NUESTRO DESTINO
CAPÍTULO NUEVE
Kyra
10 de Julio, 2017
Correr.
Ese
era mi nueva meta del día, ah pero no era correr para ejercitarme pues al ser
una mujer-loba contaba con que cada vez que mi loba saliera eliminaba una
cantidad exorbitante de grasa, tampoco corría por diversión ya que aunque amaba
con locura los bosques pues llamaban a mi parte salvaje a relucir ese no era el
tema de hoy, tampoco corría por hobbie ya que no me está preparando para una
maratón.
—
¡KYRA!
¡Yo
corria por mi puta vida!
La
tierra bajo mis zapatos y el aire moviendo mi pelo era algo genial, genial
cuando no corrias lejos de tu muy celoso padre-mate, apenas había alcanzado a
ponerme mi short jean, mi camiseta negra, mis medias y mis converse cuando su
delicioso aroma impregnaba con fuerza mi nariz.
Tuve
que correr por mi vida mientras me ponía mi gorrito, adentrandome en el bosque
esperando huir de él pero sabía que era algo imposible.
—
¡Maldita sea Kyra! ¡detente en este jodido momento!
Ni
que estuviera loca.
Con
ese tonito de voz ni una paella, ni un taco, ni chocolate me podría ofrecer y
hacer que mis piesitos detuvieran su andar, bueno, puedo asegurar que tiene una
voz ronca digna de desmayos pero no era el momento para desmayarse.
Mire
de lado a lado mientras corria buscando un medio para escapar, pero la nada me
sonreia con obvia hipocresía mandandome a morir solita ¡puto bosque! No podía
subirme a un árbol el sabía mejor que nadie escalar ¿nadar? No escucho el
riachuelo cerca.
¿Quizás
pueda ablandarlo si le hablo?
—
¡¿Papá?! — exclame sin dejar de correr.
—
¿¡Qué!? — gritó aún con ese tonito.
—
¡¿Sigues molesto?!
¿La
pregunta era idiota?
—
¡Cabreado hasta la médula!
Ya
lo creo que si.
Así
que mi única opción era seguir corriendo esperando que no me cogiera...aunque
si lo hiciera ¿me haría algo ma.....¡ALCE!
Lo
evite y choque contra un árbol, al chocar me detuve y al detenerme lo tuve
cerca ¡como muy jodidamente cerca! Su rostro está rojo, sus ojos brillaban y
apostaba todo mi sueldo a que Brad no me apoyaría si le pidiera que lo
detuviera.
Estaba
jodida.
Y
no de la buena manera.
—
¡Con un demonio quédate quieta!
Me
escabulli.
Tire
hacia un lado rodando por el suelo y luego tome carrera lejos de el, un gruñido
terrorífico atravesó el bosque ¿estaba haciendo una pataleta? Venga, que no
tiene cuatro.
Y
vi mi salvación, o eso quiero pensar, el muro que rodea todo el valle de pico a
rabo estaba allí, podía escalarlo....como él tambien.
Ahora
sólo debo tomar velocidad.
—
¡No te atrevas!
No
lo escuché que para cuando estuve cerca use mi fuerza y salte contra el muro
enterrando mis garras contra el cimiento escalando con mi propia fuerza y
velocidad, no lo escuchaba venir detrás mio por lo tanto estaba a salvo.
Cuando
llegue a la cima mire hacia abajo y al verlo cual hormiguita reí, eso no
pareció divertirlo, dejé un pie guindado mientras el otro lo subi al borde
impulsandome y parandome.
¡La
vista era esplendorosa!
—
¡Kyra! ¡baja de in....
—
¡Si no fueran un aburrido podríamos disfrutar de esto! — grité hacia el
interrumpiendolo, sabía que no tenía que gritar para que me escuchase pero no
me importaba, me miró con el ceño fruncido supongo que confundido, dejé mis
hombros caer rendida — No nos vemos hace más de cuatro años, esperaba algo como
una gran felicidad de parte de mi familia por haber regresado.
—
Sabes que te ama....
