas como un enterizo de manga larga, short incluido y con un escote en "V" que llega a la mitad de mi abdomen, es de una suave tela semi transparente en las mangas con la parte del frente y detrás de un color nude suave...todo este venía con delicados pero ostentosos detalles dorados que hacian ver al sencillo atuendo algo totalmente divino.

Por cierto es de la marca REVERSE, nunca he conocido esa marca ¿pero la ropa? Es muy hermosa.

Fui por una ducha de agua tibia, me depile en las zonas más importantes y deslize por mi piel una crema de fresas que me tenía loca, sin brazier y unas bragas de un suave tono que combina perfectamente con el autuendo me dirige a la habitación.

- ¡Peyton!

Había salido medio desnuda sino por completo, pero su gritó fue más por:

- ¿Todavía no estás lista? ¿qué carajos estuviste haciendo allí dentro? ¿te masturbabas acaso? ¡quedan quince minutos! ¡apu...con un demonio Peyton!

Miró hacia el zapato que le habia había lanzado para mirarme con los ojos entrecerrados.

- No te atrevas a abrir el pico, joder contigo cacaraqueas peor que un gallo a las cinco de la mañana.

Fui hacia mi armario pero en vez de tomar mi trajesito saqué mis tacones color nude poniendomelos y caminar hacia donde están mis cosas para el pelo y rostro.

Diez minutos después estaba más que lista, al parecer esas clases de maquillaje con mi madre sirvieron de mucho y doy gracias por ello, mi pelo está con una suaves ondas que caen sobre mis hombros y acarician mi rostro a esto también agradezco a mi madre, ella me enseñó todo lo que sé.

Quan está acostado en mi cama mirando su teléfono y después a mi, sabía que estaba haciendo, quería que me apresurara...pero no lo haría, aparte si le dieras media hora para arreglarse a cualquier otra mujer está no lo hubiera logrado ¿yo? Estoy a solo un paso de estar más que lista.

Deslizo mis piernas por el interior desplazandolo por mi cuerpo para luego introducir mis brazos en las mangas, fui frente a mi espejo acomodando una que otra cosilla ¿debería preocuparme por el escote de muerte? Nha, me veo sexy.

Quien dice que me encuentre con Ghian o Mase allí.

Muerdo mi labio recordando lo que paso después de que terminará de comer mi almuerzo, sus dedos habían seguido el camino de mis labios frotando mi clítoris queriendo enviarme al abismo, haciendo que suplicase por mi orgasmo...el había dicho que cuando tuviera mi primer orgasmo frente suyo sería con todo resuelto.

No lo había entendido en absoluto.

Pero lo que sí estaba claro era que Mase me había dejado en una cuerda floja donde el orgasmo tiraba de todos mi nervios y músculos que no sabía tenía, despedirnos habías sido dificil y más cuando se había asegurado de dejar su presencia impresa en cada una de mis células.

- Dust ya llegó, vámonos.

Estaba lista para brillar.

 

(....)

 

No había visto ni a Mase ni a Ghian en todas las horas que he estado al acecho por ellos, a quien si he notado es a cierto Weaver de tatuajes en la parte más privada que el mismo antro.

Le había preguntado su nombre a Quan y aparte de besuquearse hasta los dedos con Dust había logrado susurrarmelo en un jadeo entrecortado.

- Reid Weaver.

Al parecer el señor y la señora Weaver adoraban los nombres más raros pero exóticos y no podía estar más de acuerdo con ellos, les quedaban como un dildo a mi trasero.

Ajustado al principio, pero luego todo es un delicioso pecado.

Creo que los chupitos han hecho más en mi de lo previsto ¿pero si sólo he tomado...unos veinte de ellos? ¿o eran más? No recuerdo pero sé que no estoy tan borracha como pensaba que estaría, solo tengo la lengua algo suelta.

Cuando estoy por coger uno de mis...en realidad no tengo ni idea de por cual bebida voy y estoy algo preocupada por cuanto saldrá la factura de toda esta mierda, una mano me toma del codo y tira hacia unas escaleras, veo que es un hombre vestido por completo de negro de seguridad ¿habre hecho algo malo?

