STEPS
CAPÍTULO CINCO
Peyton
Es el arabe ¿indu? ¿musulmán? No sabía exactamente de su origen pero de que era apuesto, lo era, más que apuesto me dio un dulce cosquilleo al ver aquella barba y pequeño bigote muy bien recortado que no tenía ese día en el salón.
Ese día se lo vía bien, mucho más joven ¿pero con la barba? El hombre se veía caliente como el infierno.
- ¿Eres hermano de Reid? - pregunté tontamente pues eso ya lo sabía, el no pareció molesto por la pregunta fue más bien lo contrario.
Sonrió.
- Reid, Mase y Ghian ¿ya estuviste con ellos, verdad? ¿te hicieron una pequeña visita? - no quitaba sus ojos de la carretera mientras hablaba y yo no los quitaba de el.
- Miércoles Ghian, Jueves Mase y hoy Reid y...bueno, tu - lo señalé a lo que el me dio un vistazo por completo donde vi aparecer un brillo de deliciosa fascinación hacia mí para apretar sus puños en el volante aumentando la velocidad como nunca la había sentido.
El se quedó en silencio luego de ello, no dijo nada y tampoco hacia falta el silencio en vez de ser incómodo era tan cómodo pero lleno de una picante tensión que parecía querer arrastrarme a el.
Demasiado tarde me di cuenta que no estábamos en camino a mi fraternidad, ni a la que creo es de ellos, en cambio íbamos hacia un portón que marcaba una residencia privada que luego de un largo camino una mansión al estilo 2018 se presentaba frente mío y en sus puertas de entrada estaban tres cuerpos que reconocí al instante.
- ¿Cómo...
- Apenas saliste vino rápidamente.
Tenía la intención de bajar pero su mano tiró de mi llevandome a su costado, el asiento era de banca y eso ayudaba en mucho, sus pulgares se deslizaron por mi piel dejando un camino de fuego sobre mi ya caliente piel.
Su tacto era dulce, suave y tan lleno de afecto como el de un amante a su querida mujer, abrí mis ojos sorprendida ante aquella imagen que duró segundos en mi cerebro, sus ojos estaban clavados en los míos mientras sus dedos seguían acariciando mis brazos ¿cómo tal caricia podía poderme tan excitada? No tenia sentido.
Pero lo estaba.
- No hay palabras para describir lo fascinado que me tienes, que nos tienes, y agradezco ser el último así puedo tomarlo para mi.
- ¿Qué co...
Antes de poder susurrar cualquier respuesta su cabeza descendió y sus labios cayeron sobre los míos, una suave presión después de pasar mi estupor cerré mis ojos abriendo mi boca lista para su invasión, una que me tuvo temblando en menos de un segundo...una lamida un mordisco juguetón y unos cuantos jadeos después estaba agarrada de su cabello mientras nuestros alientos salían entre jadeos y aún así no quise y al parecer él tampoco separar nuestras bocas.
Su mano en mi cintura se deslizó rodeandome con su brazo acercandome a su cuerpo, quise colocarme a horcadas suyo pero entonces un teléfono empezó a emitir un sonido.
- Dios, que impacientes - murmuró sobre mi boca mientras lamia mis labios, no podía separar mi mirada de el fascinada ante la vista de sus suaves labios rojos cual cereza - Dulzura debe...
Mordi su labio inferior no dejándolo hablar y quede encantada ante un gruñido que hizo vibrar su pecho.
- Tenemos que...
Acercandome aún mas afianse mi agarre en su cabello tirando su boca contra la mia, abriendo su boca contra la mia sentí su lengua deslizarse buscando la mia, su sabor estaba derritiendo mi boca y las pocas neuronas que me quedaban luego de Reid...pero no iba a detenerme, no cuando ser besada nunca se sintió tan correcto ni tan adictivo.
- Sabes a canela y miel - susurre sobre su boca al dejarlo tomar aliento, sus ojos brillosos me veían con adoración, uno de sus pulgares llegó a mis labios acariciando mi boca de extremo a extremo.
- Rollos de canela con miel ¿te gustan?
- Nunca los he probado pero tu boca sabe deliciosa - su agarre en mi cintura se fortaleció y justo cuando sentí que iba a besarme de nuevo su teléfono volvió a sonar.
Soltó un bufido.
- Nos esperan, vamos - sin darme tiempo a atacarlo de nuevo salió del auto y fui hacia el tomando su mano entrelazando nuestros dedos, no dejó de caminar pero note su sonrisa y su apretón en nuestras manos - Me llamo Terrell Weaver dulce algodón, disculpa que recién me presente.
Negué.
- No tienes por que - volví mi mirada al frente - Reid nunca se presentó.
- ¿Qué? ¿entonces cómo supiste su nombre?
- Quan, mi mejor amigo, me lo dijo - al parecer el saber que su hermano nunca se presentó ante mí lo desconcertó.
