C A P I T U L O 7

STEPS

CAPÍTULO SIETE


Peyton


Estaba sin aliento mientras me guiaban dentro de su enorme casa, no sabía si era porque sabía lo que estaba por pasar o era porque desde que estuve en el auto con Mase este no dejó de toquetear mi clítoris.

No sabía cómo dejaba que hiciera eso, pero mientras el conducía con una mano y otra metida entre mis muslos acariciandome llevandome al borde en cada íntima caricia, me había dado cuenta de que su auto era automático por tal motivo no necesitaba su otra mano...habia estado jadeando y suplicando porque me dejará correr pero justo en la cima su caricia se detenía y cuando veía que el aliento circulaba mejor en mi...el muy malvado seguía y me tenía toda húmeda y necesitada.

Apenas llegamos había corrido fuera del auto, solo para ser agarrada por Ghian quien levantandome hizo que rodeara su cintura con mis piernas y su cuello con mis brazos mientras su boca tomaba el aliento que me quedaba.

Asi entramos a la casa, sentí que subimos las escaleras y abriendo por un segundo mis ojos vi que entrabamos a un cuarto, separe mi boca de la suya haciéndolo gruñir.

Pero me soltó en la muy suave cama en su interior, mi corazón dio un brinco ante ello...aprete mis muslos sin saber que hacer mientras sorprendida veía como los cuatro empezaban a quitarse sus camisetas y jean junto con los zapatos y medias quedando en unos boxer sumamente ajustados.

Y no hablemos de lo que tienen allí escondido, porque a mi parecer ellos no estaban haciendo su trabajo.

— Lindos.

Reid cruzando sus brazos me miró con el ceño fruncido, ver sus musculos contraerse con tan poca acción hiso mi necesidad por ellos aumentar.

— Los hombres no somos lindo — incluso parecía refunfuñar ante tal palabra, incline mi cabeza hacia un lado para echar mis brazos hacia atrás para tener una mejor vista de ellos.

— Si, creo que lindos tampoco me gusta — se apuntó Mase mientras con su mano acariciaba su bulto, ver eso mandó un estremecimiento por todo mi cuerpo.

Se me cortó el aliento mientras veia a Ghian acercarse a mi, poniéndose a cunclilla frente mío sus manos recorrieron de mis tobillos a mis muslos para abrir mis piernas de par en par ¿saben que tengo puesta una falda? Eso hizo que tuviera una vista completa de mi bragas blancas con lazitos en su costado.

— ¿Blancas? — preguntó para hacer un sonido suave al inclinarse contra ellas — Hermanos, nuestra chica está toda humeda y huele muy bien.

Sus ojos me miraron.

— Quitatela.

Temblando ante la clara orden en su voz cojo de los bordes y tire hacia abajo deslizándolas por mis piernas, donde las manos de Ghian la recogieron y tiraron hacia atrás.

Vi como caían frente a Terrell quien inclinandose las cojio acercandola su nariz, un gritito de sorpresa dejo mis labios y cuando me miró pude ver el deseo en ella.

— Ghian, date prisa.

Fue un murmuro en colectivo y me hubiera reído si no hubiera visto como la cabellera naranja de Ghian se inclinaba...senti sus dedos tocar mi clítoris deslizarlo hasta mi entrada donde rodeandola introdujo su dedo hasta el fondo.

— ¡Joder! Estas tan apretada — gruño sin detener su dedo mientras yo jadeaba por la intromisión, de pronto sentí a alguien detrás mío quien me quito mi camiseta dejandome en un brazier que rápidamente fue despachado.

No sabía cuándo había cerrado mis ojos pero supongo que fue cuando la lengua de Ghion empezó su descenso dando lametazos y mordidas en mi clítoris, mirando hacia adelante solo vi a Terrell quien buscaba algo en unos cajones ¿donde estaba Reid y...

Unas manos tomaron mis pechos y con sus dedos apretaron mis ya duros pezones solté un gemido moviéndome inquieta sin saber cómo aplacar este intenso placer, sentía que algo crecía dentro mío...algo delicioso.

— Nena, lo estás haciendo genial — mordió mis labios girando mi cabeza para mirar a Reid quien tenía mis pechos — No sabes cuanto he deseado ver tus tetas, son más de lo que esperaba.

Gimiendo me incline contra el suplicando por tener sus labios sobre los míos, el sonrió mientras deslizaba su lengua sobre mi labio...mi boca cayó abierta cuando la lengua de Ghian se deslizó en mi interior, no pude ni gemir cuando Reid decidió tomar mi boca tratándose mis jadeos, una mano no si si es Ghian se posicionó en mi cintura para hacer una camino a mi pecho soltandolo del agarre de las manos de Reid...otra mano se unio a la otra despojandola de su lugar.

