SO NAUGHTY
CAPÍTULO SIETE
Soltando un suspiro Zeb frotó su rostro, eran apenas las diez de la mañana las sábanas seguían alrededor de su cadera y la mullida almohada se encontraba en su espalda y aún así su mente y cuerpo no podían dejar de lado la tensión que era más que obvia entre su hermana y el.
La cosa había comenzado hace más de cuatro días.
Cuatro días sin sexo.
Y podría decirse que era algo estúpido dejar de hacerlo cuando el problema de todo ello era que Zoy aún no quedaba embarazada ¿cómo quería quedar en estado cuando no dejaba llenarla con su simiente? ¿Cuándo no lo dejaba acercarse?
Trataba de entenderla, lo trataba con mucha paciencia pero esto estaba saliendo de lo absurdo a lo ridículo, no pueden decir que no lo ha intentado.
¡Lo ha hecho!
Y en cada jodido intento las cosas parecían caer aún más rápido, tensión inesperadamente hostigosa que no sabía cómo solucionar, pero ella era la terca, la que no lo dejaba hablar, ni ayudar ¡ni nada! Pero el aun no había soltado la toalla, estaría a su alrededor cual molesta mosca intentando hacerla entrar en razón, ya había intentado presionarla, seducirla, suplicarle pero ella no parecía querer eso...
Hum...
Hay una cosa que no ha intentado y sabía como ponía los tiernos pelitos a su hermana que no le presten demasiada atención a sus palabras, era una cosita mimada, preciosa pero sobre todo malcriada y sabia como tratar con ello.
Levantándose se quitó el pantalón de dormir que lo había obligado usar pues al parecer ahora le tenía aversión a su polla cuando hace poco no podía dejar de brincar cual chiquilla fogosa sobre el, como odiaba ese pantalón, el dormía mejor desnudo y con ella a la par sobre su duro pecho, como si eso pudiera pasar con ella toda irritada, Zoy estaba en el baño tomando una deliciosa ducha de agua caliente con las gotitas deslizándose por sobre todo su hermoso cuerpo, ahora, solo debía entrar y dar su mayor esfuerzo por no suplicarle que lo deje entrar.
— Yo puedo con esto, joder que si.
Abrió la puerta y fue directamente al sanitario, relajando su vejiga, aunque la verdad no tenía muchas ganas.
— ¿Zeb?
El hizo un sonido con su boca para decirle que la había escuchado.
— ¿Qué haces? Sal del baño ¿acaso no ves que estoy tomando una...
— Tranquilízate, ya me voy.
Ella se quedo en silencio con la regadera aún encendida, podía vislumbrar a través del vidrio su dulce cuerpo húmedo y perfecto, tragó saliva para bajar la manija e ir hacia el lavamanos sacando su cepillo de dientes le puso un chorro de pasta para así empezar a cepillar sus dientes, así se pondría mejor la cosa si ella se ponía a conversar con el.
— ¿A donde vas?
— A trabajar.
— Pero hoy no tienes...
Escupiendo la espuma de su boca paso el cepillo por su lengua antes de enjuagarlo, dejarlo en su lugar e ir por el enjuague bucal.
— Cariño, según recuerdo es mi bar y puedo ir cuando quiera, no tienes que acompañarme no voy a hacer papeleo.
Espero a que tuviera el anzuelo frente suyo y por supuesto a que lo agarre con confusa curiosidad.
— ¿Entonces, qué vas a hacer? Había mucho papeleo sin archivar que dejé ayer en la tarde sobre tu escritorio puedo acompañarte para así terminar con ello y...
— No.
— ¿No?
Sonriendo escupió el enjuague bucal para mojar su rostro quitando las lagañas y caminar hacia la puerta.
— Hoy voy a estar verificando el ala que te desagrada, por lo tanto quédate en casa, disfruta tu tiempo quizás debas pedir algo de comida, no pidas para mi ya que vendré tarde, muy muy tarde...veré algunas escenas y quien dice...quizás me sobrealimente aun más de las cosas que las sumisas quieran, aunque si hago eso deberé tener una charla privada con ellas y por supuesto con los sumisos, será...