Cuando llegamos frente a ellos y sus ojos cayeron en mi tuve que morder mis labios algo impactada por sus intensas miradas...inclusive Reid el cual no hace mucho tuvo una que otra probadita de mi cuerpo.
- ¿La besaste? - preguntó Mase mirando mis labios y a mi parecer lucia satisfecho.
- Fui el último - respondió sin importancia para mirarme, y aunque seguía algo confundida por aquella respuesta decidí ponerme firme.
Aprehensiva, pero sabiendo que era necesario tiré de mi mano soltandome de su agarre haciendo que me mirase con la confusión opacando sus hermosos ojos como también a los demás.
- Tengo preguntas acerca de todo lo que está pasando entre...todos nosotros, estoy confundida y aunque quisiera dejar todo fluir no puedo dejar que pase eso...estoy sintiendo cosas por ustedes y no hablo de lujuria.
Los cuatro se miraron entre si al parecer teniendo una secreta conversación de hermanos, no me gustó sentirme desplazada, pero cuando sus ojos volvieron a mí supe que habían tomado una decisión.
- Entremos, está haciendo algo de frio aquí afuera.
Parpadeo algo deshubicada recién dándome cuenta del frio que cuela en mis piernas y escote, ninguno entra pero soy suavemente empujada por Terrell a que ingrese a su casa.
El repiqueteo de mis tacones es el único sonido en la habitación y eso empieza a ponerme incómoda, además los cuatro están detrás mío y sabía muy bien que estaban haciendo.
- ¿Alguno de ustedes puede dejar de mirar mi culo y decirme a donde vamos? - les pregunté sin detenerme ni girar a mirarlos, me gustaba tener sus ojos fijos en mi.
Una mano se entrelazo con mis dedos deteniendo mi andar miré a Ghian quien lucia una hermosa sonrisa de dientes perfectamente blancos, que envidia, tuve ganas deseos y unas locas ideas de como cuando y donde quería besarlo.
Profundo, ahora y aquí.
El debió captar mi leve deslizamiento de ideas pues su cuerpo quedó pegado contra el mío, sus manos fueron a mi cintura y tuve que luchar contra mis ganas de rodear su cuello con mis brazos y tirar a morder su boca.
Quería morderlo.
- ¿Qué tal un beso mío dulce algodón?
- ¿Estás preguntando si puedes besarme? - no estaba sorprendida quizás algo decepcionada, deseo que el tome tanto de mi y que me deje hacer lo mismo con el - ¿En serio?
- ¿Pregunta tonta, no?
Trate de no sonreír pero lo hice ganandome un gruñido que mandó a su boca a estrellarse contra la mia, no fue suave ni tierno, no como Terrell pero eso lo hizo mucho mejor porque la pasión desbordaba de su boca devorando mis labios entre cada mordida, gustosa respondí devolviendole sus mordidad que tuvo a sus curiosas manos vagando por mi cuerpo para aterrizar en mi trasero en un duro azote que me hizo gemir.
Pero muy rápido sus manos se fueron y fue cuando sentí otro cuerpo presionandose contra mi espalda, un cálido aroma con toques frutales, Mase, sentí sus suaves labios en mi cuello y echando mi cabeza hacia un lado lo dejé seguir acariciandome, mis manos fueron a la camiseta de Guian y chille sorprendida y asustada cuando chupo mi lengua ¡nadie nunca me había echo eso! No sabía que hacer por lo tanto cuando mi lengua fue liberada me incline hacia el mordiendo su cuello.
- ¡Demonios! - se tiró hacia atrás para llevando una mano a su hombro mirarme sorprendido y con malicia, sabía que vendría por venganza.
- Muy mal dulce algodón, no cabrees al Dom - murmuró Mase en mi cuello rodeando mi cintura con sus brazos mientras Reid estaba riendo a carcajadas.
¡Ghian era un Dominante!
- Voy a azotar tu culo, se verá de un hermoso rosa luego de varias nalgadas - ni por asomo crei que decía eso para asustarme, estos temas no eran nada para mi pero aún así tuvo un efecto que me tuvo mirándolo con súplica, el se acercó a mi deslizando un dedo en mi escote para agarrar con algo de fuerza mi barbilla - ¿Quieres eso verdad? Quieres mi mano azotando tu dulce culo, dime que tu coño no está todo húmedo y dolorido al pensar en mi mano en tu culo.
Asenti sabiendo que la verdad me traería más placer ¿qué ganaba al negarlo? Nada, y aunque Ghian solo me dio un suave beso en los labios este me supo a deseo y una furiosa pasión contenida.
No podia esperar a que toda ella explotara.
- Vamos a la sala, nuestra dulce chica no soporta esos tacones.
Abri mis ojos sorprendida ¿cómo se dio cuenta? Había estado apenas tres o cuatro horas en ellos y ya estaban matandome, no era alguien de tacones y aunque muchas dirían que eso no es de chicas a mi me tiene sin cuidado.