No lo creo.

- ¿Señor? ¿qué cree que...

Soy dejada frente a unos ojos negros cual carbón y unos brazos deliciosamente tatuados, Reid, el me mira desde su asiento mientras con una mano despacha al tipo de seguridad sin apartar sus ojos de mi.

Desliza sus ojos por todo mi rostro para luego ir por mis pechos, su ceño se frunce al ver lo que supongo es un gran escote y se frunce aún mas al ver mis piernas todas expuestas, no se como lo se pero este tipo, este desconocido...me desea y cree tener poder sobre mi.

Lo peor es que pienso lo mismo.

Que cuando su mano se levanta y con un dedo me dice que me acerque, lo hago sin una queja, me coloca entre sus abiertas piernas para darme otra repasada e inclinarse hacia mi, sorprendida veo que ahora estoy a horcadas suyo con su rostro enterrado en mis pechos y su nariz acariciando un duro pezón.

Y no exactamente sobre la tela.

Suelto un jadeo mientras observó lo que hace, acaricia la aureola alrededor de ese duró gijarro que ruega por piedad para levantar su mirada a mi y al notar que tiene mi total atención una sonrisa se desliza por sus labios para en un segundo abrirlos y chupar con fuerza mi pezón, gimo con lo que creo es un volumen demasiado alto...pero me olvido de todo mientras siento su boca mamar de mi, entierro mis dedos en su azabache cabello tirando cuando da juguetones mordiscos que tienen mis piernas temblando.

Su mano libre va a mi trasero dándole un apretujon considerable que me manda a un estado de semi-inconsciencia mientras dejo caer mi mejilla sobre su cabello siento como su mano en mis posaderas empieza a moverme.

Allí me doy cuando sobre que está mi muy sensible vulva, su polla parece estar más que dura mientras me desliza en toda su longitud aún atrapada por sus pantalones, no se lo que me pasa y menos lo se cuando suelta el ya duró brote y va al otro dándole la misma atención.

- ¡Reid! - gruño contra su cabello cuando mi vista se nubla y sé que estoy así de cerca, un milímetro de cerca, para correrme.

Y es allí cuando el también se detiene, lo miré con el ceño fruncido antes de refunfuñar por todo lo que me hacen pasar...hecho fuera el pensamiento coherente de que todo esto está mal para poder disfrutar a tope de todo.

- Supongo que tu también me dejaras en las puertas del Hades - murmure contra su oído, el se separa y acerca su boca a mi oído.

- Así es mi dulce algodón - mordi mis labios ante ese apodo, y también ante el olor amizclado a hombre, cuero y alcohol que penetra mi nariz ante su cercanía, gimo e intento besarlo pero echa su cabeza hacia atrás para mirarme torturado - Nena, aún no...aun falta algo.

Asiento aunque me siento algo cabreada por tener que esperar un beso por parte de ellos, tengo tantas ansias por un viaje de ida sin retorno y solo usarla en cada uno de sus labios.

- Por el momento, ve a tu fraternidad, duerme...descansa para nosotros - me dio una hambrienta mirada mientras me dejaba sobre mis pies frente suyo - Pronto no podrás ni dormir, te guiaran fuera a un vehículo ya encendido, entra y no te preocupes por tu amigo...Dust lo tiene más que ocupado.

Asenti agradecida por ello y aunque deseaba más que nada quedarme junto a él algo tiraba de mi hacia fuera, me despedí y el con un guiño se recosto contra el amoblado cojín a su espalda.

Sentí sus ojos en cada segundo que bajaba y salía del antro, afuera se escuchaba el grito de cientos de personas diciendo lo injusto que es este antro por solo permitir gente de dinero.

Voy directo a un Volkswagen estacionado frente a la puerta y mientras subo el bullicio aumenta, apenas estoy dentro el auto aceleró alejándonos de ello. 

- Disculpame por acelerar de sopetón, pero tenía que sacarte de allí dulce algodón.



A N T E R I O R             -              S I G U I E N T E



No hay comentarios:

Publicar un comentario