—
Pero nada fue como lo predije ¿Por qué tu? ¿Por qué de todo el maldito mundo
deberías ser tú? Esperaba que al hallar a mi mate todo iría de viento en popa —
solté una risa sin humor para de un salto caer sobre mis piernas y rodillas en
el suelo, me levanté y lo mire — Mi más grande deseo era encontrar a quien me
amase con pasión, con locura, no me importaba si fuera humano, vampiro, brujo o
hechicero...yo sólo quería ser amada.
—
Se que no soy lo que esperabas, Kyra yo siquiera te esperaba, se supone...se
suponía que tu madre era mi más grande premio, tampoco lo entiendo y me mato la
cabeza buscando una respuesta para tener dos mates vivas.
Me
crucé de brazos para mirar al suelo.
—
¿Sabes que no me dare por vencida, verdad?
El
soltó un pesaroso suspiro para con su mano frotar su rostro y parte de su
cuello.
—
Kyra por favor, entiende, eres mi hija sangre de mi sangre....te he cuidado
dese que naciste, vi tus primeros pasos, tu primera risa, tu primera palabra
¡te crie! No podría aunque pudiera, se ve incorrecto, se siente...bien,
pero......
—
Pero nada ¿acaso tu no lo entiendes? ¡quisiera poder rechazarte! — a pesar de
que se niega a lo nuestro pude ver como la tristeza aparecía en su mirada ante
mis palabras — Pero no puedo y tampoco quiero, te quiero a ti o no quiero a
nadie, así de simple...la Diosa nos unió por algo y no somos nadie para destruir
el destino que fue ya echo por ella.
El
nego mirandome como si fuera una niña haciendo su berrinche.
—
No es de querer es de lo que se debe hacer, soy el Alpha tanto como padre, y
esposo...yo no dire las palabras, tu lo harás porque a pesar de no querer
decirlo tambien me duele...
—Pues
no parece ¿si quiera piensas en mi como mujer?
Se
quedó mirándome pero sin dejar a sus ojos deslizarse por mi cuerpo, mis ojos
con los suyos eran como una prisión
—
Eres hermosa tanto como tu ma....
—
¡No! — di un paso hacia atrás sintiendo el peso de sus palabras o de lo que
estaba a punto de decirme — ¿Cómo puedes igualarme con ella?
—
Es tu madre — gruño entredientes derrepente serio — Respetala.
—
¡Tú respetame! ¿cómo puedes siquiera igualarme con ella? ¿qué sentirás si yo te
igualara con Saud? — estaba serio pero de pronto su rostro tomó un rojo color y
sus ojos empezaron a brillar, parecía un muy molesto toro.
—
Ese niñato ¿por qué demonios lo dejas tocarte? ¿cómo puedes ser tan
desvergonzada? ¿que está mal contigo? ¡Ese niño no puede tocarte! ¡no eres nada
para el, ya tienes un mate!
—
¡Un mate que no me quiere! ¡Un mate que me rechaza! ¡Saud me respeta y me
quiere nunca se atrevería a dañarme! ¿pero tú? ¡Tú eres mi mate y eres quien
más daño me hace! ¡Y aún así te amo, te amo demasiado!...Saud es mi mejor amigo
tiene mi plena confianza como yo la suya.
Se
echó hacia atrás apretando sus labios mirándome incrédulo.
—
Estas queriendo decir que lo que...que lo que vi hoy ¿es normal? ¿hacen eso
siempre?
¿Me
estaba mirando con decepción?
Abrí
mi boca para contestar pero me detuve, y reconsidere mi respuesta, no quería
decepcionarlo pero tampoco mentirle, esto con Saud no pasa siempre es la
primera vez que lo dejo tocarme...lo he visto desnudo como el a mi pero la
mayoría, sino es toda, de la manada nos hemos visto desnudos es...normal.
—
No, no es algo que hagamos pero hoy tuvo que hacerlo.
—
¿Tuvo?
—
Fuimos a una carrera en el Monte Roder, tuve un altercado con avedanio y....
—
¡¿Cómo?! — se acercó rápidamente a mi tocando con sus manos mi rostro, mis
brazos y piernas a lo que supongo busca heridas, tener sus manos sobre mi me
trae tranquilidad.