Separándome de los labios de Reid mire hacia abajo encontrando una melena rubia y otra castaña, ambos me miraron para uno guiñarne el ojo y otro darme una dulce pero picsea sonrisa, vi mientras mis pezones se perdían en la calidez de sus bocas.

— ¡Por favor! — tiré mi cabeza hacia atrás al mismo tiempo que saltaba cuando sentí los dientes de Ghian morder los labios de mi coño, chupar y pasar su lengua de arriba abajo.

Cada parte de mi cuerpo, cada pequeño lugar de mi cuerpo estaba en completo estado...un estado de pasión al cual sola nunca hubiera llegado, sentí la boca de Reid sobre mis labios ¿cómo sabía que era el? Su sabor...el sabía a menta y algo acido como el limón, cada uno con su propio sabor.

— ¿Qué deseas dulzura? — un susurró contra uno de mis pechos, Terrell con sus labios chupo mi pezón para soltarlo.

— ¿Quieres correrte tesoro? — Mase nunca dejó mi pezón, hablo aún con el en su boca mamando con frenesí y era una deliciosa tortura...mi pasión cargándose elevándose ante sus caricias, la lengua de Ghian era implacable contra mi sensible brote y sabía que estaba por correrme.

La pregunta era ¿me dejarían?

— ¿Quieres correrte? — susurró Reid contra mis labios deslizandolos a mi cuello.

Era demasiado, mi cuerpo vibraba ante el intenso deseo mis ojos se cerraron con aun mayor fuerza mientras mis piernas temblaban intentando cerrarse para aplacar el dolor en mi centro pero fallando estrepidamente ante las fuertes manos de Ghian sobre ellas.

— ¡¿Quieres correrte?! — gruño contra mi coño Ghian enviando un duro estremecimiento a mi cuerpo.

No puedo aguan...

— ¡Si!

— ¡Correte! ¡correte para nosotros! — sus dedos se enterraron en mi interior, mientras yo explotaba en un millón de estrellas.

Mi espalda arqueandose mis ojos en blanco mi boca abierta ante mis sonoros gritos, sus bocas nunca se detuvieron ¿no me darían tregua? Aún asi no la quería y seguí disfrutando del intenso placer mientras este salía de mi.

Caí contra un fuerte pecho jadeando, tratando de recuperar el aliento mientras entre bocanadas podía oler algo ¿será el olor de mi placer?

— Perfecta — besos pasaron de mi coño a mi abdomen, deteniendose en cada pezón dandoles una de otra mordida para pasar a mi cuello llegando a mis labios, abrí mis ojos tomándome con los de Ghian quien me miraba con adoración y lujuria — Eso fue hermoso, tu corriendote contra mi lengua y tu sabor serán mi cosa favorita de ahora en adelante.

Lánguida como me sentí me esforce en levantar mis piernas rodeando su cadera queriendolo cerca mío, mucho más, sus ojos verdes cual bosque de se cerraron cuando su polla dura cual hierro chocó contra mi húmeda cavidad, lo deseaba, el lo sabía.

— Cariño...

— Por favor — susurre cortando sus palabras, me mandó una mirada llena de tortura — Por favor, se mi primero...hazme el amor.

Su aliento se cortó mientras me miraba con sorpresa, pude escuchar los jadeos ahogados de los demás mucho más el de Reid quien seguía detrás mío, aguantando mi peso y no estoy más que a gusto con su enorme cuerpo contra el mío.

— ¿Tú primero? — sus palabras salieron entrecortada, Reid susurra en mi oido — Nena ¿eres virgen?

Asenti sin apartar mis ojos de Ghian quien tomó un largo suspiro para dejarme notar como sus pupilas se ampliaban y su pelvis se inclinaba hacia mi deslizando su longitud por mi abertura cubriendolo con mis jugos, mordió mis labios gimiendo ante el delicioso movimiento.

— Mi placer — susurró inclinandose hacia mi dejando sus labios a un dedo de distancia de los míos — Mi mayor placer, ser tu primero.

Vi su mano ir hacia su miembro para tomarlo entre sus dedos darse una leve caricia cuando levantó su mirada hacia su derecha donde Terrell se encontraba, el asintió y fue hacia la mesa a un costado de la cama.

El sonido fue más que suficiente.