Sentí que era colocada en algo suave para parpadear y mirar hacia Mase quien suavemente me dejaba alli para deslizarse a un costado mío mientras veia a Reid ponerse a cunclilla frente mío y empezar a quitar los broches que unían las correas de mis tacones, sobresaltada me senté recta.
- Yo puedo hacerlo - murmure alterada ante lo que estaba haciendo ¿me estaba tratando como una niña? ¡a que si!
- Déjame a mi dulce algodón - dijo sin inmutarse mientras quitaba uno de los tacones de mi pie y continuaba con el otro.
- No, Reid no tienes que...
- Tengo que.
Lo miré confundida.
- ¿Tienes que? ¿por que? No encuentro la lógica para que me quites los tacones cuando yo pue...
Sentí su boca contra la mia callando mis balbuceos, mis ojos se abrieron cual platos mirándolo sorprendida el tenía sus ojos cerrados mientras tomaba mi cintura entre sus manos para levantarme y sentándose el me puso en su regazo.
Su aroma a cuero me envolvió dejando mi boca deslizarse por la suya probé su sabor, deguste su salvaje posesión que quemó en mi interior mientras me removia excitada sobre su regazo.
¿Empezando a sentir cosas? ¡Qué terrible error! Ya sentia algo y aunque era muy pronto para decirlo ellos tenían mi corazón.
Lo tenían.
Dejándome respirar lo miré notando su apasionada mirada clavada en mi como cierta parte de su anatomia, cual chiquilla curiosa me removi sorprendida ante el placer que aquel siempre roce tuvo en mi.
Su gruñido fue suficiente aviso para detenerme pero no lo hice y seguí jugando con su libido.
- Nena, joder - soltó un bufido mientras una de sus manos quería ir hacia mi pero se retractó, hice un puchero haciéndolo sonreír - Vas a matarme.
Desvío su mirada a Mase.
- Hermano ¿no quieres besarla?
- ¡Al fin! - chillando al ver que tiraba de mi cuerpo fui a caer en su regazo, lo miré cabreada a lo que el tiró de mi nuca presionando su boca contra la mia.
Esta vez fue mi turno para deborarlo, me debía una grande por dejarme con las ganas de un orgasmo ¡en pleno restaurante! Abrí mis piernas al colocarme a horcadas suyo dejando caer mis manos en su cabello tiré de este hacia atrás colocando su cabeza en una perfecta posición mientras me lo comía a besos, sus manos en seguida estuvieron en mi trasero amasandolos cual carne...mordi su labio arrancandole un gruñido mientras su pícara mirada pasaba a depredador.
¡Todo mío!
Pero, me solté y caminé hacia Ghian quien abriendo sus brazos me recibió encantado y aunque una sonrisa tiraba de sus labios sabía que no se reía de mi, sino de Mase, quien me miraba en shock con los labios hinchados por nuestros besos y mordidas...con el pelo desaliñado y un cabreado bulto que sobresalia en su regazo.
Y se lo veía tan caliente ¡el muy maldito!
- Reid...Mase, tíos, compórtense...no sean un culo ahora con nuestra chica presente.
- No lo estamos siendo - Mase resoplo mientras con una mano arreglaba su pelo y me daba una suculenta sonrisa - Me lo pagarás tesoro, ahora ¿a dónde demonios se fue Terrell?
Ni siquiera había notado que el no estaba y me sentí mal por ello ¿cómo puedo ser su chica si no me fijo en algo tan simple como su presencia?
- Aquí estoy - entrando vi que tenía el teléfono en su oreja - Si papá, tranquilo estamos todos en casa.
Me tensé de pies a cabeza y supe que Ghian lo supo cuando empezó a acariciar mis muslos tratando de distraerme, pero seguía tensa ¿su padre sabrá que estoy aquí? ¿sabrá quien soy? ¿están viniendo...bueno esta es su casa.
- ¿Tus padres está viniendo? - le pregunté a lo que el negó, confundida mi ceño se frunció - ¿Acaso tus padres no duermen en su casa? ¿o están de viaje?
Pareció divertido ante mis palabras.
- Cariño, esta es nuestra casa - no dejó de mirarme - Nuestros padres nos la compraron cuando quisimos venir a estudiar aquí, ellos viven en Oahu.
Decir que estaba sorprendida era poco ¿toda esta casota era suya? ¿solo suya? ¿y sus padres vivían en Oahu? Me sentí algo, muy, abrumada por los datos recolectados...¿cómo podrían quererme cuando tengo tan po...¡no! Nada de menospreciarse ¡por todos los cielos! Que no sea una ricachona no quiere decir que valga menos y que pueda dar menos.
Inclusive, podría dar más de lo que esperan pero tenía una pregunta que colgaba de mi lengua, una que debía tener una respuesta que hiciera mi mundo girar, una que sé es la primera de muchas.
- ¿Por qué me eligieron?
Es hora de ponerse serios.
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