Aún
estoy adolorida pero creo que la emocion de la carrera más la adrenalina fue
como una muy fuerte morfina y el picor está regresando.
—
¿Por qué demonios fueron alla? Tu no sabes de la prohibición pero él si, ese
mocoso va a escucharme ¿estas bien? ¿cariño donde te golpeaste? ¡joder! ¡voy a
matar...
—
Mi espalda — interrumpi su interminable balbuceo a lo que yendo alrededor mío
levantó mi camiseta y vio mi espalda.
—
¡Mierda! Tienes la espalda roja ¿te duele? — sentí como tocaba mi espalda a lo
que está como huyendo del dolor me hizo arquear lejos de su tacto, escuché un
furioso gruñido resonar de su pecho — Voy a hablar seriamente con ese muchacho,
no tenía....
—
¡Basta! Yo le suplique ir alla, deja de insultar su nombre — sentí cuando soltó
mi camiseta a lo que llevando mis manos hacia atrás la meti en mi short.
Camino
poniendose frente mío mirándome con seriedad, me apuntó con su dedo.
—
Deja de refutar por él, ese muchacho sabía que no...
—
¡Por la Diosa papa! Yo le obligue a ir ¿ok? No me dijo de lo del avedonio pero
no me importa....
—
¿No te importa? ¡pudiste haber muerto! ¡y ya deja de hablar por el! ¡Con un
demonio Kyra, el sabía que está prohibido ir alla! ¡todos los de la manada
saben eso!
—
¡Pues yo no lo se!
—
Llevas poco tiempo aquí para saber todos los cambios que hice — murmuró tomando
un hondo suspiro, me di cuenta lo cerca que estábamos, como su rostro del
mío....así que me aproveche de eso.
Rapido,
acerqué mi boca a la suya mordi su labio inferior y luego lo chupe...el se
separó completamente de mi echandose hacia atrás, puso una mano sobre su boca
mirandome sorprendido mientras yo sonreia victoriosa al lograr mi cometido.
—
¿Por qué hiciste eso?
Me
encoji de hombros.
—
Porque quise.
Voy
a acercarme a el cuando mi espalda empieza a doler de una manera horrible,
tanta que me hace trastivar y casi caer al suelo...digo casi, porque Cole me
atrapó.
—
Estas mal, vamos a casa — no me dejó ni opinar cuando mis pies ya no tocaban el
suelo, pero no estaba sobre su hombro donde hubiera podido ver con total
libertad su trasero, sino que me tenía entre sus brazos cual princesa.
Mi
espalda se quejó un poco en el camino a casa ya que el tenía que caminar y
esquivar, pero aunque no tenía su trasero a la vista tenía su cuello...y me di
cuenta de algo.
—
No estás marcado — deslice mi dedo por la piel de su cuello.
El
se tenso y soltó un suspiro.
—
Lo hizo pero la marca desapareció, me preocupe pero ella no, así que lo deje a
un lado, no necesito la marca de tu madre para saber que le pertenezco — sus
honestas palabras dolieron — No digo estoy para lastimarte, sólo que no se como
comportarme a tu alrededor sin hacerlo, como tampoco se porque estoy contándote
esto.
—
Uno siempre le dirá la verdad a su otra mitad — susurre dejando mi mano encima
de su pecho, el no la quito pero supongo que se debe a que sus brazos estan
ocupados sosteniendome, estábamos cerca de casa por lo tanto eran mis últimos
segundos a solas con él — Te amo.
Se
detuvo y pensé que diría algo cuando su rostro descendió y me dio una mirada
que no supe descifrar, pero no dijo nada y continuó caminando.
Entramos
a la casa donde al segundo tuvimos a mi madre encima nuestro.
—
¡Bienve.......¿qué le paso? — preguntó hacia mi padre.
—
Avedanio — fue lo único que le respondió para intentar seguir a mi cuarto
cuando alguien más apareció.
—
Puedo ayudar a que eso se desvanezca junto al dolor — conozco esa voz.
—
¿Heder?
Un
cabello castaño más unos ojos verdes cual cesped aparecieron frente mío, junto
a una gran sonrisa.
—
Hola preciosa.