Vi como le pasaron un condón dorado y el de inmediato se lo puso, lami mis labios con un nuevo deseo creciendo en mi interior el ver su miembro grueso rojo con las venas pulsando a sus costados y la punta roma de un suave morado con la punta blanquecina ante una gota de su placer hicieron de mi rugir ante la imagen de tomarlo en mi boca.

El debió verlo en mis ojos pues negó y con un nuevo paquetito cubrió este con su incoloro contenido, una caricia y luego estaba en las puertas de mi vulva, mis manos se deslizaron en los brazos de Reid apretando sus músculos...estaba nerviosa, tensa pero tan deseosa.

Deseando ser suya, de ellos.

La cabeza de su miembro desapareciendo en mi interior, respire hondo ante aquello sorprendida por un cosquilleo electrizante.

— Relájate — susurró la voz de Mase en mi oído.

— Respira hondo — susurró ahora la voz de Terrell.

— Déjalo hacerte nuestra — la voz de Reid Reid en mi oído, no los mire pues intentaba con fuerza seguir sus peticiones no sabía si lo había logrado pero más de Ghian se guió en mi interior.

La mitad y estaba sin aliento.

Entonces se chocó contra mi virginidad, sus ojos volvieron a los míos y no se me pasó por alto su jadeante respiración mientras su boca tomaba bocazas de aire que entraban por su rosas labios...el sudor hacia brillar su cuerpo haciéndolo ver más grande, más peligroso, mas deliciosamente lucir como el pecado.

Un pecado que atravesó mi virginidad de una embestida que lo hizo chocar contra mi cuello uterino, chille adolorida mientras los cuatro, mis hombres, se inclinaron sobre mi susurrandome dulces palabras de que el dolor pasaría y pronto todo sería placer. Sabía eso pero que ellos me tranquilizaran solo hizo a mi corazón quererlos aún más.

— Está llorando quizás deberia...

— ¡No! — me abrace contra su cuerpo jadeando sintiéndolo ir aún mas dentro de mi, su cuerpo se tenzo — Por favor, por favor no te detengas, no ahora.

Sus ojos estaban nublados por la duda pero al parecer mis palabras despejaron tal cosa para mirarme con un objetivo.

Mientras me miraba sus caderas iniciaron un retroceso, uno lento que me hizo hundir mis uñas en su piel, soltó un jadeo pareciendo un toro frustrado por tener que ir lento...pero luego se hundió en mi y gemi algo adolorida pero hubo un pinchazo que encendió una llama en mi interior, retrocedió y volvió a hundirse...sus ojos descendieron y yo seguí su mirada.

Viendo como se introducía en mi saliendo bañado con mis jugos, odie por un segundo tener que usar un condón y supe que el también lo odia...todos, pero seguío moviendo su pelvis en contra mia, y no necesite suplicarle para que me diera más duro pues cuando su nariz de amplio y me miró supe que había terminado con lo suave.

Se estrelló con una fuerza implacable y para mi disfrute no se detuvo, era una danza que me tenía sobrecogida, y podía escuchar debajo de mis muy audibles gemido sus gruñidos de placer que envolvieron mi corazón ¡estaba disfrutando! No era una fantasía no era una mentira, esto estaba pasando y deseo que nunca se detenga.

— Mierda — supe por su gruñido furioso que estaba por correrse y aunque no quería que esto terminase me sentía en el borde.

Me corrí en una explosión que me desconecto del mundo pero pude escucharlo gritar su liberación mientras se detenía y se empujaba fuera de mi, el peso en mi espalda desapareció siendo ocupado por otro...un olor a bosques, café y jazmín.

Terrell.

Ante de que siquiera mis ojos se abrieran sentí como alguien se abría paso en mi interior, miré y le sonreí a Reid quien parecía quedarse sin aliento mientras poco a poco se introducia en mi.

La noche fue larga, la espera por tenerlos a cada uno de ellos era estresante pero cuando mis piernas rodearon sus caderas y los tomaba en mi interior sabía que el precio era el mínimo, estaban molestos por tener que usar condones pero dieron la solución al instante...una inyección de un mes, sólo debíamos esperar el alba para solucionar ese problema que nos tenía a todos irritados.

— Ahora, eres nuestra — acurrucada entre las sábanas rodeada por mis hombres apoyé mi cabeza contra el pecho de Mase, el último que me hizo el amor.

Me habían llevado a una gran tina, limpiado mi piel minuciosamente, lavado mi cabello, amado en cada segundo para llevarme a nuestra cama, una cama que había echo sentir celoso a cualquiera, una cama King de una anchura sorprendente y supe al momento el porque de su gran tamaño.

Para cinco personas.

— Y ustedes míos. 

Para siempre.


A N T E R I O R          -           S I G U I E N T E


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