— ¿Qué tipo de información? ¿te los vas a follar?
Zeb anonadado frunció su ceño ¿de dónde salió tremendo disparate?
— No haré eso ¿por qué siquiera habría de hacer ello? No quiero a sus Dom's molestos conmigo por tocar a sus mascotas, sólo busco complacer sus exigencias.
— Esto es increíble — la puerta de cristal se deslizó mientras Zoy salía de allí dentro desnuda y húmeda, el miembro apenas duro de Zeb empezó a tomar conciencia de que su hembra estaba frente suyo en una muestra de sus suaves curvas — Cuatro días sin sexo y ya te vas a revolcar con cualquiera ¡ah y no con cualquiera sino con ese tipo de mierdas!
La gatita empezaba a mostrar sus arras.
— Qué me tengas sin sexo no significa que vaya por allí jodiendo cualquier vagina.
— ¡Pero claro que no! Siempre has sido un santo pero estoy segura de que cuando estuviste con esa putita te jodidas a otras por...
— Piensa lo que quieras, joder que bien me tienes representado en esa línea cabecita tuya — saliendo del baño espero a que ella lo siguiera.
Algo que hizo.
— ¿Cómo quieres que te vea? ¡me has estado follando con un lamentable intento de dejarme embarazada! ¡somos hermanos mellizos y eso no te detuvo para joderme!
Sus palabras dolían, pues el lo estaba intentando arduamente para darles un niño...pero no era su culpa aún no embarazarla, el estaba haciendo su parte sólo que al parecer aún no era tiempo para que un bebé se sume a sus vidas.
Y eso dolía aún más.
— Soy dueño de ese bar y de un club privado de BDSM hace más años de los que tu sabes, para tener complacidos a mis clientes debo investigar no joderlos ¿entiendes?
Sacando un jean de su cajón en la cómoda lo dejo caer en la cama antes de buscar un bóxer y dejarlo sobre la misma, no iba a irse a ninguna parte pero debía montar su show a la perfección y para mayor suerte suya Zoy estaba tan desnuda y húmeda como la quería.
— ¿Por qué no lo logramos?
Girando la miró para que su corazón doliese al ver las húmedas lágrimas empañar las mejillas de su hermana, acercándose rodeo su cintura con uno de sus brazos para con su otro brazo limpiar con sus dedos sus lágrimas.
— ¿Por qué no estoy ya embarazada Zeb?
Zeb hizo una mueca.
— No lo se, y lamentó darte esa mierda de respuesta pero aquí hay algo que no tiene explicación y quizás sólo quizás la respuesta es: ¿por qué tanta prisa?
— Ya quiero ser mamá.
— Y yo papá, pero no debemos molestarnos por no tener resultados inmediatos, el o ella se están haciendo esperar pero llegarán...solo si dejas de ser tan terca y dejarme hacerte el amor día y noche ¿cómo piensa quedar embarazada señorita si no deja que su hombre inunde su dulce coño con su semen?
La mano de ella se deslizó por su hombro para rodear su nuca, un tierno sonrojo cubrió sus mejillas.
— ¿Por gracia y bendición de Dios?
Zeb soltó un bufido.
— Sobre mi cadáver, el único padre de tus hijos seré yo.
De un tirón soltó la toalla de aquel inútil agarre para ver como caía al suelo dejándola desnuda entre sus brazos, un gruñido brotó de sus labios al notar sus suaves pezones ahora endurecidos rozando sus pectorales.
— Me vas a pagar por estos días sin sexo cariño, con creces.
Regla#7:
Saber escuchar y ver las señales de
cuando su mujer está sufriendo.
— ¿No podemos prime...
— No.
— Pero quiero...
— No.
— Joder contigo Ze...
— Si, joder ahora luego lo que mi mujer quiera.
— Bruto.
A N T E R I O R - S I G U I E N T E
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