Curiosa
por el preciosa levante una ceja cuando un gruñido resono desde el pecho del
hombre que me cargaba y luego apareció una mano femenina golpeando el pecho de
este.
—
¡Cole! Cariño no seas un padre celoso y trata bien al amigo de nuestra hija.
—
Ok, Hola....y chao.
Empujó
a Heder fuera de su camino para empezar a subir las escaleras, una sonrisa
divertida tiró de mis labios haciéndolo bufar mientras entraba a mi cuarto y
con delicadeza me recostada en la cama.
Lo
tome del cuello de su camiseta cuando se quiso separar de mi, me miró con
advertencia.....pase de él.
—
No.
—
¿No, qué? — use mi tono de niña inocente que hizo a sus ojos entrecerrarse,
mordi mis labios intentando no sonreír de más.
Acerqué
mi rostro al suyo y el se echó hacia atrás.
—
¿Uno? — pregunté con un puchero a lo que el negó, levante mi mano pasándolo por
sobre su pecho subiendo a su cuello por detrás de su nuca dándoles suaves
caricias, estaba ronroneando con los ojos cerrados, así que volví a
aprovecharme de él.
Pero
ahora dejé mis labios presionados sobre los suyos durante los segundos que él
tardo en darse cuenta que hacía y tiraba de su cuerpo lejos mío, me fulminó con
la mirada e iba a reprocharle cuando Heder entró a mi cuarto y se echó a mi
cama.
¡Pero
venga! Compre-compre, lleve-lleve ¡estas en tu casa! ¡Sin pena ni vergüenza!
—
Tengo un favor que pedirte — murmuró señalandome a lo que yo levante mis cejas
curiosa.
—
¿Quién demonios eres tú? — pregunto mi padre y abri mi boca dispuesta a
contestar.
—
Soy Heder Yupet, hechicero nomada y tú obviamente eres Cole Black padre y mate
de mi amiga aquí presente — se cruzó de brazos con las piernas también cruzadas
mientras se sentaba, nos miró el uno al otro — Y por lo que noto sigue sin dar
el paso, estos lobos son bendecidos con una pareja y las desperdician, que
vergüenza.
Sonrei
divertida ante sus palabras pues eran un golpe bajo para el gran Cole Black,
pero al ver a mi mate y notar su cara de asesino en serie supe que la broma le
pegó más duro de lo previsto y eso no le gustó.
—
Adiós papá — lo despedí a lo que el me lanzó una mirada de que ni lo intentara,
a lo que me crucé de brazos — Si no te vas voy a aprovecharme de ti de todas
las maneras posibles, sabes que lo hare, llevó dos de los diez besos que quiero
robarte.
Soltó
un bufido para girar y juro ver una sonrisa tirar de sus labios mientras
desaparece, voltee a ver a mi joven amigo hechicero.
—
¿Qué fa....
—
¿Me puedes adoptar?
Parpadeo
con rapidez tratando de procesar sus palabras, pero no las capto.
—
¿A-dop-tar? — lamo mis labios para sentarme mejor en mi cama tomando mis
magulladas almohadas colocandolas en mi espalda — Pues....¿adoptar?
—
¡Si! ¡Adoptar! Como dejarme vivir en tu manada, en tu casa...no en tu cuarto ya
que me gusta mi intimidad y me gusta dormir....
—
¡Ok! ¡Sin traumas para mi cerebro! — abri mis ojos grandes tratando de no
imaginarmelo desnudito tal como nacimos.
—
¿Me dejas vivir aquí? — suplico con las palmas juntas.
Solté
un suspiro.
—
Tendría que pedírselo a Cole, pero haré lo posible, la mansión tiene muchos
cuartos estoy segura de que luego de acosarlo dirá que si.
—
¡Gra....
—
Pero....— levante mi dedo deteniendo su agradecimiento — Debes enseñarme como
usar esta cosa que me diste, decirme todos los jugosos secretos.
Asintió
energético para sonreir.
—
¿Puedo agradecerte?
Asenti.
—
¡GRACIAS PRECIOSA!
—
¡Kyra!
La
furiosa exclamación de mi mate nos hizo reir a ambos, creo que será divertido
tenerlo en mi casa.
A N T E R I O R - S I G U I E N T E
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